La consolidación de Aldama

El 21 de octubre era el día límite para que los jugadores elegidos en el draft de 2021 vieran sus contratos extendidos. Faltaba un día para que se iniciara el curso baloncestístico 2024-25 de la NBA y Santi Aldama, único español en la parrilla de salida de esta nueva temporada, no llegó a un acuerdo con los Grizzlies. El ala-pívot tenía una cosa asegurada en su futuro: le queda un año garantizado de contrato, 3,9 millones de dólares por cobrar, antes de ser agente libre restringido y que la franquicia de Memphis pueda igualar cualquier oferta que reciba el jugador. Eso, si nada cambia en la apertura del nuevo mercado, que empezará en junio, cuando acaben las Finales de 2025. Algo para lo que todavía queda, pero en lo que muchos piensan. Incluido, claro, un Aldama que fue número 30 del draft y que, camino de los 24 años (los cumplirá en enero), busca su consolidación en la mejor Liga del mundo.

Siempre es difícil meterse en la cabeza de los jugadores, pero es una obviedad que la NBA te examina en situaciones así. El español, único vestigio de su país tras la Generación Dorada y las portadas llenas de titulares con hazañas de jugadores como los Gasol, Ricky Rubio o José Manuel Calderón (entre muchos otros) necesita hacer sí o sí una buena temporada si quiere continuar en la competición norteamericana. Que, por cierto, se encuentra en los albores del ya definitivamente instaurado convenio colectivo, más punitivo con la clase media y que dificulta más hacerse con un salario adecuado o incluso con un hueco concreto. Esto, unido al aumento de la competitividad, ha provocado que en las últimas temporada haya un éxodo de jugadores de la NBA que vayan al Viejo Continente. Norteamericanos o no. Con retornos o primeras aventuras.

Eso no es lo que quiere Aldama, que quiere seguir donde está. Y, desde luego, está haciendo méritos para ello: su reacción ha sido fantástica tras no alcanzar un acuerdo de renovación y su paso adelante es un hecho que le ha consolidado definitivamente, tanto en la rotación de los Grizzlies como en el organigrama táctico de su entrenador, Taylor Jenkins. Aldama no se arredra, lanza cuando tiene que hacerlo, se adentra en la titularidad ya veremos si de forma rotunda y cuenta con el beneplácito del cuerpo técnico, sus compañeros y la afición. Una noticia que además es fantástica para el joven jugador, que demuestra que puede mantenerse en una forma increíble a pesar del desgaste que supone acudir a sus compromisos veraniegos: el Mundial de 2023 y los Juegos Olímpicos de 2024 contaron con su presencia, la segunda cita tras conquistar el Preolímpico. Y se espera que siga ahí.

Una mejora sustancial

Santi Aldama no para de crecer y sus estadísticas aumentan de forma extraordinaria: 13 puntos, 7,6 rebotes, 3,8 asistencias y casi un robo por partido, siendo todos esos datos los máximos de su carrera. El español se va a un 47% en tiros de campo, igualando el tope al que llegó hace dos temporadas. Y su lanzamiento de tres se ha resentido (por debajo del 27%), pero sus lanzamientos siguen siendo una constante solicitada por Jenkis y que cuenta con el respaldo de sus compañeros, que falle o acierte le siguen pasando el balón. Aldama supera, además, los 30 minutos por noche por primera vez en su carrera. Y ha sido titular en 10 de los 12 partidos disputados por los Grizzlies, siendo su progresión más que meteórica en la que ya es su cuarta temporada en la mejor Liga del mundo.

Lo más resaltable de la mejora sustancia de Aldama es que se ha dado en una situación en la que los Grizzlies han escapado de las lesiones y los escándalos de Ja Morant y quieren optar a todo. Esto aumenta el valor del español, que aumenta su protagonismo en un equipo mejor que el año pasado, cuando apenas lograron 27 victorias y quedaron en la antepenúltima posición de la Conferencia Oeste. Esto permitió al ala-pívot (que también ocupa la posición de alero indistintamente, dependiendo del momento del partido) jugar muchos minutos, algo que no le sirvió para conseguir la ansiada extensión. Pero su papel no se ha reducido en la presente temporada, más bien al contrario: un papel mayor, más protagonismo y mejores números.

El debut de Aldama este curso ya fue sencillamente espectacular, una clara muestra de intenciones que dejó bien claro que su ausencia de extensión no le iba a hundir, sino todo lo contrario: 27 puntos, con 10 de 16 en tiros de campo y 5 de 10 en triples, sólo dos días después del cierre del mercado. Dos partidos después, ante los Magic, se fue a 22 tantos con, otra vez, fantásticos porcentajes: 9 de 12 en el lanzamiento, incluido un 4 de 6 desde el exterior. Además, Aldama ha conseguido tres dobles-dobles: 11 puntos y 13 rebotes (con 7 asistencias) en la derrota ante los Bulls; 10 y 13 (con 4 pases a canasta) en la victoria ante los Sixers. Y 11, con 12 rechaces, en la victoria de los Grizzlies contra los Lakers, una de las más especiales de la temporada para Ja Morant, que se enfrentaba a los angelinos tras caer contra ellos en 2023 e iniciar su particular caída a los infiernos. Un lugar del que todavía intenta salir.

Los Grizzlies mejoran

Si el papel de Aldama ha ido a más, los Grizzlies también han mejorado. No es para menos: el ya mencionado Morant está en más de 20 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias, su capacidad atlética sigue siendo espectacular y es el líder del equipo, un puesto que mantendrá mientras su acalorada cabeza no le juegue malas pasadas. Y la franquicia de Memphis va 7-5, un récord que no es espectacular pero que les sitúa de lleno en la pelea. Todo ello, con el descubrimiento de Zach Edey (número 9 del último draft), el gran nivel de Jaren Jackson o la recuperación de la salud de Marcus Smart. Eso sí, todavía con problemas físicos para Desmond Bane o Brandon Clarke, que van y vienen. Cosas que siempre pueden ir mejor, pero que no dependen enteramente de un equipo que, al completo, no tiene nada que temer a ningún rival.

Las cosas no dejan de mejorar en Memphis... y para Santi Aldama. Un equipo joven (24,5 años de media, la quinta plantilla más precoz de la NBA) e imberbe. Rebelde, que ataca mucho la zona, es atlética y corre en transición. El juego plano y directo es la seña de identidad de un equipo que en 2023 quedó segundo en el Oeste con 51 victorias y que la temporada anterior se fue a 56 y alcanzó las semifinales de Conferencia, el mejor resultado desde el proyecto del grit and grind. Una plantilla descarada que no quiere que dichos éxitos sean en vano, un triunfo efímero y pasajero de una franquicia pequeña a la que le ha costado mucho volver a ser competitiva. Rondas del draft, temporadas en blanco, sacrificios y mucho trabajo. Ahora, toca emerger. Y lo están haciendo de la forma adecuada. Con lucha, esfuerzo... y con Santi Aldama.

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