JuJu Watkins, “la jugadora favorita de tu jugador favorito”

Las Trojans de la USC (South California University) reclutaron en 2023 a JuJu Watkins, una joya, una jugadora especial con una rara combinación de potencia, capacidad atlética y velocidad. Una base llamada a reinar en la WNBA junto a Caitlin Clark, Angela Reese, Cameron Brink y Paige Bueckers, la más que probable número uno del próximo draft.

La joven base (19 años y 1,88 metros) puede lanzar desde el perímetro y atacar el aro sin piedad. Tiene un buen tiro a media distancia y su visión para el pase no es mala. Posé manos rápidas para robar. Es un todo en uno que ya ha cautivado a grandes estrellas de la NBA como LeBron James: “Ella es la próxima gran promesa del baloncesto femenino”. Watkins (cuyo nombre completo es Judea Skies) al igual que Bronny James, el primogénito del alero de los Lakers, comparten una pasado en común: ambos jugaron en Sierra Canyon antes de dar el salto a la universidad.

No ha sido el único en caer rendido ante una jugadora que promedió la pasada temporada 27,1 puntos y en la presente está en los 24,7 tantos. Una jugadora que batió el récord de puntos de una novata en la División I de la NCAA con 920 que ostentaba Tina Hutchinson. “Puede ser una de las mejores jugadoras de baloncesto que jamás haya tocado un balón de baloncesto”, asegura James Harden, en un reportaje de Los Angeles Times, que entrenó con ella durante su etapa de secundaria en Sierra Canyon.

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El jugador de Los Angeles Clippers no ha sido el único en ejercitarse con la californiana. Kevin Durant, Kyrie Irving y Chelsea Gray ha pasado tiempo a su lado. También Jewell Loyd: “Al conocerla, inmediatamente, percibes su concentración, su entusiasmo, su tranquila curiosidad por el juego”. La estrella de Seattle Storm la define como una adicta al baloncesto: “Ella quiere dejar un legado y ser grandiosa”.

“Es la jugadora favorita de tu jugador favorito”, dice Lindsay Gottlieb, su entrenador en USC. “Nombra a las mejores chicas universitarias, ella debería recibir el mismo reconocimiento por lo que está haciendo”, continúa Paul George. El actual alero de Philadelphia 76ers no pudo entrenar por problemas de agenda con una Watkins que escuchará su nombre en el draft en 2027, cuando ya tenga los 22 años (nació el 15 de julio de 2005).

Tres años de espera siempre que no cambien los criterios de elegibilidad en el nuevo convenio que se negocia tras salirse del antiguo las jugadoras de la WNBA en octubre. Los cambios entrarían en vigor en 2026… aunque puede que Watkins quiera apurar hasta el final de su etapa universitaria. ¿El motivo? Económico, claro.

El suelo del número uno del draft 2025 en la WNBA es de 348.198 dólares en sus primeros cuatro años de carrera. En su temporada de novata, la primera elección cobrará 78.831 dólares. Una cantidad que no llama la atención y que ya está cubierta (y mucho más) por el dinero que logran estrellas como Watkins en la universidad por los derechos NIL (Name, Image, Likeness) obtenidos por patrocinios.

La base, por ejemplo, ya ha llegado a acuerdos con Nike, Instagram, AT&T, State Farm, Taco Bell, Wells Fargo… Acuerdos que alcanzan las seis cifras, según LAT, y que eclipsan el salario promedio de la WNBA, unos 113.000 dólares. Muchos programas universitarios de élite como UCLA y USC, además, ya viajan en vuelos chárter y las jugadoras tienen acceso las 24 horas a instalaciones de entrenamiento de primera clase con sus escuelas.

Muchos pros para continuar rompiendo barreras, topes y récords en la NCAA antes de dar el salto definitivo a la élite de una WNBA que espera con los brazos abiertos a otra de las grandes jugadoras de unas camadas que están elevando el baloncesto femenino estadounidense a cotas nunca vistas.

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