Jrue Holiday, la pieza más valiosa del mercado

No deja de ser curioso, pero es en Portland donde sigue estando la pieza más valiosa del mercado. Si antes era Damian Lillard, ahora es Jrue Holiday. Y no son del mismo nivel, pero los Blazers continúan teniendo la llave que les da el poder para dar un nuevo impulso a una reconstrucción eternamente postergada, con dos años muy negativos de Chauncey Billups en los banquillos, un entrenador que continuará para este nuevo proyecto pero que, si quizá no ha sido el problema, es obvio que tampoco la solución. Las 11 temporadas de Lillard en Oregón quedan para la historia de la franquicia, así como su compromiso, que parecía eterno y al final se ha quedado en nada por la necesidad imperiosa que toda gran estrella siente antes o después en la NBA, la de ganar. Y ahí se encuentra el base, que se ha unido a Giannis en los Bucks para formar una dupla que será muy seguida esta temporada y contará con una atención mediática enorme. ¿Se acuerdan de Oscar Robertson y Kareem Abdul-Jabbar? Poco falta para que alguien ponga la foto, si es que no ha pasado ya. Las cosas de las redes sociales.

Curiosidades al margen, los Blazers salen ganando en su proceso de reconstrucción. No se conformaron con Tyler Herro, la oferta de los Heat, y fueron a por algo más sustancial que les permitiera hacer más movimientos futuros. Scoot Henderson, número 2 del último draft por detrás de Victor Wembanyama, será la piedra angular del proyecto y acompañará a alguien joven como DeAndre Ayton (25 años) en la búsqueda de una nueva identidad que se aleje de la que tenía en los Suns, siempre con problemas con la entidad o con Monty Williams, ya exentrenador en Phoenix y que ha encontrado acomodo en los Pistons. El verdadero potencial de Ayton, número 1 del draft de 2018, será puesto a prueba en un nuevo lugar y con un número 2, vivan las curiosidades. Y los Blazers se hacen, por el camino, con varias rondas futuras y jugadores de rol. Ahora bien: ¿Qué pasa con Jrue Holiday?

Ahí está el punto, que no dilema, de los Blazers. Tienen plantilla y futuro tras el pasado que ya representa Lillard, que con CJ McCollum de inseparable compañero (hasta que dejó de serlo) y Terry Stotts en el banquillo pisaron playoffs por 8 temporadas consecutivas y disputaron unas finales de Conferencia, las de 2019, el techo esos años (4-0 ante los Warriors). Y ahora, deberán decidir qué hacen con un base de 33 años que es muy atractivo para cualquier equipo que intente el asalto al anillo, tiene muchos argumentos a pesar de que su potencia física no es la de antaño y, con 33 años, todavía tiene baloncesto por delante. El playmaker es el típico jugador que siempre viene bien a un candidato al título: defiende bien, tira bien de tres (más del 36% durante su carrera y por encima del 38 el pasado curso), es bueno de manos, anota con facilidad, penetra con soltura y, sobre todo, toma siempre la decisión correcta en el momento oportuno.

Más allá de si los Bucks ganan del todo con este movimiento, una duda legítima si tenemos en cuenta que las capacidades defensivas de Jrue son superiores a las de Lillard y que fue clave en la consecución del anillo de 2021, ahora la pelota está en el tejado de los Blazers. Shams Charania (The Athletic) ya ha adelantado que Joe Cronin, general manager de la entidad, se plantea traspasar al base. Pero que no tiene que ser necesariamente antes del 25 de octubre, fecha en la que empieza la NBA. Todo se podría dar sobre la marcha y es posible que se espere a ver cómo funciona Jrue en el equipo (es una experiencia veterana y tiene fama de buen compañero, habiendo ganado el premio que otorga anualmente la NBA en tres de las últimas cuatro ediciones), cuál es su influencia en Henderson y qué capacidad tiene para cuadrar con el resto. En función de eso, se valorará un traspaso que de llegar abocaría a Portland definitivamente a la reconstrucción, siempre en torno al ya mencionado Henderson y ya veremos si también de Ayton. Esto último dependerá, claro, de su nivel.

Muchos pretendientes para Jrue

Son muchos los equipos que van detrás de Jrue. Uno de ellos son los Celtics, que ya perdieron a Marcus Smart durante el verano. Si meten en un paquete a un Al Horford envejecido (37 años) y a Malcolm Brogdon (o Derrick White) más rondas del draft, podrían hacerse con el base y les quedaría un quinteto muy divertido: Holiday, White (o Brogdon), Jaylen Brown, Jayson Tatum y Kristaps Porzingis, éste último recién llegado y que siempre plantea dudas en torno a su estado físico. También emergen los Heat, que no han salido precisamente bien parados del traspaso de Lillard al ser los máximos favoritos durante días y estar siempre al acecho, pero no concretar nada y quedarse finalmente con las manos vacías. Ahora, buscan hacerse con Jrue, pero han demostrado que, de momento, sólo están dispuestos a deshacerse de Tyler Herro, un botín que los Blazers ya consideraron escaso a cambio de Lillard. No son el mismo jugador, pero la actitud en Portland no tiene por qué cambiar. Al fin y al cabo, son capaces de llevar la iniciativa en la negociación.

Brian Windhorst (ESPN) ha hecho también una larga lista, nombrando a algunos otros de los candidatos a hacerse con Jrue o que, al menos, tienen piezas para ello. Los Sixers, envueltos en su sainete particular con James Harden (que quiere salir a toda costa) y que han fichado a Nick Nurse para los banquillos dando por sentenciada la desgraciada estancia de Doc Rivers, podrían intentarlo. Los Clippers, con muchas selecciones de primera ronda que podrían hipotecar y siendo Holiday natural de Los Ángeles, se lo pueden plantear. También los Pelicans, aunque no dejaría de ser sorprendente, ya que utilizarían algunas de las rondas que consiguieron... cuando soltaron al propio Lillard en 2020, camino de los Bucks y el anillo. Para los Knicks, por su parte, sería perfecto: tienen ocho selecciones de primera ronda, un expiring como Evan Fournier, Jrue sería una pieza muy del gusto de Tom Thibodeau, atraería estrellas en el futuro y ayudaría a Jalen Brunson en defensa. Los Kings, para dar algo de defensa (se quedaron en el puesto 25 el curso pasado en este aspecto) y dar otro chute en ataque (Holiday viene de una de las mejores temporada ofensiva de su carrera: 19,3 puntos por noche), podrían utilizar sus tres selecciones de primera ronda.

Y luego estarían los Warriors. Que no se cansan, no desfallecen, están en todo y en todas. El traspaso, según Windhorst, sería posible siempre que en Golden State estén dispuestos a deshacerse de Chris Paul. El playmaker, un jugador generacional y uno de los mejores de la historia en su posición, ha trabajado mucho en verano y la franquicia está contenta con él. Eso sí, Stephen Curry no tiene un compañero al lado de la talla defensiva de Jrue desde la época dorada de Klay Thompson (antes de romperse el menisco y el tendón de Aquiles) y, si bien Paul lo ha sido en el pasado, no llega a ese nivel ahora con 38 años. Holiday tiene cinco años menos, se lesiona menos y cobra algo más (casi 36 millones por los más de 28 de Paul). Pero da, a priori, más seguridad. Un traspaso que, en caso de realizarse, sería una sorpresa máxima. Pero, en el caso de los Warriors, ya sabemos que todo es posible. En la pista y fuera de ella.

Así están las cosas a expensas de lo que pueda pasar. Jrue (1,96 cm) cuenta con una gran experiencia en la NBA, va camino de su 15ª temporada, funciona en los dos lados de la pista y es, los equipos lo saben, el típico jugador que te impulsa al anillo. No pudo hacerlo perdido en Nueva Orleans, por mucho que tuviera a Anthony Davis de estrella, pero sí en los Bucks, donde demostró ser el sostén del sistema, esa pieza que faltaba sin saberlo. Los Blazers serán el cuarto equipo de la carrera de Holiday, que fue seleccionado por los Sixers en el puesto 17 de la primera ronda del draft de 2009. Estuvo cuatro temporadas en Philadelphia, siete en Nueva Orleans y tres en Milwaukee. Ahora, inicia una nueva aventura y vestirá, si el 25 de octubre no ha sido traspasado, la cuarta camiseta de una carrera dilatada, la de un jugador con una reputación intachable en lo referente al trabajo, el compañerismo y el compromiso. Así es Jrue Holiday: la pieza más valiosa del mercado. Un jugador que te puede hacer ganar un anillo. Y de esos, ya se sabe, hay pocos. Muy.