NBA

Joel Embiid, entre tinieblas

El pívot se empeña en jugar infiltrado y cuaja algunas buenas actuaciones, pero su físico está hundido y su reputación es muy difícil de enderezar.

Joel Embiid, entre tinieblas
Mitchell Leff
Alberto Clemente
Alberto Clemente es licenciado en Historia y Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Empezó su andadura en el periodismo en Cadena SER, donde estuvo de mayo de 2018 a enero de 2019, desempeñando sus funciones en la web, dentro de la sección de deportes. Tras dicha estancia, pasó a formar parte de As, siendo parte de la sección de baloncesto.
Actualizado a

Que ya nadie hable de Joel Embiid es casi la mejor noticia que puede haber para (y de) un pívot que pudo serlo todo y se ha quedado nada. Más allá de ser un jugador que nunca ha pasado más de 68 noches de una regular season en pista por las constantes lesiones, ha sido el propio jugador el que parece haberse empeñado en hundir su propia reputación dejando tras de sí una ristra ingente de cadáveres, de compañeros que han acabado mal con él y de salidas de tono constantes y permanentes. A lo que se une la escasa ética de trabajo que se le presupone, con un mal cuidado de su alimentación y problemas de peso que no ayudan a que esas rodillas que llevan sufriendo desde su juventud estén sanas y sostengan tantos kilos. Una de las muchas cosas que siempre han perseguido a esa leyenda negra. Y que parece que siempre se quedará con él. Junto a muchas otras.

Para ahuyentar según qué fantasmas y luchar contra la opinión púbica, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras, el pívot ha decidido ignorar los problemas que arrastra en su rodilla izquierda y que le permitieron disputar sólo 19 partidos la temporada pasada para jugar infiltrado y con dolor. Como consecuencia, ha disputado 11 partidos de 25 posibles con los Sixers, renqueante y luchando más contra sí mismo mientras el mundo cada vez le presta menos atención. Y no va a llegar a la barrera mágica de los 65 encuentros establecida en el último convenio colectivo para optar a las distinciones individuales. Tanto da: no va a ser seleccionado igualmente para nada y sólo llegó a esa cifra en dos ocasiones de diez temporadas: la 2021-22 (los 68 mencionados) y la 2022-23 (66). La historia de toda una vida para un jugador que fue seleccionado en el tercer puesto del draft de 2014, pero que no debutó hasta 2016. Sí, por las lesiones.

Embiid promedia esta temporada, porque talento sigue teniendo, 20,2 puntos por noche, y recientemente se fue a 39 contra los Pacers, con victoria para los Sixers. Pero el oro ya no reluce: el pívot se va a un 42% en tiros de campo y apenas supera el 22% en triples, intentando casi 5 por noche al evitar la penetración para no chocar con otros cuerpos más voluminosos, otro ejemplo de su momento de forma. Algo que también se ve reflejado en los rebotes, 6,6 por noche, la cifra más baja de su carrera merced a la pérdida del poder vertical por obra y gracia de las constantes lesiones, que son consecuencia de la mala suerte y el cuidado personal, una combinación con la que no sabemos que variable pesa más, pero nos lo imaginamos. Embiid, que sigue arrastrando lesiones y estuvo fuera de juego del 9 al 28 de noviembre, ha mejorado ligeramente en los últimos partidos, disputando los tres últimos de forma consecutiva. Pero...

Noticias relacionadas

Pero es un triste consuelo si hablamos del jugador que iba a heredar los Sixers y a devolverles a la luz. No ha habido nada de eso: el MVP de 2023 y los dos títulos de Máximo Anotador saben a poco y la franquicia sigue sin pisar unas finales de Conferencia desde 2001, cuando Allen Iverson era la estrella, Dikembe Mutombo el pívot y Larry Brown el mesías. Ahora, Tyrese Maxey coge el relevo con números extraordinarios (31,5 puntos, más de 7 asistencias y por encima del 39% en triples) y Joel Embiid queda empequeñecido en la penumbra, moviéndose constantemente entre las tinieblas. Algo que es así se mire por donde se mire y a pesar del objetivo loable esfuerzo del jugador, una sombra de lo que fue y un juguete roto que nunca ha sido lo que prometía ser. Un descenso paulatino a los infiernos para una estrella que ha perdido su poca luz en unos Sixers que le pagarán más de 55 millones de dólares esta temporada y que están hipotecados con él. Una situación tenebrosa.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:
Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Te recomendamos en NBA

Productos recomendados