NBA | WARRIORS 106 - CAVALIERS 101
Inmortal Curry
Un soberbio Curry acaba con los todopoderosos Cavaliers y lidera a los Warriors a su segunda victoria consecutiva. Espabila el campeón.
Ya están aquí. Los campeones sudaron, pero ganaron a uno de los mejores equipos de la NBA, esos Cavaliers que vuelan sin que nadie pueda detenerlos y que se quedan ahora 8-4 y sin poder conquistar San Francisco. Partido extraordinario del equipo de Steve Kerr, que apretó en defensa para imponerse en un final ajustado, al que llegó con la suficiente ventaja como para poder resolver desde la línea de personal. En esas finas líneas se mueven los Warriors, un equipo de leyenda, la última gran dinastía de la historia. Siguen con récord negativo (5-7 ahora) y generando muchas dudas, pero abandonan su racha de 5 derrotas consecutivas para sumar su segunda victoria en pocos días; esta vez, sin la polémica inherente que sí les acompañó a la hora de batir a los Kings y ante uno de los candidatos al título, algo que siempre refuerza más la mente y alimenta el espíritu. Queda mucho, un mundo, para esos playoffs que son el verdadero examen de los Warriors. Pero, de momento, han demostrado que ese paupérrimo inicio en el que estaban inmersos puede ser un accidente y no la tónica general de lo que está por venir.
Fue Stephen Curry, claro, el encargado de liderar a su equipo a la victoria. La temporada del base, la quintaesencia del hombre adelantado a su tiempo, de la figura generacional que ha sido la cara de una dinastía legendaria y de la era de los triples, está siendo sencillamente espectacular: se va a, aproximadamente, 33 puntos y algo más de 6 rebotes y 6 asistencias, por encima del 50% en tiros de campo, del 43% en triple y del 90% en tiros libres. Ante los Cavaliers, la exhibición anotadora fue mayor: 40 tantos. El Chase Arena se rindió a su MVP, que redondeó su actuación con 4 rechaces, 5 asistencias y tan solo 2 pérdidas. Y una aparición fantástica en el último cuarto, el único de los cuatro que se decidió por más de 4 puntos de diferencia (32-24) en un partido de una igualdad enorme y, por ciertos momentos, de aroma a playoffs.
Con 95-98 para los Cavs, Curry anotó un triple, una bandeja en transición y un triple para dar la vuelta al partido. Con algo más de 30 segundos para el final, el resultado era, de repente, de 103-99 y los Warriors tenían la victoria en el bolsillo. Gracias a ese base que a tantos buenos momentos les ha dado y que sigue, incansable, su camino a lo más alto de un Olimpo al que ya pertenece y del que no se quiere bajar. Los 18 puntos de Jordan Poole (4 de 8 en triples), los 20 de Andrew Wiggins (con 5 rebotes) y los 10 de Anthony Lamb acompañaron a Curry en ataque, aunque esenciales fueron las aportaciones de Draymond Green (2+13+1) y Kevon Looney (7+10+3), especialmente en una defensa que dejó a sus rivales en apenas 101 puntos, la mejor cifra de la temporada para un equipo que ha hecho de ella un pilar fundamental en esos cuatro anillos y seis Finales. Y algo de lo que no se pueden olvidar a pesar de no contar ya para semejante labor al sostén fundamental de la dinastía, un Klay Thompson que es una sombra de lo que en su día fue: ante los Cavs, 9 puntos y 3 de 13 en tiros, aunque algunos aciertos en defensa contra ese binomio ofenivo que forman Donovan Mitchelll y Darius Garland.
Eso sí, esos dos jugadores no fueron exactamente el revulsivo de los Cavs: Mitchell sí estuvo a la altura con 29 puntos y 10 rebotes, incluido un susto en forma de torcedura de su tobillo derecho en una penetración al final. Pero Garland se quedó en 15 tantos y un 5 de 19 en tiros. Tampoco estuvo acertado Kevin Love (3 de 10), cuyo uso parece excesivo con la barra libre que tiene para lanzar todo lo que encuentre por el camino sin suerte; y solo Jarret Allen (13+9) y Evan Mobley (20+13), fueron capaces de acompañar a Mitchell en una noche nefasta en el triple (8 de 30) para un equipo que lo utiliza como una de sus armas fundamentales. Los Cavs entran así en una pequeña crisis de resultados y suman 3 derrotas consecutivas, las 3 por 7 puntos o menos de diferencia. Con ello pasan de un 8-1 a un 8-4 para nada preocupante con el que se quedan con el mismo récord que los Hawks. Y, todo, por obra y gracia de Stephen Curry. Un ser inmortal.