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NBA | ALL-STAR 2023

Harden, Davis, Brunson... Las grandes ausencias del All-Star

Como cada año, las selecciones para el All-Star causan su pequeña dosis de polémica y deja a varias estrellas fuera. Harden, Davis, Trae, Brunson...

Como cada año, las selecciones para el All Star causan su pequeña dosis de polémica y deja a varias estrellas fuera. Harden, Davis, Trae, Brunson...

Siempre ocurre. La justicia deportiva, eso tan ambiguo que se transforma en un concepto, al mismo tiempo, sumamente complejo, no parece existir. Y si bien algunos van a estar empeñados en que nunca la disfrutan, en otros parecerá que la balanza siempre se inclina de su lado. De una forma u otra, la nueva selección del All-Star, esta vez en 2023, ha dejado una ristra de ausencias que generan el debate habitual del que se alimenta la NBA. Quién merece ir y quién no, con quién se ha sido injusto, a quién se ha ignorado o quién es el culpable. Son sólo algunas de las preguntas que la gente se hace en estas fechas y lo cierto es que hay nombres de primera línea en este aspecto. Y si bien otras temporadas la selección ha parecido más clara, las dudas que ha generado la presente edición hacen muy interesante pararse a pensar en, uno por uno, los damnificados de una aventura en la que siempre los hay. Al fin y al cabo, siempre ocurre.

James Harden (Philadelphia Sixers)

Probablemente la ausencia más destacada de esta lista, entre otras cosas porque era un verdadero asiduo y encadenaba 10 selecciones consecutivas. MVP de la NBA en 2018 y Máximo Anotador en tres ocasiones, el cambio de Houston a Brooklyn y su posterior rumbo a Philadelphia parecen haber mermado la reputación de una estrella que no ha contado ni para entrenadores ni para aficionados a pesar de estar mucho mejor que el año pasado y promediar 21,4 puntos, 6,4 rebotes y 11 asistencias. Su dupla con Joel Embiid está dando buenos resultados a los Sixers (33-17), terceros de la Conferencia Este, y al escolta se le ve más concentrado y en mejor sintonía con sus compañeros. Tyrese Haliburton, el único que podría haber salido para que Harden entrara. El de los Pacers, claro, también lo merece, al igual que La Barba. En estos casos, una cosa no quita la otra.

Anthony Davis (Los Angeles Lakers)

Las lesiones han impedido que el interior de los Lakers vaya al All-Star, pero bien podría haber estado por sus exhibiciones cuando ha jugado, especialmente en el mes de noviembre. Del 13 de ese mes hasta el 4 de diciembre promedió 35,3 puntos y 15,6 rebotes. En toda la temporada se va a 26,8+11,9, moviéndose en números similares a su etapa en los Pelicans y a la del anillo con los Lakers. Dominador y en una forma increíble, se perdió hasta 20 partidos consecutivos por la lesión, algo que le ha perjudicado para entrar en el Partido de las Estrellas junto a su compañero, LeBron James, que sí estará. Acumula 8 presencias en la gran cita, a la que acudió por última vez en 2021.

Jimmy Butler (Miami Heat)

Parece que Florida se mueve en un universo paralelo al que es sumamente complicado acceder, pero lo cierto es que pocos son los aficionados que hacen referencia a ellos. Puede que eso es lo que le haya pasado a Butler o, simplemente, que no era su momento. El poderío de los Celtics (Jayson Tatum y Jaylen Brown iban a estar por delante seguro) y la competencia exterior impiden al alero colarse en un All-Star que ha disputado en seis ocasiones, incluida la del año pasado. Jugador de garra y de carácter, el barro y las trincheras son los lugares en los que más cómodo se siente, pero no renuncia a nada y es el líder deportivo y espiritual de unos Heat que no van del todo mal (29-24, sextos de la Conferencia Este). Lidera la NBA en robos (2,1 por noche) y promedia 22 puntos, 6 rebotes y casi 5 asistencias por partido.

Trae Young (Atlanta Hawks)

Los problemas que empieza a haber en los Hawks, una olla a presión a punto de explotar, han mermado la visión que la gente tenía de un Trae Young que ya se ha posicionado en contra de su entrenador, Nate McMillan, y no termina de hacer arrancar su proyecto. Las finales de Conferencia de 2021 fueron un efímero espejismo y la situación no es nada positiva para los Hawks, octavos del Este (26-26), pero destinados a, si superan el play-in, caer en primera ronda. Un techo muy bajo para un jugador que peleaba por estar a la altura de Luka Doncic y de marcar a toda una generación, algo que está haciendo solo a medias una vez situada la opinión pública en su contra, al menos en parte. Ha idos en dos ocasiones al All-Star y promedia 27 puntos y 9,9 asistencias.

Anthony Edwards (Minnesota Timberwolves)

Los Wolves no están bien, eso es un hecho. Sí lo está Anthony Edwards: pero la situación en la que se encuentra la franquicia de Minnesota ha provocado que no haya representantes de la entidad en el All Star, en el que tampoco estarán Rudy Gobert o Karl-Anthony Towns que cuando ha conocido los suplentes ha dicho eso de “esto debe ser una broma”. Eso sí, nadie apostaba por los pívots, por mucho que suben tres selecciones por barba. Pero había gente que situaba a Edwards en las quinielas. El alero pecó de una gran indolencia inicial y se quejó públicamente por el momento del equipo, pero ha mejorado en su actitud y consigue las máximas de su carrera en puntos (casi 25), rebotes (6,1) y asistencias (4,6), además de mejorar sus porcentajes en tiros de campo y en triples. El equipo resiste en el meollo del Oeste (28-26), pero ni generan simpatía ni cuentan para el anillo. Edwards se merece ir pero, de momento, tendrá que esperar. Así son las cosas.

Jalen Brunson (New York Knicks)

El excompañero de Luka Doncic se queda, por poco, fuera del All-Star. Al igual que en el caso de James Harden, Haliburton se ha quedado por delante, al igual que Jrue Holiday, por lo que el genio del Madison no podrá disputar su primer All-Star. Tampoco irá Julius Randle, su denostado compañero, buen amigo de las estadísticas vacías, pero capaz de colarse en la gran cita en 2021 y 2023. Brunson promedia 22,8 puntos y 6,2 asistencias, pero la gran competencia y el tímido récord de los Knicks (28-25, séptimos de la Conferencia Este) no ayudan. Si sigue así, podrá ser merecedor del evento en el futuro.

Pascal Siakam (Toronto Raptors)

Los Raptors candienses se quedan sin representación en el All-Star a pesar de los casi 25 puntos, 8 rebotes y 6,2 asistencias de un Pascal Siakam extraordinario, enormérrimo, líder indiscutible de sus Raptors. Su mejoría en la distribución del balón es notable, así como el aumento de su rango de tiro. Fue All-Star en 2020, pero desde entonces no ha repetido. Al igual que en el caso de Brunson, puede verse perjudicado por el mal récord de su equipo: 23-30 y en el puesto 12 de la Conferencia Este. Así, complicado.

De’Aron Fox (Sacramento Kings)

La resurrección de los Kings ha llegado con premio doble: Domantas Sabonis irá al All-Star. Sin embargo, sus fanáticos seguro que no están muy contentos con la ausencia en la cita de De’Aron Fox. El talentoso base está cuajando una magnífica temporada (24,3+4,3+6,1), apenas se ha perdido partidos (ha disputado 47 de 50 posibles) y los Kings se han acomodado en el tercer puesto de la Conferencia Oeste (29-21), con un acertado Mike Brown en el banquillo y un Fox que demuestra su consabido talento con asiduidad. Eso sí, mucha competencia en su posición: Luka Doncic, Stephen Curry, Ja Morant, Damian Lillard... Todos esos se han colado por delante. Es lo que hay.

Devin Booker (Phoenix Suns)

Es una ausencia de menor importancia que el resto, pero sí es ligeramente resaltable. Su compañero, Chris Paul, que llevaba 12 selecciones, se baja del carro con su bajón de nivel, algo que probablemente haga de forma definitiva a sus 37 años. Pero Booker sí podrá ir en el futuro. No lo hará este año, en el que promedia 27,1 puntos, 4,6 rebotes y 5,6 asistencias, principalmente por el récord de los Suns (27-26), lo desapercibidos que han pasado esta temporada y los problemas que tiene un proyecto que sonaba para anillo de cara a la opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Lo dicho, Booker se queda fuera como muchos otros. Si debería ir o no, dependerá del juicio de cada uno. El debate siempre estará ahí. Y la NBA encantada con ello, claro.