Gran lobo Shai Gilgeous-Alexander
Las pérdidas condenan a los Wolves en un partido en el que Shai fue mejor que Anthony Edwards, que además falló los tiros libres definitivos.
Un día después de ganar en el Garden de Boston en un partido con aroma a playoffs que les sirvió para recordar al mundo NBA quién es el campeón y por qué, los Nuggets se pusieron delante del sofá para ver un duelo ahora esencial en la geografía de esta temporada 2023-24 que está pasando su particular ecuador. Con catorce derrotas, los Nuggets son terceros del Oeste, a un palmo de los dos equipos jóvenes que lideran un cambio de registro ya incuestionable y que pasará examen en las eliminatorias. Esos dos equipos se enfrentaron en Minnesota, tierra de lobos, y los Thunder se llevaron la victoria (97-102) en pista de unos Wolves que siguen siendo líderes de Conferencia: 30-12 por el 29-13 de los Thunder y el 29-14 de los Nuggets.
También fue un partido de altísima intensidad, de guiños a playoffs por la atmósfera pastosa, el peso de muchas jugadas a cara de perro y la sensación de que ganaría el que escapara de sus propias limitaciones. Ese equipo, al que le acabaron saliendo las cuentas, fue OKC Thunder. Porque tuvo al mejor jugador en pista, un Shai Gilgeous-Alexander que fue más determinante que Anthony Edwards. Y porque tras tomar el mando a menos de un minuto y medio para el final (94-96) y después de un triple de Shai, mantuvo la compostura desde la línea de personal mientras los Wolves mandaron al limbo opciones inmejorables. Con 95-96 y a falta de 23 segundos, Mike Conley (no fue su noche: 1/11 en tiros) falló desde la línea de tres. A falta de tres, con 97-100, Edwards dispuso de tres tiros libres. Falló el primero, también el segundo… y tiró a fallar el tercero para ver si había suerte en el rebote. Nada.
El tramo decisivo enseñó las carencias ofensivas que todavía rebajan el techo de estos Timberwolves capaces de ser una máquina infernal en defensa. Eso después del 29-17 de un tercer cuarto en el que los Thunder se quedaron en un 6/20 en tiros y pareció que la victoria no saldría de casa: 85-74 nada más comenzar el último parcial. Pero a partir de ahí, Shai anotó 11 puntos con un 4/6 en tiros de campo y los Wolves se quedaron en 14 (14-28) en esos doce minutos finales en los que airearon un problema que empieza a ser grosero. Siete pérdidas en el último cuarto de las que los Thunder rascaron ocho puntos. En el total del partido, 21 para 28 puntos del rival. Esa diferencia en pérdidas (21-8) y en puntos asociados a ellas (8-28) decidió un partido en el que los Wolves dejaron a los Thunder por debajo del 40% en tiros, rebotearon más y dieron más asistencias. Pero son el equipo con más balones perdidos en toda la NBA desde Navidad. Y eso no puede ser.
Shai, que no estuvo en nivel súper en el doblete de L.A. (dos derrotas contra Lakers y Clippers) acabó con 33 puntos y 6 asistencias. Edwards, en el duelo de jugadores franquicia, se quedó en 19 con solo seis canastas en juego y cinco de esas 21 costosísimas pérdidas. La herida por la que desangraron unos Wolves que empezaron mal (5-21 en 7 minutos), se rehicieron, dominaron desde la defensa… pero no supieron rematar. Fueron mejores con la rotación en movimiento (McLaughlin y el excelente Naz Reid) pero parecieron peores en los cruces de quintetos titulares. Lu Dort, una bestia defensiva, hizo sudar la gota gorda a Edwards, Conley no metió sus tiros y Karl-Anthony Towns acabó con 19 puntos, 11 rebotes, solo cuatro canastas en juego y eliminado por faltas.
Los Thunder ganaron como pudieron, que es como se gana estos partidos. En manos de Shai, con un partido tremendo bajo los aros de Chet Holmgren (nacido en Mineápolis) y la percusión habitual de Jalen Williams. El duelo directo de la temporada se pone 2-1 para ellos, con un cuarto y último partido programado para el día 30 de este mes. Otra ocasión para saber un poco más quién es quién, dónde está cada uno, qué puede pasar cuándo lleguen los playoffs y, sobre todo, por qué estos equipos son dos de los mejores de lo que llevamos de temporada regular y dos aspirantes al título si corrigen unos defectos que también son obvios en partidos así, de los que cuestan. Los Thunder, al menos, saben que hay poquitas noches en las que el mejor jugador en pista no estará en su bando. Con Shai, también en tierra de lobos, es más fácil barrer los pecados debajo de la alfombra. Anthony Edwards (tiene tres años menos, 22 por 25) es extraordinario… pero todavía no está ahí. Llegará, seguramente.
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