Giannis, Thanasis y Alex
Los Bucks fichan a un nuevo miembro de la familia Antetokounmpo en una situación inédita: por primera vez en la historia, tres hermanos estarán en el mismo equipo.


En Milwaukee las cosas siempre están revoltosas, especialmente desde que Giannis Antetokounmpo decidió hacer la guerra por su cuenta y acumular quejas para conseguir el culto a su persona con el que tampoco parece conformarse. Los rumores sobre su futuro siguen indicando que el griego no para de apretar a la que de momento sigue siendo la única franquicia en la que ha estado durante su carrera deportiva. Y en la que lo ha conseguido todo, que no es poco: dos premios al MVP, uno al Mejor Defensor, un MVP del All Star y el anillo prometido, ese premio máximo que logró en 2021, justo después de la pandemia, y que le coronó como lo que es. Un jugador generacional y también uno de los mejores de todos los tiempos. Y del mundo en la actualidad, claro. Por mucho que las cosas desde que se ganó el ansiado título hayan ido de mal en peor para los Bucks.
Los cambios de entrenador, las exigencias del jugador y el vaivén constante de una entidad marcada por las amenazas de fuga de su líder han sido una constante desde entonces. Mike Budenholzer salió por la puerta de atrás después de todo y llegó para nada un Adrian Griffin al que se fichó para contentar a Giannis, que nunca estuvo contento. El elegido para sustituirle fue Doc Rivers, ese buen tío cuyo único argumento es serlo y que está profesionalmente denostado tras años de proyectos fracasados que no dejan entrever más el anillo que ganó en 2008 con los Celtics. Es el que se ha quedado, supuestamente porque así lo ha querido Antetokounmpo, que finalmente sí renovó con un dineral pero que ahora dice que igual se va a los Knicks cuando le parezca porque Nueva York es una ciudad preciosa y para meter más presión a unos Bucks que no tienen ya ni idea de qué hacer.
Y es que en lo referente a la plantilla la cosa es más o menos igual. Se sacó de la entidad a Jrue Holiday, que para más inri ganó meses después el anillo con los Celtics. Y se fichó a un Damian Lillard que no hizo sino constatar que es una estrella de proyectos menores y nunca de aspirantes al anillo. Al final, nada: el base regresó a los Blazers (lesionado) en una carambola irónica y el único miembro del equipo que estuvo en el anillo de no hace tanto es Bobby Portis, ese héroe de la afición venido a menos que protagonizó mil y una portadas en su día pero que ahora queda opacado por los tejemanejes de un Giannis que se ha hecho con el poder de la franquicia mientras amenaza a la misma franquicia que consiguió controlar. Cosas de esas que pasan en una NBA que no espera a nadie. Y que se ha hartado de esperar por Antetokounmpo.
Por todo eso, y es lo que parece, los Bucks han decidido fichar a Alex, otro hermano de la inacabable saga, con un contrato dual con el que también podrá jugar en la G League. Es un hecho histórico si tenemos en cuenta que Thanasis también está en la plantilla, una que contará por primera vez con tres hermanos en su haber. Y otra maniobra para apaciguar las ansias de rebeldía de un Giannis que sigue a lo suyo camino de los 31 años (los cumplirá el 6 de diciembre) y que sigue haciendo gala de un físico incuestionablemente portentoso mientras protagoniza la peor parte de la era de los jugadores empoderados y sigue dando tumbos dentro de un proyecto que, en parte, se ha ido deshaciendo por sus constantes exigencias y peticiones de cambios que han empeorado el equipo. Uno ya prácticamente irreconocible si lo comparamos con el que ganó el anillo en 2021. Por lo que sea.
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