Howard: “Harden me parecía un Kobe joven y no sé por qué”
El pívot lamenta cómo salió de los Lakers después de ganar el anillo en 2020: “Podrían haber mantenido el bloque pero ficharon a Marc Gasol y Harrell”.
El tiempo en la NBA acabó para Dwight Howard, aparentemente de forma definitiva, cuando la temporada pasada no encontró equipo y tuvo que irse a jugar a Taiwán, con Taoyuan Leopards. Con 37 años, y aunque nunca se sabe mientras siga oficialmente en activo, será difícil un regreso para el pívot, que desde Asia ha hecho el ruido que ha podido intentando, por ejemplo, que otros NBA sin acomodo (especialmente ilustres, como Carmelo Anthony) se fueran allí a jugar con él.
El arco de carrera de Howard tuvo un extraño final. Número 1 del draft de 2004 sin pasar por College, fue uno de los mejores jugadores de la NBA durante su etapa en Orlando Magic (2004-12). En esos años jugó seis de sus ocho All Star y entró cinco veces seguidas (2008-12) en el Mejor Quinteto. También fue tres seguidas (2009-12) Mejor Defensor, cuatro (cinco en total en su carrera) Máximo Reboteador y dos Máximo Taponador. Además, y para aumentar su popularidad, ganó el concurso de mates en 2008, un año antes de jugar las Finales, donde sus Magic no pudieron con los Lakers de Kobe Bryant y Pau Gasol.
En sus ocho temporadas con los de Florida promedió 18,4 puntos, 13 rebotes y 2,2 tapones con casi un 58% en tiros de campo. Pero el 10 de agosto de 2012, todo cambió cuando fue traspasado a los Lakers, una operación masiva que, sin embargo, salió mal. Los problemas físicos (suyos y de toda la plantilla) y su falta de química con Kobe convirtieron la temporada 2012-13 en una pesadilla para unos Lakers que aspiraban a recuperar el trono de la NBA con Kobe, Howard, Pau y un ya veterano y muy lastrado por las lesiones Steve Nash. En el verano de 2013, hizo algo que ninguna estrella había hecho en plenitud: irse como agente libre de los Lakers. Eligió los Rockets, para jugar con James Harden. Pero tampoco salió bien, y ahí comenzó un descenso a los infiernos en el que cada vez se habló más de su falta de actitud mientras el juego evolucionaba hacia un estilo que ya no era óptimo para un pívot de sus características.
Después de tres años en Houston pasó por Hawks, Hornets y Wizards. En el verano de 2019 tuvo por primera vez un pie fuera de la NBA, ya sin nadie interesado en él, mermado físicamente y encasillado como un jugador problemático. Sin embargo, bien entrado agosto, la lesión de DeMarcus Cousins y la ausencia de un pívot de garantía hizo que los Lakers se hicieran de nuevo con él para reforzar el primer proyecto LeBron James-Anthony Davis. Muchos se burlaron de este movimiento, pero los angelinos acabaron siendo campeones en 2020. Y Howard tuvo un papel destacado, perfectamente adaptado a un rol muy secundario, con actitud positiva y tramos en los que defendió y reboteó con la intensidad de los buenos tiempos.
Pero después los Lakers optaron por otra vía y Howard se fue a los Sixers, donde mostró otra vez un obvio declive que ya fue muy obvio en su extraña tercera etapa en los Lakers, la malísima temporada 2021-22, marcada por el nefasto traspaso por Russell Westbrook. Ahora, Howard ha lamentado que los angelinos no optaran por mantener el bloque campeón después de la burbuja de Florida: “¿Por qué no mantuvieron simplemente el mismo equipo? Acabábamos de ser campeones, pero prefirieron fichar a Marc Gasol y Montrezl Harrell. Era su forma de decir que creían que así eran mejores y más jóvenes en la posición de pívot”.
Lo cierto es que los Lakers remodelaron mucho el equipo campeón, que había sido (con Frank Vogel a los mandos) un excelente bloque defensivo pero con atascos en ataque en cuanto no producían a pleno rendimiento LeBron y Davis. Llegaron Marc, Harrell y Schröder, y los Lakers parecieron haber dado en el clavo: llegaron a estar 21-6 en febrero, y parecían en rumbo hacia un segundo título consecutivo, cuando todo se vino abajo por culpa de las lesiones y también, para muchos, del agotamiento físico y mental en una temporada en la que influyó el poco tiempo de paréntesis que habían tenido los que llegaron más lejos en el reinicio Florida. Fue un año de muy mal final para los Lakers… y para Marc Gasol, que ya no estaba tampoco en su mejor momento y que tuvo desencuentros con el equipo, sobre todo tras la llegada de otro pívot a la plantilla, Andre Drummond. El español ya no jugó más en la NBA y no pudo cerrar una etapa histórica con un segundo anillo para él en el equipo, además, en el que su hermano Pau es una leyenda.
Howard, en el programa My Expert Opinion, también ha hablado de las diferencias entre Kobe y LeBron, dos de los mejores jugadores de la historia y dos con los que ha compartido vestuario: “LeBron hace mucho el tonto, le gusta pasarlo bien… Kobe no hacía bobadas con nadie, podría ni pasarse por el vestuario para hablar. LeBron es como si fuera de donde yo crecí, en Georgia. Parecíamos gemelos, nos comportávamos así. Bromeando, pasándolo buenos ratos... Y salíamos a la pista y allí también lo pasábamos bien y dominábamos a los rivales. Pero Kobe simplemente pasaba por delante de nosotros y nada. Nos preguntábamos si iba a hacer eso, pasar y no chocar la mano con nadie, no hablar, no hacer un gesto ni nada. Era así. Mirándolo ahora con perspectiva, imagino que era su forma de intentar que todo el mundo estuviera preparado para entrenar porque los demás sí montábamos mucho barullo. Estábamos allí vacilando y haciendo bromas, y él tenía un enfoque totalmente distinto”.
El pívot también dejó claro que seguramente ahora no repetiría su decisión de 2013, cuando cambió los Lakers por los Rockets y la compañía de Kobe por la del entonces emergente James Harden: “Harden me parecía una versión joven de Kobe. Y no se ni por qué pensaba algo así… Si me hubiera sentado a pensar las cosas y a meditar mis decisiones sin contar tanto con mis emociones, seguramente habría elegido quedarme en L.A.”.