Detenciones por el lanzamiento de juguetes sexuales en partidos de la WNBA
Un grupo de creadores de criptomoneda están detrás de un escándalo que ha salpicado a la competición. “Es ridículo, una imbecilidad”, dice Lynne Roberts, entrenadora de las Sparks.


Solo los que tengan un sentido del humor casposo y zafio pueden encontrarle la más mínima gracia, porque no tiene ninguna, al asunto que ha generado un problema ridículo pero feo en la WNBA: el lanzamiento de juguetes sexuales (masturbadores) a la pista durante los partidos. Un hecho de por sí penoso que se convirtió en todavía peor cuando presumieron de autoría los creadores de una criptomoneda que querían, sencillamente, generar polémica para publicitar su producto. En pleno escándalo, uno de ellos (sin identificarse en una conversación a través de videollamada con ESPN) sacó pecho por una imbecilidad que obligó a parar varios partidos de la Liga femenina (también hay en esto un obvio tufo de estupidez machista) en un tramo de un par de semanas.
Este grupo de supuestos disruptores que en realidad merecen calificativos mucho menos sugerentes buscó una competición en la que consideraban que era fácil montar jaleo y se pusieron manos a la obra con su chusco plan: “Fue una cuestión de ser oportunistas. Analizamos qué liga estaba generando contenidos y conversaciones, en cuál había controversias a las que pudiéramos sumarnos y llevarnos nuestra parte. Queríamos que los memes volvieran a hacer gracia”. No lo consiguieron; tampoco, o es mejor pensar que no pero a saber, su elevado objetivo de “recuperar la creatividad y el espíritu de comunidad en el mundo cripto”.
USA Today fue el primer medio que advirtió de que había una trama detrás de esta cateta moda, y el sindicato de jugadoras (WNBPA) pidió explicaciones a una competición que ya estaba investigando qué pasaba y qué incentivos tenían para actuar así los que acababan lanzando los juguetes sexuales a la pista en pleno partido, con el consiguiente riesgo para las jugadoras (como con cualquier otro objetivo que se lance).
La nueva criptomoneda pasó a estar en circulación el 28 de julio, y el 29 se produjo el primer lanzamiento de un consolador en un partido (Atlanta Dream-Golden State Valkyries). ESPN analizó los grupos de Telegram de los perpetradores y descubrió que efectivamente sus miembros sabían qué iba a suceder con anterioridad a un partido del que compartieron enlaces de streaming y tras el que celebraron su gamberrada con bromas y comentarios (ninguna sorpresa tampoco en esto, claro) muy despectivos sobre las jugadoras y la WNBA. Si a los cinco minutos no sabes quién es el incel, es que el incel eres tú.
Después de ese incidente que obligó a parar el partido, dos personas fueron detenidas por un hecho similar en un Atlanta Dream-Phoenix Mercury. Una de ellas, confesó que había lanzado también el primer consolador en el partido contra las Valkyries. Se enfrenta a cargos por desorden público, comportamiento indecente y violación de la propiedad.
El 1 de agosto, volvió a suceder en un Chicago Sky-Golden State Valkyries. Sophie Cunningham, una de las jugadoras más mediáticas de la liga (compañera de Caitlin Clark en Indiana Fever) se quejó en X después de este tercer caso: “Dejad de lanzar consoladores a la pista. Vais a acabar haciendo que alguna de nosotras se lesione”.
Mientras el lío subía de tono, la seguridad de las franquicias empezó a trabajar en los pabellones para intentar adelantarse a estos lanzamientos lamentables. Un hombre de 18 años fue detenido en la pista de Phoenix Mercury durante el partido contra Connecticut Sun. Según la policía, lanzó un consolador (sacado de los bolsillos de su sudadera) que golpeó a dos personas del público e intentó marcharse pero fue interceptado por el personal de seguridad después del aviso de un trabajador voluntario.
Su nombre era conocido en el grupo de Telegram, donde se le jaleó como una “leyenda” y un “héroe” antes de que se hiciera pública su identidad y su detención. Después, hubo otro lanzamiento en un New York Liberty-Dallas Wings, pero el juguete sexual no llegó a la pista, y en Los Ángeles, en un Sparks-Fever, otro golpeó directamente a Cunningham, la jugadora que se había quejado en sus redes. En paralelo, el anónimo dijo a ESPN que tenía que haber habido otro lanzameinto en el Seattle Storm-Minnesota Lynx pero el encargado del lanzamiento no lo ejecutó.
La WNBA emitió un comunicado cuando comenzaron las detenciones: “La seguridad y el bienestar de todos los que vienen a nuestros pabellones es una absoluta prioridad. Cualquier objeto que se lance a la pista o a otras zonas de asientos supone un riesgo para la seguridad de jugadoras, árbitros y aficionados. Cualquier persona que realice un acto así será inmediatamente expulsada del pabellón y recibirá una sanción de como mínimo un año sin acudir a ningún partido o acto de la liga, más allá de que sea detenido y acusado de los cargos que las autoridades locales consideren oportunos”.
Cheryl Reeve, entrenador de las Lynx, es otra de las que ha hablado con más claridad de este asunto: “Llevamos siglos viviendo esto mismo: la sexualización de la mujer. Esta es la última versión de lo mismo. Y no tiene ninguna gracia. Los que hacen cosas así deberían responder por sus actos. Ellos son el problema, y nosotros tenemos que actuar”. Todavía hubo otro lanzamiento más después de estas palabras, en un Atlanta Dream-Chicago Sky.
Según ESPN y en valoración obtenida de Forbes, el valor de la criptomoneda en cuestión subió un 300% en la semana de más ruido con un asunto que la cultura de internet consideró “un movimiento a lo grande que daba a los usuarios voz en una comunidad divertida y atrevida”. En fin. Google Trends, mientras, detectó un crecimiento de un 3.700% en búsquedas del concepto consolador verde (el color de la mayoría de los que se han lanzado desde el 29 de julio).
Hay, porque todo lo malo se acaba juntando, incluso apuestas online sobre en qué partido volverá a suceder y de qué color será el siguiente juguete sexual lanzado. Y, como todo lo malo se acaba juntando, Donald Trump Jr posteó en Instagram una imagen generada con IA de su padre, el presidente Trump, lanzando un consolador verde desde la Casa Blanca a un partido de baloncesto femenino.
“Es ridículo, es una imbecilidad, es estúpido. Y además es peligroso. La seguridad de las jugadoras tiene que ser lo primero. Tiene que haber respeto al juego, ese tipo de cosas. Esto es una verdadera estupidez”, dijo por su parte Lynne Roberts, entrenadora de las Sparks, en cuyo pabellón fue golpeada por un lanzamiento Cunningham. En Nueva York, mientras, la policía compartía la imagen y los datos del arrestado por el lanzamiento durante el Liberty-Wings, que no llegó a la pista y golpeó a una niña de doce años. Otro “héroe”, seguramente, para los disruptores de la criptomoneda...
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