Curry evita otra disgusto en la Bahía

Durante el primer tercio de la temporada ha habido especulaciones sobre cuánto se van a hundir los Warriors o hasta qué punto van a ser capaces de recuperarse y crecer en el Oeste. La realidad, probablemente, está en ese término medio (ni una cosa ni la otra) que es este equipo: 16-17 tras ganar (121-115) con apuros a Orlando Magic, un equipo con noches mejores y peores y que, pese a la historia que le acompaña y que es ya sagrada en la NBA, no da para mucho más.

Al menos, esta vez ganó porque Stephen Curry jugó un gran partido después de algunos por debajo de su (extraordinario) nivel. El base acabó con 36 puntos, 6 asistencias y 4 robos, y fue determinante en un último cuarto al que regresó con 8:33 por jugar y 92-93 para los Magic. Durante un tramo de cuatro minutos, Curry anotó o asistió en 13 puntos de su equipo, que abrió la brecha suficiente (110-101 a dos minutos y medio del final) para no sufrir. Jonathan Kuminga jugó a buen nivel (19 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias) y Chris Paul (12 y 4 asistencias) y Klay Thompson (15) anotaron tiros importantes.

Klay, después del partido, habló de los problemas que está teniendo esta temporada y de la “energía negativa” que intenta combatir, incluida una reciente conversación con Steve Kerr: “A veces se me olvida el éxito que hemos alcanzado y lo afortunado que soy por haber formado parte de estos equipos campeones que hemos tenido. La charla con el entrenador me ha ayudado a cambiar mi forma de pensar, a olvidarme de los porcentajes de tiro, las medias de anotación o el All Star. A concentrarme en disfrutar de llevar la camiseta de los Warriors y apreciar todo lo que hemos construido aquí”.

Los Magic (19-14) se quedaron cortos en los últimos minutos pero demostraron que son un equipo serio, competitivo. Paolo Banchero acabó con 27 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias, y Franz Wagner con 25+6+3. Faltó un poco de puntería de los demás en un partido que marcó, para los Warriors, el décimo seguido sin el apartado Draymond Green (5-5). Adrian Wojnarowski habló en Navidad de una suspensión que podría acabar abarcando un tramo de entre once y trece partidos, pero el regreso del ala-pívot no parece inminente. Kerr reconoció antes del partido que Green todavía no está en la dinámica del equipo y que su comunicación aún no hay ido a más: “Hablamos un poco, por mensajes de texto. Pero le estamos dejando su espacio, y él nos está dejando a nosotros el nuestro”.

Campanada de los Hornets en Sacramento

Con once derrotas seguidas en la mochila, cansados, con Terry Rozier enfermo y sin LaMelo Ball, Mark Williams, Brandon Miller y Gordon Hayward, los Hornets se plantaron en Sacramento… y ganaron a unos Kings irreconocibles (104-111) que empezaron mal y acabaron peor: 0-10 de los Hornets para cerrar un último cuarto que ganaron 26-36. De’Aaron Fox, tantas veces salvador en esos minutos calientes, no estuvo fino esta vez. Empezó mal (0/5), se entonó después hasta los 30 puntos y 6 asistencias pero no remató en el momento decisivo. Y los Kings (19-13) perdieron uno de esos partidos que parecen, a priori, victorias cantadas.

Rozier anotó 14 puntos en el último cuarto y 34 en total para unos Hornets que no se descolgaron nunca y aprovecharon la pájara final de los Kings, que cerraron muy mal un partido en el que en ningún momento estuvieron a su mejor nivel, con muy poca producción de un Keegan Murray que está en un pequeño bache (10 puntos), Harrison Barnes y un Malik Monk que jugó poco en la primera parte y tuvo una discusión en el banquillo con su entrenador, Mike Brown. Durante muchos minutos, los Kings vivieron de la producción de Domantas Sabonis: 23 puntos, 19 rebotes, 4 asistencias… pero también 11 de las 20 pérdidas de un equipo que, además, falló siete de los 17 tiros libres que lanzó. Una noche para olvidar.

Joel Embiid regresa a lo grande

Los Sixers aplastaron (110-97) a los Bulls en el primer partido de Joel Embiid después de cuatro de ausencia (2-2 sin él), un tramo que incluyo la jornada de Navidad y una derrota precisamente en Chicago solo tres días antes. Pero Embiid lo cambia todo, claro: los Sixers anotaron 12 de sus 16 primeros tiros y siete de sus nueve primeros triples y ganaban 43-18 al final del primer cuarto y 73-42 en el descanso. Con el partido sentenciado, los locales se permitieron anotar solo 37 puntos en todo el segundo tiempo, y ni uno solo en los últimos ocho minutos (desde un 110-80). Embiid solo jugó 31 minutos, no hizo falta más, y firmó el séptimo triple-doble de su carrera: 31 puntos, 15 rebotes, 10 asistencias. Tobias Harris acabó con 20 puntos y 8 rebotes, Tyrese Maxey con 21 puntos y 5 asistencias y Kelly Oubre, con 16 puntos. En los Bulls, todavía sin Zach LaVine y ahora también sin Nikola Vucevic, 16 puntos de DeMar DeRozan, 17 de Coby White, 15 de Dosunmu y 11 con 17 rebotes de Andre Drummond. 23-10 ahora para los Sixers y 15-20 para los Bulls.

En Nueva Orleans, otra paliza: los Pelicans aplastaron (112-85) a unos Nets en un pésimo momento: cuatro derrotas seguidas y nueve en once partidos en los que solo han ganado a los Pistons (dos veces). El partido estaba roto al descanso (59-34) y las ventajas llegaron a 32 puntos. No tuvieron que forzar ni Zion Williamson (10 puntos) ni Brandon Ingram (12) ni CJ McCollum (16). Los Pelicans han ganado ocho de sus últimos once partidos y están 20-14. Los Nets, 15-19 y en riesgo de verse fuera hasta del play in del Este. Cam Thomas firmó un 0/11 en tiros, Spencer Dinwiddie un 0/6 y Royce O’Neale otro 0/6. Entre los tres, 0/23 y ni un solo punto. Cam Johnson anotó 17 y Mikal Bridges, 13.

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