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Crecen las dudas en Milwaukee Bucks

Tensión tras perder contra los Pacers. Portis se enfrentó al entrenador y Giannis fue crítico: “A veces creo que no estamos organizados en absoluto”.

Crecen las dudas en Milwaukee Bucks
ETHAN MILLERAFP

Milwaukee Bucks está ganando muchos partidos: 15-7 y segundo del Este después de su derrota en una semifinal del In Season Tournament que también suma para la regular season (como todos los partidos del torneo menos la final). Es así por la simple fuerza de tener a dos jugadores como Giannis Antetokounmpo y Damian Lillard. Pero las sensaciones no son las mejores, el juego del equipo deja dudas, muchas si se piensa en el único objetivo para el que se ha construido este proyecto, ganar el anillo. El nuevo entrenador Adrian Griffin, sin experiencia como head coach, también ha sido ya cuestionado como director de una plantilla a la que, tras la salida de Jrue Holiday en la operación Lillard, le falta claramente un guard de perfil defensivo. Y, desde luego, más profundidad en su rotación.

Así que los Bucks eran uno de los equipos más abocados a sentir presión en este primer In Season Tournament, uno de los que peor sabor de boca tendría si llegaba una derrota que llegó, en semifinales y contra los Pacers de Tyrese Haliburton. Un partido en el que los de Wisconsin partían como favoritos (y llegaron por delante al último cuarto) a pesar de que los Pacers ya habían avisado en cuartos con su espectacular triunfo contra Boston Celtics.

Para confirmar que los Bucks viven pendientes de recibir buenas noticias porque la presión se amontona en su vestuario, hubo lío después de la derrota. Bobby Portis, uno de los veteranos de la plantilla y uno de los campeones en 2021, se enfrentó a Griffin, y al resto de sus compañeros “de forma apasionada”, según el periodista Chris Haynes (Bleacher Report), que tiene una excelente relación, entre otros, con Damian Lillard.

Una de las claves de la derrota estuvo en el rebote: los Pacers ganaron esa batalla y, sobre todo, capturaron 15 en ataque de los que sacaron 27 puntos en segunda oportunidad. En la segunda parte, 11 para 15 puntos determinantes cuando la zona 2-3 que pusieron los Bucks estaba colapsando el ritmo de los de Carlisle. Griffin llegó al vestuario tras el partido muy enfadado por esas oportunidades concedidas, y Portis intervino exaltado para decirle al entrenador que tenía que “estructura el ataque en los finales de partido”, siempre según Haynes.

El ala-pívot, que solo jugó 18 minutos, también se dirigió al equipo y dejó claro que el entrenador tiene que dirigir pero que son ellos, los jugadores, los que tienen que ejecutar. Griffin se tomó bien las palabras de Portis y reconoció que podía haber hecho un mejor trabajo a la hora de indicar las acciones de ataque. Las pérdidas fueron otro problema de los Bucks, y han sido un termómetro durante toda la temporada. Cuando las controlan, dominan los partidos. Si no lo hacen, son mucho más vulnerables.

En los meses que lleva al frente del equipo desde que sucedió a Mike Budenholzer, Griffin ha tenido discusiones fuertes durante partidos con Antetokounmpo, y ha tenido que debatir con sus jugadores la forma de defender ya que llegó con un estilo mucho más agresivo que el del anterior técnico, uno que en el vestuario se consideraba menos apropiado, sobre todo para un pívot de las características de Brook Lopez. Además, el asistente Terry Stotts se fue antes de comenzar la temporada después de haber sido fichado como segundo de lujo. Un técnico veterano y con muy buena relación con Lillard por sus años en Portland, el divorcio llegó tras un encontronazo delante de unos jugadores de los que se decía que tenían mejor relación con Stotts que con un Griffin que no llevaba eso bien.

Antetokounmpo también habló después del partido de la preparación táctica del equipo: “Tenemos un talento increíble pero tenemos que estar mejor organizados. A veces me da la sensación de que no estamos nada organizados, absolutamente nada. No sabemos qué queremos hacer en ataque y no volvemos rápido en la transición defensiva. La química tiene que seguir mejorando, tenemos compañeros nuevos a los que todavía estamos conociendo. Tenemos que saber sus fortalezas, sus debilidades… no es como los años anteriores, que éramos básicamente el mismo equipo. Pero a veces parece que pensamos que porque tenemos jugadores muy buenos, el rival nos va a regalar la victoria. Y no es así, tenemos que ser mejores. Tenemos que salir a la pista y arrebatársela al rival. Somos muy buenos individualmente, pero si no salimos a competir, no nos van a respetar”.

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