Cambio de piezas en Portland para Lillard
Los movimientos recientes en los Blazers pueden formar el engranaje perfecto para la superestrella de la NBA. Ahora falta que él también dé el paso.
La temporada que comienza en octubre llega con ilusión para unos equipos e incertidumbre para otros. Tras varias campañas intentando colarse entre los mejores equipos del Oeste, un cambio de aires se postula como la mejor solución en Oregon.
Tres campañas después de alcanzar las finales de Conferencia (2018-2019) y marcharse a casa tras un 4-0 de los Golden State Warriors, en Portland decidieron reconstruir. Pero no de la manera convencional.
En este pequeño período, los Blazers perdieron dos veces en primera ronda (frente a Lakers y Nuggets) y no se clasificaron para la postemporada la campaña pasada. La gerencia tuvo claro que era el momento exacto de romper con lo anterior y abrir los brazos a lo nuevo.
Con Damian Lillard, de 31 años, como pieza angular del proyecto desde 2015, fecha en la que se marcha LaMarcus Aldridge de Portland y la franquicia decide dejar todo en manos del base, en los Blazers sabían que no estaban por el camino indicado.
Tanto es así que, nueve temporadas después, deciden traspasar a un emblema en el equipo como CJ McCollum, compañero en la posición de escolta y amigo de la estrella el pasado mes de febrero. Una declaración de intenciones de lo que estaba por venir.
Además, jugadores importantes como Robert Covington, Larry Nance Jr o Norman Powell salían de Oregon para dejar hueco a las caras nuevas que pretenden cambiar la dinámica de la franquicia.
Portland pescó en Detroit. Jerami Grant, jugador que tenía un pie y medio fuera de la franquicia, llegaba a los Blazers a cambio de rondas del Draft. La llegada del alero aportará un plus defensivo necesario en el equipo. El ex de los Pistons se convertirá en el escudero perfecto para el base estrella en ambas canastas.
Cabe recordar que Grant ha promediado 20,9 puntos, 4,4 rebotes y un 35% desde el triple por encuentro en sus dos temporadas en Michigan. Todo ello sin contar con su impresionante versatilidad defensiva que le permite reducir la influencia en el partido de jugadores pequeños y grandes. Esto vendrá de perlas a unos Blazers que fueron la peor defensa de toda la liga de la pasada campaña regular.
A su vez, la llegada de Gary Payton II, campeón de la NBA con los Golden State Warriors, reforzará este apartado. El jugador exterior, de 29 años, se encuentra en el momento más dulce de su carrera. Viene de ser importante para los de Steve Kerr tras varias temporadas sin un rumbo fijo en la liga.
El período de reconstrucción llegó de manera fortuita. En una campaña en la que solo pudo disputar 29 partidos, Lillard se encuentra en un momento crucial de su carrera. Su lesión abdominal le ha alejado de las pistas por más de cuatro meses.
El seis veces All Star solo pudo sentarse en el banquillo y ver cómo sus jóvenes compañeros perdían cada noche. Desde que el 10 de febrero se cerrara el período de traspaso y saliesen los jugadores anteriormente mencionados, los Blazers tuvieron un récord de cinco victorias y 21 derrotas, incluyendo una racha de 11 partidos consecutivos perdiendo para cerrar la temporada.
Pero no todo fueron malas noticias. La irrupción de Anfernee Simons a causa de la lesión de Lillard es uno de los pocos brotes verdes en los últimos meses de la franquicia. El jugador de 23 años promedió 17 puntos por encuentro con un 40.5% de acierto en el triple.
Este rendimiento le sirvió para asegurarse un contrato de 100 millones de dólares en cuatro temporadas. Aunque parezcan cifras desorbitadas, Portland, al ser un mercado pequeño en la competición, tiene que asegurar a sus estrellas con una gran cantidad de dinero en la mesa.
Piezas titulares y con importancia para Chauncey Billups, entrenador del equipo, como el bosnio Jusuf Nurkic o Josh Hart, que llegó en el traspaso de McCollum a New Orleans, serán refuerzos de lujo para el base en su vuelta a las canchas.
Una mezcla de futuro y presente. Una combinación de veteranía y juventud. En Oregon quieren competir en el Oeste sin dejar de lado el futuro de la franquicia. El ejemplo perfecto de ello es Anfernee Simons, acompañado de los novatos Shaedon Sharpe y Jabari Walker.
Sharpe representa el ideal de las expectativas. Un jugador con proyección infinita que no disputó ni un solo minuto la pasada temporada en Kentucky. El jugador acordó con John Calipari (entrenador universitario) no disputar ni un minuto y presentarse al Draft de 2023, pero Sharpe finalmente se presentó al de 2022. Su talento le hizo ser elegido en la séptima posición del pasado Draft. Uno de los grandes nombres de la gala.
Tener al lado a una figura como Damian Lillard le ayudará en sus primeros años en la liga. Sin competir en partidos profesionales aún, Sharpe aprenderá de la estrella de los Blazers a mantener los pies en el suelo y escalar en la liga a su adecuado ritmo.
Sobre el segundo, a pesar de ser elegido en el 57º puesto, dejó grandes sensaciones en la Summer League, torneo veraniego en el que los Blazers se llevaron el campeonato. El ex de Colorado puede ser un arma desde el banquillo en un equipo que apuesta por los jóvenes. Alero con buena habilidad para el rebote. Lo poco que tira desde fuera, lo anota (40% desde el triple en sus dos temporadas en baloncesto universitario en 2.5 intentos por partido).
Esta apuesta la temporada pasada no fue forzada solo por la situación, sino que la franquicia, al no tener equipo asignado en la G-League, tiene una dificultad mayor a la hora de gestionar a sus jóvenes.
Esta apuesta se puede concretar en jugadores como Trendon Watford, Brandon Williams (que tuvo un gran nivel en el filial de los New York Knicks antes de debutar con la camiseta de Portland), Keon Johnson, CJ Elleby (que jugará en Minnesota la temporada que viene) o Greg Brown III, entre otros.
En Portland las cosas serán diferentes la temporada que viene. Este cambio de piezas busca crear (otra vez) un equipo competitivo en torno a la figura de Damian Lillard. El jugador, a sus 31 años, quiere conseguir grandes cosas con la franquicia que apostó por él en el Draft. Nunca se ha dudado de su lealtad.
En un temible Oeste, los Blazers pueden ser uno de los equipos que pase por debajo del radar para conseguir un puesto en los ansiados Playoffs. Las llegadas de Jerami Grant y Gary Payton II ejemplifican unas ideas de sistema y juego distintas a las que se vieron en el Moda Center de Portland las últimas temporadas.
Carácter, experiencia y juventud para unos renovados Blazers. Aún queda para que puedan competir contra los mejores de su Conferencia, pero en las oficinas de los Blazers quieren perder el tiempo. La NBA no para, y mejor tarde que nunca.