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NBA | Resumen de la jornada

Cada vez más lejos de los Cavs

Mala noche para Celtics y Knicks. El campeón se hundió al final contra unos Kings renacidos; Los neoyorquinos, aplastados por los Thunder.

Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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En back to back, los Cavaliers ganaron el partido del año (¿del siglo?) contra los Thunder y salvaron, 24 horas después, la “trampa perfecta” (definición de su entrenador, Kenny Atkinson) que suponía, en plena bajada de adrenalina y sin Donovan Mitchell, la visita de los muy débiles Raptors. Están casi a mitad de curso (33-4) en ritmo de igualar el 73-9 de los Warriors, una barbaridad que obviamente está dejando atrás a todos los demás. Por los pelos a lo Thunder (31-6), pero cada vez con más margen en la Conferencia Este. Especialmente después de una noche de viernes que desnudó a sus dos grandes perseguidores, el campeón Boston Celtics y los Knicks, el nuevo súper equipo para este año: segundo y tercero, respectivamente, la diferencia con los Cavs es ya de seis y medio (27-11) y nueve partidos (25-14).

Los Celtics se estrellaron severamente en el Garden (97-114) contra unos Kings renacidos desde el despido de un Mike Brown cuya desconexión con el vestuario era obvia en sus últimos partidos en el puesto y lo es todavía más ahora, viendo el nivel de energía y atención a los detalles con el que los jugadores siguen las instrucciones de Doug Christie, una institución en Sacramento desde que jugaba con el número 13 y perseguía por toda la pista a Kobe Bryant. De asistente a interino aglutinador, tiene a los californianos en racha de seis victorias, otra vez en el 50% (19-19). Y eso después de tres partidos sin D’Aaron Fox, lesionado; el último esta exhibición en pista del campeón que selló una noche de extremos. El mejor triunfo del curso para unos, seguramente la peor derrota para los otros.

Los Kings ganaron ese juego de las matemáticas que, a priori, es el menú del día de los Celtics: tiraron 18 tiros más (84-102) y con mejores porcentajes, algo muy obvio desde la línea de tres, donde los visitantes (18/47) aplanaron a unos Celtics en su peor versión (11/41, por debajo del 27%). Además, más pérdidas verdes (15-12, ocho de un Jayson Tatum que batió el récord del equipo este curso) y más puntos en transición rápida y en segunda oportunidad de unos Kings que arrasaron en el rebote (43-56) con el doble de rechaces en ataque: 8-16. Domantas Sabonis capturó los mismos que todo el equipo contrario, en rumbo a una noche histórica: 23 puntos, 28 rebotes, 3 asistencias, 10/15 en tiros. Una exhibición de poder debajo de los aros que marcó el récord de capturas en el TD Garden (estaba en 24, de Kevin Love en 2011) y supuso el tope total de un rival de los Celtics desde Kareem Abdul-Jabbar en 1971. También, claro, el techo de esta temporada (hasta ahora 23, de Wembanyama).

Pero no fue solo Sabonis: la energía contagiosa de Keon Ellis y Devin Carter merece, y eso a Mike Brown le costó verlo, más espacio en el backcourt, también cuando regrese Fox. Keegan Murray (19 puntos) recupera toque, Malik Monk lidera (22 y 8 asistencias) y DeMar DeRozan (24 y 9) sigue siendo capaz de arreglar con unas cuantas canastas importantes en el último cuarto un partido que iba para discreto. Ese último parcial iluminó esta nueva versión, muy viva, de los Kings: se abrió 76-76 y había reventado (85-100) en el ecuador, rumbo a un 21-38 total con los Celtics extrañamente (aunque no sea la primera vez en los últimos tiempos) desfondados.

No fue un buen partido para un equipo que está, y este sí es un dato sorprendentemente malo, 13-7 en su pista. Vivió de Kristaps Porzingis (22 puntos y 10 rebotes) y Jaylen Brown (28 y 5 asistencias) sobre todo en el primer cuarto, en el que le cayó un chaparrón de triples, su propia medicina (27-34). Después reaccionó y durante el segundo cuarto y parte del tercero pareció otro de esos partidos que los Celtics ganan sin hacer gran cosa. Porque sí. Pero no, esta vez (como en OKC) acabaron desnudos y tiritando. No son ahora mismo el equipo redondo y aparentemente invencible que ganó el anillo en junio. Pero todavía es pronto para pensar que no van a poder volver a serlo cuando se acerque un poco más la primavera. Su balance es 27-11, solo ligeramente peor que el de la pluscuamperfecta temporada pasada a estas alturas (29-9) y en un porcentaje de triunfos del 71%, que si se excluye ese año pasado (78%) sería el mejor para la franquicia desde 2009. Hacen falta más evidencias, más partidos así, para dudar del campeón. También, por ahora, en estos días en los que se queda sorprendentemente corto (42 puntos en la segunda parte).

Los Thunder dan una lección a los Knicks

Lo mejor para los Celtics es que los Cavaliers se escapan, veremos si definitivamente, pero los Knicks no llegan: después de nueve victorias seguidas y lo que empezó a parecer las señas de identidad de un ataque capaz de competir por el anillo, los neoyorquinos han perdido cuatro de cinco y están 25-14, todavía a dos partidos y medio de los Celtics. La mala racha comenzó el pasado viernes en OKC y se agravó con la visita de esos mismo Thunder, rabiosos además después de su derrota en Cleveland: incontestable 101-126, con raciones de abucheos en el Madison.

Lo peor para los Knicks es que parecen cansados, y que esa es una historia recurrente en los equipos de Thibodeau. De los aspirantes al anillo, solo ellos tienen más de dos jugadores por encima de los 34 minutos en pista por noche. De hecho, tienen cinco. Todo el quinteto titular. Las cosas de Thibodeau, que es como es y parece que así seguirá, maridan con un banquillo raquítico, que apenas rasca producción. Eso es un problema siempre, pero especialmente si el quinteto se queda en un 2/17 en triples y si entre Mikal Bridges y OG Anunoby firman 4 puntos y un 0/12 desde la línea de tres. Karl-Anthony Towns, al menos, acabó con 23 puntos y 10 rebotes contra un rival que pareció en otra galaxia. Y no es la primera vez para los Knicks, que han perdido los cinco partidos que han jugado contra los dos primeros de cada Conferencia.

Si el pasado viernes Aaron Wiggins fue clave en la remontada de los Thunder, esta vez los Knicks sufrieron (y sin falta de llegar al último cuarto) a otro secundario: Isaiah Joe acabó con 31 puntos y un 8/11 en triples que era un 6/7 en el descanso, cuando el partido ya había saltado por los aires (43-70). Los locales, contra la mejor defensa de la NBA, se quedaron en un 38% en tiros, 4/31 en triples por el 14/27 de su rival, que básicamente hizo todo mucho mejor. Jugó Alex Caruso y Shai Gilgeous-Alexander añadió otra carta a una baraja que va camino de valer un MVP: en menos de 30 minutos en pista, 39 puntos con un 15/21 en tiros de campo. Si alguien necesitaba explicaciones de por qué no había que sacar conclusiones tremendistas de su derrota en Cleveland, los Thunder las repartieron a paladas en la Gran Manzana.

Los resultados del viernes en la NBA:

N.Y. KNICKS 101-OKC THUNDER 126

BOSTON CELTICS 97-SACRAMENTO KINGS 114

INDIANA PACERS 108-GOLDEN STATE WARRIORS 96

CHICAGO BULLS 138-WASHINGTON WIZARDS 105

PHILADELPHIA 76ERS 115-N. O. PELICANS 123

ORLANDO MAGIC 106-MILWAUKEE BUCKS 109

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