Bronny asoma la cabeza
Las bajas de los Lakers, incluida la de LeBron, permiten al joven jugador contar con relativos minutos de calidad y seguir progresando.


“Tengo que ser la primera persona en la historia de la NBA en lanzar un pase elevado a un padre y otro a un hijo”. Las palabras de Austin Reaves dejan entrever una anomalía que no se puede normalizar. Y ya no es que un padre y un hijo jueguen al mismo tiempo en la mejor liga del mundo, sino que lo hagan en el mismo equipo. El 22 de octubre de 2024, hace ya más de un año, ocurrió un hecho histórico cuando, durante el segundo cuarto del primer partido de la regular season que enfrentaba a los Lakers con los Timberwolves, JJ Redick introdujo en pista al mismo tiempo a LeBron y Bronny James. Fueron apenas dos minutos, pero sirvió para que la gente aplaudiera y se pudiera ver en vivo y en directo un hecho histórico en la competición norteamericana.
La temporada de Bronny, eso sí, fue bastante discreta. Con algún momento de brillantez en sus incursiones en la G League, pronto se hizo evidente lo que era un secreto a voces: que por mucho talento que pueda tener el Rey, su hijo nunca iba a ser el príncipe heredero. Con los Lakers, se dedicó a jugar los minutos de la basura y a participar en partidos intrascendentes, aunque debutó en playoffs. Con menos de 190 centímetros (188) es bajo para la NBA, y aunque tiene buenas cualidades defensivas y excelentes manos, sus problemas en el lanzamiento le impiden progresar de la manera adecuada y tener cabida en una rotación de una competición altamente competitiva. Su actitud, intachable, no esconde la realidad, pero sí le permite ser una figura respetada dentro de la entidad.
Las cosas, eso sí, han empezado a cambiar. No de forma radical, pero sí paulatinamente. Y siempre teniendo en cuenta el contexto en el que están los Lakers: 6-2, terceros de la siempre competitiva Conferencia Oeste y con cuatro victorias consecutivas, pero con muchos lesionados, entre ellos el propio LeBron. Sin ir más lejos, en la última victoria ante los Blazers (115-123) jugaron también sin Luka Doncic, Gabe Vincent, Austin Reaves ni Adou Thiero. Y este hecho ha sido una constante en el inicio de curso baloncestístico para los angelinos, lo que ha provocado que JJ Redick amplíe la rotación, acorte tiempo en pista de según quién para no acumular fatiga y haga las cosas de otra manera. Algo que le ha venido bien a Bronny, que cuenta con relativos minutos de calidad.
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En tres de los ocho partidos que los Lakers han jugado esta temporada, el base ha jugado casi 20 minutos: en los dos contra los Blazers (derrota y victoria) y frente a los Heat. Por ponerlo en contexto, la temporada pasada jugó 27 partidos, y superó los 10 minutos en apenas cinco, con sólo dos por encima de los 20. Una clara mejoría en cuanto a su protagonismo: hizo 3 rebotes, 3 asistencias y 1 robo en el primero de esos duelos; 2 puntos, 2 asistencias y 3 robos contra los Heat, encuentro que finalizó con la famosa frase de Reaves que abre estas líneas. Y en la victoria contra los Blazers se ha ido a 5 tantos y 6 pases a canasta. Parece que el contexto le ha ayudado y, aunque su porcentaje de tiro sigue siendo horrible, está aportando. Ya veremos cómo evoluciona la situación. Pero, de momento, Bronny asoma la cabeza.
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