Ben Simmons: “Sé que la gente cree que estoy robando...”

Con 28 años, en el tramo que debería ser el de su prime, un tres veces all star de la NBA con contrato de gran estrella (40,3 millones antes de ser agente libre el próximo verano) no debería estar anclado en un equipo que ha entrado en fase de derribo y reconstrucción total como los Nets que entrena el español Jordi Fernández. Pero, con sus eternos problemas de espalda y una narrativa que lo ha descartado para el primer nivel competitivo, esa es la realidad para Ben Simmons. El base australiano sabe que pocos creen ya en su regreso al gran escenario y que ya se considera casi una cantinela de cada verano la narrativa de su puesta a punto y regreso. El esta vez sí: su última convocatoria para el all star fue en 2021.

Simmons (que llegó a la NBA como un número 1 de draft con un hype desmedido) es, de pronto, un veterano con un pasado efímero pero ilustre en un equipo con muchos jugadores jóvenes. En el que primero tiene que demostrar que puede estar en pista con continuidad y, el segundo paso, que puede acercarse al jugador que fue: actividad defensiva, polivalencia, creación de juego en transición… Mientras, no sabe qué será de él. Ahora, con un contrato que termina, y cuando salga al mercado en verano. Así se lo ha reconocido al New York Post: “Tenemos un equipo muy joven y quiero ayudar a que estos chicos sean mejores, quiero dar ejemplo y liderar. Jordi Fernández debuta como entrenador principal, es un año muy importante también para él… quiero ser el líder del equipo”.

¿Y el futuro? Parece que, a estas alturas, ha asumido lo que le toca vivir: “Que le den a lo que vaya a pasar el próximo año. Al contrato que vaya a poder firmar, a si puedo siquiera firmar algún contrato… Quiero hacer mi trabajo mientras esté aquí, ser profesional y ayudar en todo lo que pueda a mis compañeros. Así que, ¿quién sabe? Mientras mi cuerpo me lo permita, quiero jugar. No sé cuánto será: un año, cinco seis… quiero seguir haciendo esto hasta que literalmente ya no pueda hacerlo más”.

Con esos problemas de espalda permanentes, su incapacidad para tener continuidad (se ha perdido 189 de 246 partidos posibles en las tres últimas temporadas) ese contrato (cinco años, 177 millones) que firmó en Philadelphia cuando parecía que podía ser uno de los dos o tres mejores jugadores de un equipo campeón, el australiano sabe que se ha convertido en uno de los villanos favoritos para muchos aficionados. O, todavía peor, una fuente de memes y bromas. Así que ha dejado casi totalmente las redes sociales y está tratando de preocuparse también más que antes por la otra salud, la mental: “No creo que sea sano estar en redes simplemente viendo todo lo que dicen de ti. Ya ni entro en Twitter, no le encuentro ninguna utilidad. Sé que la gente dice que estoy robando por llevarme el contrato que tengo. Pero no es así. Cuando lo firmé, está jugando a un nivel súper alto. Pero entonces, desafortunadamente, llegaron las lesiones. Es una falta de respeto que digan eso, pero ya sé que pueden decir lo que quieran. Que vivan con ella, al final tendrán que lidiar con las cosas que dicen”.

Jordi Fernández, por su parte, solo tiene buenas palabras para su pupilo tras el primer contacto entre el entrenador emergente y el aspirante a estrella en el ocaso: “Un Ben Simmons sano es un muy, muy buen jugador de baloncesto. Y en eso me centro. No tengo redes sociales. Sé que acaban sacando lo peor de la gente: si quieres que se te escuche, tienes que decir algo negativo. Un comentario negativo aplasta a diez positivos. Yo estoy muy contento con el punto en el que está Ben, cómo está pudiendo trabajar cada día. Sí, un Simmons sano es un muy, muy, muy muy buen jugador de baloncesto. Un tres veces all star. Y eso es lo que tenemos ahora mismo con nosotros”.

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