Antoine Davis se quedó a cuatro puntos
El histórico récord universitario de Pete Maravich estuvo a punto de caer. Después, hubo presiones para que el aspirante no jugara un partido extra y lo batiera.
Hay varios récords sagrados en el baloncesto estadounidense. Únicos, considerados patrón oro. Uno es el de Pete Maravich, el inolvidable Pistol, un jugador adelantado a su tiempo y cuya historia fue una de triunfo y tragedia, un trance único reflejado de forma descarnada en el extraordinario libro Pistol, de Mark Kriegel.
Retirado demasiado pronto en la NBA por culpa de las lesiones de rodilla, Maravich, cuya vida estuvo marcada por su compleja relación con su padre, el entrenador Press Maravich, fue un jugador único, un espectacular guard que jugó tres años de College en LSU y se convirtió en leyenda: anotó 3.367 puntos en 83 partidos. Un récord absoluto con, además, una media también única: 44,2. Logros que apiló, además, entre 1968 y 1970. Es decir, sin tiro de tres puntos y en una época en la que en el primer año universitario no se jugaba con el primer equipo. Fue uno de los grandes innovadores y de los padres del espectáculo total en las pistas de baloncesto. Y en una cancha, jugando una pachanga, murió en 1988. Con solo 40 años y por culpa de un problema cardiaco que no se le había detectado hasta entonces.
Han pasado 53 años y el récord de Maravich, un icono del baloncesto estadounidense, ha pendido literalmente de un hilo. Ha estado a punto de batirlo Antoine Davis, un guard pequeño (1,85) cuyo futuro en principio no pasa por la NBA y que no ha estado en los focos de los grandes medios durante cinco años en la universidad de Detroit Mercy. Los cuatro de elegibilidad más un quinto de prórroga porque la NCAA concedió uno extra como opción para paliar el extraño curso (2020-21) de la pandemia.
Davis ha jugado cinco años y 144 partidos, 61 más que Maravich. Y se ha quedado en 3.664 puntos, a tres de igualar y cuatro de superar la marca absoluta. Su media ha sido de 25,5 puntos. Que le habría bastado para asaltar el récord en su último partido, pero se quedó en 22 puntos con un 7/26 en tiros y un 4/16 en triples. Su equipo, por cierto, perdió (71-66) en cuartos del torneo de su División, la Horizon League. Eso ponía punto y final a la carrera universitaria de Davis… salvo que su equipo fuera invitado al College Basketball Invitational, algo que finalmente no ha sucedido. Entre otras cosas porque hubo llamadas y correos electrónicos para pedir que Davis no participara en este torneo y no pudiera así desbancar, por la puerta de atrás, a alguien de la talla de Maravich.
Él se ha mostrado decepcionado, claro: “Estoy disgustado. Creo que me han robado algo que nunca voy a poder recuperar. Creo que es muy egoísta, y bastante raro, que la gente haya mandado emails y llamado al College Basketball Invitational para decir que no deberíamos estar en el torneo para que yo no tuviera opción de batir el récord. Pero todo esto no me va a hacer bajar la cabeza. Sigo pensando que soy el mejor anotador de mi generación, especialmente ahora que he acabado segundo de siempre por detrás de él”. En su última temporada ha promediado 28,4 puntos con un 41% en triples. Anotador capaz de meter tiros complicados, aunque pequeño para la Liga profesional, intentará buscar sus oportunidades en una NBA cuyas puertas le costará abrir.
Un camino retorcido... y finalmente sellado
Su universidad acabó con un récord de 14-19, y fuera del torneo principal de la NCAA (su mayor éxito fue llegar al Sweet 16 en 1977) y también del NIT (National Invitation Tournament). Así que su opción de jugar al menos un partido más y asaltar la marca de Maravich pasaba porque sus Titans fueran invitados al CBI, un torneo en el que compiten dieciséis universidades que no forman parte de los otros dos campeonatos. A diferencia del NIT, en el CBI sí pueden jugar equipos que terminan la temporada por debajo del 50% de victorias. Y la posibilidad del récord habría dado unos cuantos titulares, desde luego. Pero, finalmente, ha podido más la presión de que un jugador considerado menor no pudiera batir, con muchos más partidos jugados, el récord de Maravich. Su equipo habría tenido que pagar 27.500 dólares para participar y a él le habría bastado con cuatro puntitos para superar los 3.667 de Pistol.
Mike Davis no solo es el entrenador de los Titans: también es el padre de Antonie. Y había dejado claro que jugarían si les llegaba la invitación. El presidente del grupo que organiza el CBI, Rick Giles, aseguró que había habido marejada… pero que no habían decidido solo por eso: “Llegaron mails, mensajes de voz… Mucha gente no quería que se batiera así el récord de Pete Maravich. Pero la decisión no se ha tomado solo por eso”. Jaeson Maravich, el hijo de Pete, tampoco huyó de la polémica: “Creo que no habría estado bien. Si acabas 14-19, tu temporada tendría que estar terminada. Es un tema muy personal, muy sensible, para mí. Pero quiero dejar claro que no estoy molesto con Antoine Davis y no tengo nada malo que decir de él. Lo que veo mal es que existan este tipo de campeonatos”.
Y él, Davis, se acuerda de sus fallos en la derrota contra Youngstown, en el que fue finalmente su último partido en College, el 144. Especialmente de los cuatro triples que erró en los últimos dos minutos, en busca de esos 26 puntos que se escaparon: “Lo pude hacer ese día, no puedo estar enfadado por no haber llegado. Lo que no entiendo es que a la gente le enfade que intentáramos jugar más partidos”. Su padre y entrenador comparte esa línea de pensamiento: “La gente nos pinta de una forma que no somos, como si quisiéramos comprar un récord con dinero. El CBI nunca nos iba a dejar participar viendo la que se le podía venir encima. Había equipos diciendo que no jugarían si estábamos nosotros y hubo llamadas a nuestras oficinas, al presidente y al director deportivo. Igual que a los organizadores de los torneos. Y todo para dejarnos fuera”.