NBA | JAZZ 124 - 126 GRIZZLIES
Aldama se reclama a sí mismo
El ala-pívot, que no recibió la extensión en el plazo estipulado, empieza la temporada con una actuación soberbia: 27 puntos y victoria de los Grizzlies.
Los Grizzlies ya están aquí. La franquicia de Memphis, atrapada durante más de un años en el escándalo en torno a Ja Morant, su uso de armas de fuego y las secuelas posteriores, pretende salir a la luz y escapar de la polémica con un salto hacia delante. Y lo mejor que podían hacer era empezar ganando: al fin y al cabo, hace dos temporadas eran el segundo clasificado de la Conferencia Oeste tras Denver Nuggets, el curso pasado ocuparon el antepenúltimo puesto con 27 victorias, solo por delante de dos equipos cuyas aspiraciones iniciales eran otras, como Spurs y Blazers. En esas se movieron los Grizzlies, que parecían emerger cuando recuperaron a su base estrella, que regresó como un mesías de su sanción tras los desmanes, pero se lesionó con sólo 9 partidos disputados. La justicia cósmica parecía interceder en contra de la mala cabeza de un hombre extraordinariamente talentoso, pero estancado en errores propios, sin opciones de emerger y con un frenazo muy importante en su progresión, pero que no tenía por qué ser definitivo.
De momento, talento sigue quedando de sobra en Morant, que ha cumplido 25 años este verano y liderará un proyecto que la temporada pasada no pudo ser tal especialmente por la cantidad de lesiones sufridas, que los obligaba a jugar incluso con miembros de la G League. Pero aquí están los Grizzlies: son muchas las franquicias que sufren un año de desgracias que se lo toman como asueto para luego regresar como si no hubiera querido la cosa. En Memphis están más o menos los mismos jugadores, con la plantilla manteniendo el bloque. También el cuerpo técnico, liderado por Taylor Jenkins. Las mismas estrellas y los fichajes esperanzadores que había antes de que todo se complicara, como Marcus Smart, defenestrado de unos Celtics que finalmente ganaron el anillo, pero sin él, que fue todo un referente en una franquicia que le tuvo que dar la espalda para dar el salto definitivo al campeonato. En Tennessee, eso sí, todo sigue igual: la plantilla es joven, el proyecto prometedor y la esperanza debería estar intacta. Todo puede pasar, pero los Grizzlies tienen un equipo en el que puede asomar la cabeza dentro de una Conferencia Oeste más abierta que nunca. Ya se hicieron hueco hace año y medio. ¿Por qué no iban a repetir?
De momento, el inicio del curso baloncestístico 2024-25 ha sido ideal para los Grizzlies, que han ganado un apretado partido en Salt Lake City (124-126), un lugar siempre difícil donde los Jazz han tenido opciones hasta el final. Pero la conquista de la ciudad mormona de Utah ha tenido lugar: primero Morant dio 5 de ventaja a los suyos a falta de 38 segundos para el final antes de que Keyonte Jones recortara distancias desde el mismo lugar. Los locales defendieron, como tenían que hacer, a un triple de forzar la prórroga. Y encontraron lo que buscaban con el error de Desmond Bane... pero Santi Aldama atrapó el rebote ofensivo. Era el final: el propio Bane resolvió desde la personal y un postrero triple de Lauri Markkanen no sirvió más que para maquillar el resultado e inclinar la balanza de una lucha titánica, un enfrentamiento en el que los Grizzles siempre mandaron (llegaron a ir 17 arriba), pero los Jazz, aguerridos, siempre respondieron, estando muy cerca de culminar una remontada que no fue tal.
Hasta siete jugadores de los Jazz consiguieron dobles dígitos, merced al juego colaborativo que ya mostraron con el joven Will Hardy la temporada pasada. Un proyecto que, con Danny Ainge en los banquillos, está empeñado en reconstruir (el incansable y a veces insoportable mantra del directivo), pero que podría aportar algo más que eso. Markkanen, con 35 puntos, fue el mejor, ayudado por Walker Kessler, que produjo 16 tantos y 14 rebotes en la zona. En los Grizzlies, buen papel de Morant (22+5+10), 24 tantos de Bane... y un extraordinario Santi Aldama, el mejor de los suyos en la jornada inaugural. El ala-pívot, único español que queda en la NBA, no vio cómo se extendía su contrato antes de que se cerrara ese límite que nadie quiere ver sobrepasado, pero lejos de arredrarse respondió de la mejor forma posible: 27 puntos y 5 rebotes, 10 de 16 en tiros de campo, 5 de 10 en triples y 2 de 2 en tiros libres. Sus lanzamientos exteriores fueron inapelables y dejó, junto a Morant, una de las jugadas de la noche con un alley oop en transición que finiquitó a una mano. Un buen inicio para un jugador que necesita destacar para conseguir un hueco en la competición norteamericana, sumergida en un nuevo convenio colectivo que deja a la clase media con menos oportunidades que nunca. Poco le importa a Santi Aldama, que todavía tiene mucho que decir en el inicio de la temporada que le queda vigente. En ello está.
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