Aldama: “Espero que este verano se cumpla mi sueño con la Selección”
El canario es una pieza importante en la rotación de Memphis Grizzlies, uno de los mejores equipos de la competición. Y también uno de los más espectaculares.
Santi Aldama eligió su propio camino. Se fue al baloncesto universitario y jugó dos años (2019-2021) en Loyola-Maryland, donde se ganó ser primera ronda de draft (número 30 en 2021). Con los Grizzlies crece poco a poco pero con paso firme, con un rol cada vez más definido y en un equipo que cree en sus virtudes. Acaba, de hecho, de firmar su mejor partido en la NBA: 22 puntos y 14 rebotes (ambos datos los mejores de su trayectoria) en la victoria contra Dallas Mavericks (112-108) que devolvió a la franquicia de Tennessee el segundo puesto de la Conferencia Oeste (44 victorias, 27 derrotas).
Con 21 años, el ala-pívot promedia casi 10 puntos y 5 rebotes en ya 22 minutos por noche, el doble de su año rookie. Va a más, y después de un verano pasado, en el que optó por dar prioridad a la preparación para su segunda temporada NBA, todo apunta a que en 2023 sí estará con la Selección española, que defenderá su corona de campeona del mundo.
Cada año ha dado pasos firmes: llegar a la NBA, asentarse como rookie, crecer en su segunda temporada… ¿Cuál cree que tiene que ser el siguiente?
Seguir en esta línea. Probablemente mejorar algunos aspectos de mi juego. Seguramente, mejorar en defensa, intentar taponar más tiros, rebotear un poco más… Y en ataque ser capaz de penetrar y distribuir un poco más. Pero al final hay que ir poco a poco. Este año se trata de ayudar al equipo a ganar. Sobre todo atrás, en defensa. Y en ataque, tomar las decisiones correctas. En verano trabajaré más para poder aportar todavía más.
Un verano que parece que, esta vez sí, incluirá estar en la concentración de la Selección española y jugar el Mundial.
Sí, ese es un sueño que tengo y que espero que se cumpla este verano.
No estuvo en el Eurobasket para preparar esta temporada en la NBA. ¿Cómo lo vivió desde la distancia?
Lo viví con mucha ilusión, como siempre. Con ganas de ver a España competir. Es verdad que esta vez era un equipo distinto al de otras veces, pero la identidad era la misma. Jugamos duro, jugamos el baloncesto que nos gusta jugar, y yo creo que al final eso se vio y esa es la razón por la que ganamos. Me puse muy contento, acabé dando saltos de alegría cuando ganamos la final.
No estuvo en el Rising Stars del All Star, el partido de jugadores de primer y segundo año en el que muchos creen que tendría que haber estado. ¿Le dio rabia?
Bueno, rabia no me da, pero me habría hecho ilusión, eso seguro. Al final, eso es una votación popular y es lo que tocó. Tengo tiempo para centrarme en el equipo, descansar un poco y preparar el final de temporada, que es duro.
Memphis Grizzlies es una de las franquicias más jóvenes, atractivas y competitivas de la actual NBA. ¿Qué tiene de especial este equipo?
Creo que la cultura. Eso es algo de lo que hablamos mucho, pero si se ve desde dentro, se aprecia mucho más. Yo creo que toda la gente del equipo, no solo los jugadores, estamos en la misma página. Es muy fácil trabajar, es muy fácil el día a día, y eso se acaba notando tanto en la pista como fuera. Yo creo que eso que llamamos nuestro juego, que al final es correr, pasar el balón y divertirnos, se nota.
Y la gente se divierte viéndolos…
Al final, cuando nos ves jugar, la gente se divierte porque nos divertimos nosotros. Somos jóvenes, tenemos ganas de jugar, venimos de ese tiempo en el que, con los que juegas, son tus amigos y seguimos teniendo esa filosofía.
Está en una franquicia en la que ya fueron muy importantes tanto Pau como Marc Gasol, ¿le hablan mucho de ellos por ser usted también español?
Se nota muchísimo. Cada persona que veo me menciona a Pau y a Marc… han estado en la mayoría de la historia de esta franquicia, sobre todo en esta parte en Memphis. Y tanto los aficionados, la gente que ya estaba en la franquicia, trabajadores del pabellón… todos me dicen que tienen muy buenos recuerdos de ellos.
¿En qué jugador se fija más para seguir progresando?
Desde pequeño me fijaba mucho en Pau y en Dirk Nowitzki, eran los jugadores que más me gustaban. Aunque de pequeño jugaba más de base y alero, pero me gustaba jugar como ellos. Ahora, simplemente, me fijo en jugadores a los que pueda acercar un poco mi juego. Me fijo mucho en Giannis Antetokounmpo, aunque somos muy distintos, pero en transición es muy bueno y me gusta ver lo que hace y las ventajas que genera por físico, aunque obviamente no hay más jugadores como él. Pero me gusta mucho analizar cómo consigue esas ventajas siendo tan alto, cómo lo hace.
¿Y cuál diría que es el rival más duro al que se ha enfrentado, el que más difícil de superar le ha parecido?
Hay muchos, y el mismo Giannis está sin duda entre ellos. No le puedes defender en uno contra uno, tiene que ser un esfuerzo colectivo. Pero diría que, con diferencia, el jugador más difícil de defender, y el que más me ha impresionado, es Stephen Curry. Es un tío que está en movimiento constante. Si te relajas un segundo cuando suelta la bola, sale corriendo y encuentra un triple abierto. Es muy capaz también de finalizar las jugadas por dentro aunque tenga menos altura… y además tiene un gran equipo alrededor que le ayuda mucho. Si pasa están Poole, Klay Thompson… que son capaces de meter muchos triples. Yo diría que es el más difícil de defender de la NBA, sin duda.
Usted decidió irse a Estados Unidos en 2019 para jugar en College con la Universidad de Loyola-Maryland. ¿Cree que seguir esa ruta le ayudó a adaptarse mejor cuando tocó dar el salto a la NBA?
Sí que ayudó. Al final es una decisión que tomé para seguir jugando a buen nivel y estudiar a la vez, pero sí, me ayudó mucho. El cambio a la NBA es grande en sí, vengas de donde vengas. También si eres estadounidense lo es. Pero llevar allí dos años antes de dar el salto a la NBA sí que me ayudó a adaptarme, porque conoces la cultura, aunque cambies de ciudad ya sabes qué esperar, cómo funciona la vida aquí, que es muy distinto a España. Así que sí que me ayudaron los dos años en Loyola, también en mi desarrollo como jugador y como persona.
¿Le gusta vivir en Memphis, se encuentra a gusto allí?
Sí que me gusta. Es una ciudad pequeña, de las más pequeñas con equipos NBA, pero me gusta mucho. No hay mucho tráfico, te puedes mover bien, el tiempo es un poco como Madrid, aunque más húmedo… está bien. Puedes ir a restaurantes, a dar un paseo por el Mississippi, en verano jugamos un poco al golf… se encuentra cosas que hacer.
¿Cómo vio el pasado verano el debate que se montó sobre el juego en Europa y en la NBA, los estilos tan distintos, las dificultades para anotar en uno y otro…?
Creo que, al final, es una cuestión de números. En los partidos de la NBA se meten muchos más puntos, pero es que duran ocho minutos más y hay muchas más posesiones por el ritmo de juego. Hay muchas más posesiones cortas. En la ACB o la Euroliga se mueve mucho más el balón para encontrar el mejor tiro posible. Aquí en la NBA, si a los cuatro segundos estás abierto y tienes un triple solo, tienes que tirarlo. Porque al final, aunque sigas moviendo el balón igual no encuentras un tiro mejor.
Estrellas como Doncic volvieron del Eurobasket diciendo que es más fácil anotar en la NBA.
El campo es más grande, hay más espacios, y eso lo notan jugadores como Luka Doncic que tienen mucho la pelota y son tan buenos explotando esos espacios… Es mucho más difícil, aquí no puedes defender en zona como en Europa, que le puedes poner una zona y que tenga menos el balón. Pero aquí él tiene el balón en la mano y es muy bueno encontrando las posiciones en las que quiere estar, y si no tira él encuentra al compañero que está solo. Tiene mucha facilidad para hacer su juego.