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OBITUARIO

Adiós a Willis Reed, el gran capitán

Fue el líder de los dos únicos anillos que han ganado los Knicks y protagonizó en el séptimo partido de la Final de 1970 uno de los grandes momentos de la historia.

Actualizado a
NBA star Willis Reed dies aged 80

Hubo un tiempo en el que Nueva York era la capital mundial del baloncesto. Y en ese tiempo, el rey de Nueva York era Willis Reed. Captain, el capitán. Dicen que ha habido pívots con más talento, desde luego con más altura (medía 2,06). Pero no con más corazón. Ahora, ese enorme corazón se ha apagado. Reed, una leyenda de los Knicks, de Nueva York y de la NBA, ha muerto a los 80 años.

Las Finales de 1970 son consideradas unas de las mejores de la historia. Su partido decisivo fue elegido por ESPN en 2010 el mejor séptimo de siempre. Y lo que hizo Willis Reed en esa noche, el 8 de mayo en el Madison Square Garden, es una de las mayores hazañas que ha visto la NBA. Y, seguramente, el gran momento del baloncesto en la Gran Manzana. Después de lesionarse en el quinto partido y perderse el sexto, Reed parecía descartado para el decisivo séptimo contra los Lakers de Jerry West, Elgin Baylor y Wilt Chamberlain. Sin él, los Knicks habían sido barridos en el sexto (135-113) y la cosa pintaba fea. Sin su defensa, Chamberlain había acabado ese penúltimo partido, el que puso el 3-3, con 45 puntos y 27 rebotes.

Pero a las 19:34, cuando los Knicks estaban saliendo a calentar, apareció y puso en pie a una grada que empezó a creer. Salió a jugar, lesionado. Anotó las dos primeras canastas de su equipo, y las únicas de su cuenta en esa noche. No hicieron falta más porque no se trataba de los puntos sino de la fe. Cuando se sentó para no volver a 3:05 del descanso, los Knicks ganaban 61-37 y Chamberlain se había quedado en un 2/9 en tiros en el tramo en el que fue defendido por un Reed visiblemente lesionado. El maravilloso Walt Frazier acabó con 36 puntos, 7 rebotes y 19 asistencias. Pero Reed fue MVP de las Finales. Ese séptimo acabó, por cierto, con un 113-99.

Fue el primer anillo de los Knicks en las primeras Finales televisadas de forma íntegra a nivel nacional (a través de ABC). Howard Cosell fue el reportero que entrevistó a los campeones en plena celebración. Allí, empapado en champán en el vestuario local, le dio a Reed que representaba “lo mejor que el ser humano podía ofrecer”. No se trataba de números, pero por si acaso Reed promedió en la Final 23 puntos y 10,5 rebotes. Tres años después, los Knicks ganaron su segundo y último anillo. Otra vez a los Lakers, aunque con menos drama (4-1). Reed acabó en 16,4 puntos y 9,2 rebotes y volvió a ser MVP de la Final. El primero que hacía doblete en este premio, algo que no logró nadie más hasta Magic Johnson (1980 y 1982) y que en total han conseguido, después de ellos dos, otros diez jugadores.

Eran los Knicks de Frazier y Reed. También de Dave DeBusschere, Bill Bradley, Phil Jackson, un Earl Monroe que participó en el segundo título y el mítico entrenador Red Holzman. Los años de oro de los Knicks. Reed, nacido en Bernice (Luisiana) llegó al equipo en 1964 a través de la primera posición de la segunda ronda del draft (pick 8). Había jugado en la Universidad de Grambling. Con los Knicks jugó hasta 1974, cuando una lesión de rodilla acabó con su carrera. Sus medias fueron de 18,7 puntos y 12,9 rebotes, con temporadas increíbles como la 1968-69: 21,1 puntos y 14,5 rebotes. Además de dos veces campeón y MVP de las Finales, fue MVP de la temporada 1969-70, siete veces all-star, una vez MVP del All-Star Game, Rookie del Año y entró, claro, en la lista de los mejores de la historia de la NBA por el 50 y el 75 aniversario de la Liga.

Excepcional defensor, líder en pista y en el vestuario, dejó una huella única en la NBA de su tiempo y, para siempre, en el baloncesto de Nueva York. Y, después, nadie habló nunca mal de él, jamás. Primero un ala-pívot, después un pívot corto de estatura pero sobrado de espíritu. Siempre un compañero perfecto y un ganador implacable. Así será siempre recordado: The Captain, el gran capitán.