Adam Silver abre una puerta al partido entre Estados Unidos y el resto del mundo
El comisionado Adam Silver reconoce que está frustrado por la absoluta falta de competitividad del All Star y abre los brazos a la presencia de Caitlin Clark.
El all Star de Indianápolis recuperó el formato clásico, Este vs Oeste, después de seis años de partidos entre equipos elegidos por dos capitanes. El cambió se pensó con la idea de que se volviera a competir, al menos lo justo. De que el All Star Game, la cima del gran fin de semana de fiesta de la NBA, volviera a tener chicha, interés. Algo de nervio. El comisionado Adam Silver no tuvo problemas, por eso, en mostrar su decepción cuando no hubo ni un ápice de seriedad ni defensa y el marcador superó por primera vez los 200 puntos: 211-186. Silver reconoció que había habido conversaciones para que las cosas no fueran así y admitió que se habían hecho concesiones a los jugadores: presentaciones más cortas, menos show en el descanso... Estos también recibieron la visita de figuras históricas (Larry Bird a la cabeza) que les insistieron en la misma idea. Para nada.
Así que Silver y la NBA vuelven a darle vueltas al asunto, ahora que en la regular season también se ha instalado una política de más defensa y menos puntos, récords sí, cómo no, pero más sudados. Para las próximas ediciones, todas en la Costa Oeste (San Francisco, Inglewood, Phoenix) habrá cambios, ajustes… lo que haga falta. El comisionado lo dejó claro en CNN: “Creíamos que en Indiana teníamos una oportunidad de volver a lo básico, al baloncesto. Fue un gran fin de semana… pero no fue un gran partido de baloncesto. De no haber asistido a algo así, estábamos preparados para plantear el partido Estados Unidos contra el resto del mundo. Pero ahora me pregunto, y creo que es la conversación que hay que tener, si esta generación de jugadores, con sus equipos como cómplices porque nadie quiere jugar duro en el All Star y nadie quiere lesionarse, solo ve este fin de semana como un parón de vacaciones, un puente en mitad de curso”.
Por eso, Silver cree que la clave puede estar en dejar el partido clásico a un lado: “El concurso de triples entre Stephen Curry y Sabrina Ionescu, por ejemplo, fue una gran atracción. Eso dice mucho de nuestro juego, y pienso en esta generación: Billie Jean King contra Bobby Riggs en tenis... a aquello se le llamo la batalla de los sexos, ¿no? Esto fue lo contrario. Fue, como dijo Sabrina, solo dos grandísimos tiradores retándose en la pista. Así que creo que en vez de volvernos locos para crear un partido súper competitivo, que no sé si es algo que los jugadores y los equipos desean en ningún caso ahora mismo, quizá lo que hay que hacer es plantear más eventos divertidos como ese”.
“Tenemos que mirar diferentes opciones y convertir el fin de semana en una celebración, una fiesta del baloncesto. Vamos a pensar lo de EE UU-resto del mundo. Simplemente, creo que ya no estamos en condiciones de pensar que así va a ser un partido con más tono competitivo. Y, además, es algo que ya hemos visto en otros deportes”, remata Silver sobre esa opción de partido que muchos proponen desde que la NBA se convirtió en una competición definitivamente internacional. Desde 2018 (James Harden) no ha habido un MVP estadounidense: dos de Giannis Antetokounmpo, dos de Nikola Jokic y uno de Joel Embiid. En el Mejor Quinteto de la pasada temporada había solo un estadounidense, Jayson Tatum, junto a Giannis, Embiid, Shai Gilgeous-Alexander y Luka Doncic. El alero de los Celtics tampoco tiene muchas opciones este año para el MVP. Por delante de él Jokic (serbio), Doncic (esloveno), Shai (canadiense) y Giannis (griego). Y eso sin contar a Embiid, que iba en ritmo de repetir cuando sufrió una lesión de rodilla que no le ha permitido llegar a los 65 partidos a los que hay que llegar, a partir de esta temporada, para ganar los principales premios individuales.
Es una opción tentadora, pero parece que Silver se siente también escarmentado, cansado de intentar arreglar algo que quizá, sencillamente, no tenga arreglo: “Asumo mi responsabilidad como comisionado. Creo que a estas alturas ya deberíamos haber sabido lo que hay con el All Star Game, haber asumido que estos son otros tiempos”. Y se refiere a sus conversaciones directas con los jugadores: “No es que digan que ya saben lo que quiere la NBA y lo que quiere la TNT, que es que se juegue duro, pero que pasan de hacerlo. Es más que una vez que están allí, sobre todo los más jóvenes, lo ven como un parón, un puente, unos días de fiesta para divertirse. Hay casi 1.300 partidos en unas temporadas regulares que son muy duras, y esto lo ven como algo distinto”.
Retomando el reto Curry-Ionescu, Silver sabe que la próxima temporada llegará a la WNBA otra sensación del baloncesto femenino, una Caitlin Clark llamada a ser una estrella histórica y que puede ser otro perfil perfecto para integrarlo en las actividades del All Star: “El próximo es en San Francisco. Curry estará allí, y ya se sabe que Sabrina es de la Bahía también. Los dos me dijeron que querían volver a hacer algo así, pero que preferían que fuera al mejor de tres intentos, que había demasiada presión a una sola ronda. Quieren repetir, pero estoy seguro de que vamos a integrar a más jugadoras de la WNBA.Y todos estamos muy felices con la llegada de Clark, claro. Hay mucho talento ahora en esa Liga”.
En tono de broma, terminó la entrevista con Gayle King y Charles Barkley reconociendo que la NFL había tenido suerte cuando Taylor Swift empezó a salir con Travis Kelce, jugador de Kansas City Chiefs. Eso atrajo una enorme atención de un sector que normalmente no se fija tanto en el deporte profesional. El comisionado rio cuando le preguntaron si habría preferido que la archifamosa cantante hubiera empezado una relación con un jugador de la NBA: “Y tanto que sí”.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.