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Primera FEB

Movistar Estudiantes: a Cartagena, con dolor y dudas

El equipo colegial se mide con el Odilo (20:30 horas, Movistar+) tras el varapalo frente al Oviedo, que les coloca a dos victorias del líder San Pablo.

Juan Rubio y Pedro Rivero hablan durante el Movistar Estudiantes-Alimerka Oviedo.
Movistar Estudiantes

Estamos mal. Muy frustrados. Triste porque no sabes en qué momento se te va el partido”. Pedro Rivero se mostró dolido en la rueda de prensa posterior a la derrota frente al Alimerka Oviedo. Un tropiezo que ni el entrenador ni los jugadores ni la afición colegial esperaba. Fue un varapalo que alejó un poquito más el primer puesto: el San Pablo Burgos está ya dos victorias por encima.

Un traspié que deja sin margen de error a los colegiales si quieren agarrar el ascenso directo y no embarcarse en el siempre divertido playoff. Y que debe empezar a enmendar este sábado en Cartagena frente al Odilo (20:30 horas, Movistar+). Un viaje en el que se espera la vuelta de Miha Andric para hacer frente a un rival que suma tres victorias seguidas y que ha sacado siete de sus nueve victorias esta temporada en su pista, en el Palacio de los Deportes.

“Esperamos un equipo muy físico, que juega posesiones muy cortas. Tenemos que estar preparados para todo lo que se nos venga por delante”, analiza Jayson Granger a la web del club madrileño. El base ramireño habló también de la derrota contra el Oviedo: “Todo lo que nos tenía que salir mal nos salió mal. Es una derrota que a nadie le gustó, nos deja un mal sabor de boca, pero no podemos vivir en el pasado. Hay que dar un paso adelante todos juntos y ganar el próximo partido”.

Para sacar adelante el duelo, el Estu debe mejorar. Salir de las dudas que viste desde el principio del curso y que parecen no tener fin. El equipo se muestra plano en muchos tramos de los partidos, sin más salida que la individualidad de Granger en el uno contra uno. Culpa colegiada del canterano, compañeros y Rivero. La magia del uruguayo salva, pero tiene su limitación en su forma física: en ocasiones llega sin fuelle tanto mental como físico al tramo final de los partidos.

Y ahí, el equipo se vuelve predecible y el entrenador segoviano no encuentra la manera de sacarle del pozo. No siempre, claro, pero deslumbra cuando no se para la caída en barrena. El Estu saca victorias porque calidad tiene a raudales, pero se olvida de la circulación, de las diferentes modalidades de juego que te dan hombres como Devin Schmidt y su capacidad de pase, o las opciones por encima del aro de Mus Barro. El africano lee muy bien el bloqueo y continuación, y Garino siempre está dispuesto en la esquina. Cuatro ejemplos.

Un mayor movimiento de balón y de los jugadores que han llevado al Estudiantes a ser un equipo muy atractivo de ver, muy destructivo con el lanzamiento liberado. Olvidarse es una condena. Una mala lectura que se agudiza cuando la defensa se deshilacha… una realidad palpable, que llama mucho la atención y que no parece tener arreglo. Principalmente, porque llevamos media temporada y la defensa de cambio es la piedra angular (protege a Granger), un sistema que hace aguas cuando alguna de sus piezas se sale del mecanismo. Y pasa. Claro que pasa porque la tensión sube y baja, nunca es contante. Individual clásica y la zona casi no se emplean.

Parece haber alergia desde la banda a probarlas, a cambiar y, como en un castillo de naipes, el cambio defensivo automático afecta a la lucha del rebote: el Estu da la sensación de extrema fragilidad en la defensa de su aro muy grande. Y 18 partidos después, no se ha puesto una mísera tirita para detener la hemorragia. Problemas y dudas que los colegiales deben arreglar en Cartagena. Poco margen hay en un club históricamente nervioso.

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