Eurobasket sin fronteras
Once selecciones, incluida España, tendrán jugadores nacionalizados en sus plantillas, con Shane Larkin como gran referente.
La inclusión de Lorenzo Brown en la convocatoria de la Selección para el Eurobasket no es la primera de un nacionalizado para representar a España en el torneo continental. Tampoco será el único jugador que defienda la camiseta de un país donde no nació en la cita que comienza el 1 de septiembre. En total serán 11 los jugadores nacionalizados en el torneo continental y la Selección tendrá enfrente a varios de ellos en la fase de grupos.
En el debut ya se las verá con la Bulgaria de Dee Bost, base del Galatasaray que nació en Concord, Carolina del Norte. El segundo partido será ante la Georgia de Thad McFadden, escolta estadounidense que lleva cuatro años en la Liga ACB, el último de ellos en Murcia. McFadden fue clave en la victoria de Georgia sobre España en la prórroga el pasado 4 de julio en las Ventanas de clasificación para el Mundial. El escolta anotó 16 puntos y repartió 8 asistencias en 43 minutos de juego.
En la fase de grupos también jugará ante la Montenegro de Kendrick Perry, base nacido en Florida y recientemente fichado por el Unicaja. Aunque la gran piedra de toque llegará en el último encuentro antes de las eliminatorias, el 7 de septiembre frente a Turquía. Aquí juega la gran referencia de los jugadores nacionalizados de este Eurobasket: Shane Larkin, base del Efes, estrella de su equipo y cuyo cambio de pasaporte fue asunto de estado en Turquía, implicándose el presidente Recep Tayyin Erdogan de manera personal. Ergin Ataman, seleccionador turco, dejó fuera en el primer corte a Scottie Wilbekin, el otro nacionalizado seleccionable. El jugador del Fenerbahçe, al igual que Larkin, siguen una tradición instaurada en Turquía en los últimos años con los bases. En la edición de 2015 ya llevaron a Bobby Dixon.
La lista la completan otros cinco norteamericanos, algunos bien conocidos en España como Mike Tobey (Eslovenia), AJ Slaughter (Polonia) o John Roberson (Bosnia), y otros con carreras más relevantes (Tyler Dorsey con Grecia) o menos (John Petrucelli con Italia) en Europa. Y cierra el grupo el único que no ha nacido en Estados Unidos. Se trata del ala-pívot de origen marroquí Mohamed Kherrazi, que jugará con los Países Bajos.
La historia de los Eurobasket está plagada de nacionalizados y algunos de ellos tuvieron un papel estelar, como JR Holden en 2007 metiendo la canasta decisiva ante España que dio el último oro continental a Rusia. O Wayne Brabender, que fue MVP en la plata de la Selección en el 73. El baloncesto europeo, igual que ayer, abre sus puertas al talento de fuera. Como siempre ha hecho.