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ACB BILBAO 94 - GRANADA 93

Kullamae encuentra la consagración

El escolta estonio, MVP de la quinta jornada por su exhibición ante el Granada: “El mejor partido de mi vida. Quiero jugar siempre como el sábado y demostrar que puedo estar a este nivel”.

Actualizado a
Kullamae, tras su partidazo ante el Granada

Kullamae aún sigue dando vueltas a su redonda actuación del sábado ante el Granada. En un cuarto, el segundo, metió 19 puntos. Fue amontonando anotación hasta acabar con 33, a uno del récord absoluto en el club, que atesora Bouteille desde 2018, ante San Pablo Burgos. Empató con Mumbrú, que alcanzó esa cifra en 2014 contra el Obradoiro. Su ficha queda para la posteridad: 7/9 T2, 5/8 T3, 4/4 TL, 4 rebotes y 1 asistencia en menos de 25 minutos sobre la pista. Acabó entre gritos de un amplio coro: ‘MVP, MVP’. Es su tope personal. Hasta la fecha, esa cifra se encontraba en los 12 puntos, siendo aquella ocasión una de las tres en las que había alcanzado los dobles dígitos de anotación en la competición. “Me lo dijeron al final, me lo comentó la gente, que me quedé a un punto del tope. ¡33 es una buena cifra también!”. Generó muy buenas situaciones en bloqueo directo. Deja entrever que, de haber sido consciente de que estaba tan cerca de hacer historia, habría ido a por ese techo. Fue nombrado MVP de la ACB en la quinta jornada, con 33 créditos. “Ha sido un fin de semana muy especial, el mejor partido de mi vida”, no deja de repetir con el rostro envuelto en una sonrisa. Salió a la pista como siempre, para sustituir a un Smith que también las estaba metiendo de todos los colores. “Me sentía normal, nada diferente a otras tardes. Quería jugar con la máxima eficacia, siempre con los ojos mirando al aro y la idea de ayudar al equipo”, relata.

Kullamae ha demostrado este tiempo que combina muy bien el tiro de dos y de tres tras bote. Abierto en lado débil genera espacio para compañeros. En el partido ante el Granada se le vio en la esquina en muchas situaciones de balones interiores y continuaciones de bloqueo. No solo sumó cuando recibió, también cuando no lo hizo. “Quiero jugar cada partido como el del sábado. No siempre será posible. Cuando tengo tiros abiertos, necesito meter. Es muy difícil anotar 33 puntos en esta Liga. Las sensaciones eran muy buenas, crees que puedes meter cada tiro”, prosigue el estonio. El próximo domingo visitan al Barça en el Palau, buen escaparate para demostrar que continúa iluminado. Los aficionados y jugadores de su país suelen arrastrar la etiqueta de fríos, pero él está medio españolizado tras su paso por Canoe, Burgos y Palma, y conectó fervorosamente con Miribilla. “Disfruto jugando con nuestro público, por eso me gusta mucho Bilbao”. Está jugando de base y de escolta, “el rol aquí es diferente al que he tenido en otras etapas en España, pero ante el Granada desempeñé el mismo papel que en LEB Oro, quiero demostrar que puedo jugar a este nivel”. Kullamae no es especialmente rápido, pero la pausa que atesora le permite sacar mucho partido en lecturas del juego. De hecho, es el encargado de conducir las transiciones rápidas habiendo un base en pista. Tampoco es manco en pases cuando se ve muy marcado.

Con ese cartel de MVP, ahora los rivales le van a marcar de una manera diferente, porque ya es más conocido. “Sí, soy un jugador nuevo en esta Liga y ahora está claro que otros equipos se prepararán para defenderme”, admite. El escolta estuvo pendiente ayer del final la jornada, por si alguien le superaba, “siempre miro los partidos, pero lo importante es ganar con el equipo”, despeja. Para su entrenador, Ponsarnau supone una alegría tener en sus filas al mejor de la quinta entrega en la ACB. “Saber que tienes jugadores que pueden llegar y demostrar en partidos como el del otro día un alto nivel, siempre es bueno. Sabemos que las individualidades no son definitivas, pero sí que nos ayudan a ser más competitivos. Al final, lo que más nos ayuda es nuestro juego colectivo, pero en esos días en que los otros equipos consiguen que nosotros no juguemos a nuestro nivel, es importante que encontremos jugadores que nos ayuden a competir y en esto Kristian me pareció impresionante, Adam estuvo también muy bien, la segunda parte de Sacha fue muy buena... y otros no encontraron su juego, pero se sacrificaron, fue un día en el que nuestra defensa no lució, entre otras cosas porque ellos supieron atacarnos, pero encontramos un nivel competitivo”.

Una actuación tan redonda puede beneficiar al colectivo, ya que si atrae más defensores, otros compañeros quedarán algo liberados. “El otro día Granada apostó claramente por que no pudiéramos hacer nuestro juego sobredefendiendo a los bases -agrega el técnico del Bilbao Basket-. Cuando eso pase con los doses, intentaremos que nuestros bases encuentren juego, o los treses. Ese es el plan, esto es un juego en el que la manta nunca te tapa del todo, se trata de que vayamos acertando en lo que no tapemos, y si no, tener la actividad para encontrar en cada instante la actividad para competir”.

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