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BARCELONA

Willy: “Hay mucho sabio al que le gustaría jugar en mi posición”

En una entrevista en ‘RAC1′, el pívot del Barça desgrana su temporada de regreso a Europa y también pone la lupa sobre los árbitros: “El nivel de contacto no está siendo muy equitativo”.

Willy Hernangómez durante un Barça-Armani Milán de Euroliga.
RODOLFO MOLINADiarioAS

Willy Hernangómez ha vuelto esta temporada a jugar en el baloncesto europeo después de ocho años en Estados Unidos. Su aventura en la NBA fue de más a menos y en los últimos años echó de menos tener más oportunidades para demostrar su baloncesto. Su regreso a Europa vino con sorpresa, ya que el canterano madridista acabó en el Barça. De momento el equipo azulgrana tiene las opciones intactas en Liga y Euroliga, aunque está perdiendo más partidos de los esperados y mostrando algunas desconexiones preocupantes durante los partidos: “Somos conscientes del momento que llega en la temporada y no podemos tener tantos errores, tantas desconexiones en partido. Si miramos el año, que empezamos como un equipo nuevo, hemos hecho muy buen camino y estamos preparados para seguir luchando y afrontar estos momentos finales con la mayor ambición posible”. El pívot lo explica en una entrevista en RAC1, en la que ha ahondado en esa idea: “Nos ha faltado la solidez de comprometernos con partidos de 40 minutos. Da igual el rival que esté delante, cuando nosotros estamos concentrados desde el principio hasta el final podemos ganar a cualquier equipo. Y al revés. Cuando tenemos esos lapsus, esas desconexiones, que a veces son normales en el deporte, hay que intentar evitarlas y seguir concentrados. Cualquier equipo te puede ganar”.

Algunas de esas derrotas inesperadas han llegado en el campeonato nacional: “La Liga ACB es muy complicada y muy chula de jugar porque cada equipo, sobre todo al jugar contra el Barça, vienen con más motivación de la normal. Es lo que decimos compañeros que hemos estado en equipo más pequeños que el Madrid o el Barça, como yo cuando estuve en Sevilla: no tienes nada que perder y sí mucho que demostrar. Y esa ambición que tienen la tienes que tener tú también contra cada equipo”. Ahora lo más importante es acabar bien la temporada regular de la Euroliga, de la que quedan tres partidos (el primero hoy contra el Bayern) y en la que se juegan tener ventaja de campo para cuartos de final: “Está todo tan ajustado que cada partido es una final para nosotros y para los otros equipos. El Bayern tiene la oportunidad de luchar por el play in y va a ser un partido a vida o muerte. Tenemos que saber que dependemos de nosotros mismos para acabar en esas posiciones que nos dan la ventaja. Ganar la Euroliga es el objetivo, personal y de club. Lo mínimo es estar en esa Final Four y jugar todas las finales que podamos”.

Sobre su regreso a Europa vía Barcelona y no Madrid, Willy no se arrepiente de la decisión tomada: “Yo respeto muchísimo las opiniones de la gente, pero agradezco a la gente que entiende y se alegra por la situación en la que estoy. Al Madrid siempre le voy a estar agradecido porque me dio la oportunidad de jugar en la cantera, de debutar y es algo que va conmigo. Pero a día de hoy soy jugador del Barça y estoy superfeliz, disfrutando de ser jugador de baloncesto. Hay veces que te frustras porque juegan mal, no ganas, quieres jugar más… Pero la sensación de jugar al baloncesto es algo que echaba tanto de menos en NBA y el Barça me ha dado esa oportunidad. Estoy mejor de lo que pensaba”.

A lo largo de la temporada se han escuchado quejas sobre los árbitros en la Ciudad Condal. Roger Grimau habló de ellos en la final de Copa, Álex Abrines lo hizo la semana pasada tras la doble derrota en Euroliga. ¿Qué opina Willy de esto?: “El de los árbitros es un trabajo como otro cualquiera y todos tenemos errores. Nunca he criticado a un árbitro ni lo pienso hacer de momento. Pero es verdad que la exigencia, el nivel de contactos no está siendo muy equitativo con otros equipos. También creo que tenemos que ganarnos ese respeto jugando más duro, poniendo nosotros el nivel arbitral, no el otro equipo. Yo soy un jugador que noto que no me están pitando muchos contactos. A mí no me gusta hacer flooping. No importa que el otro jugador sea más joven o más pequeño, si es falta es falta. Entiendo que hay situaciones de partido, que hay faltas que no se ven, pero desde hace un tiempo siento que hay barra libre conmigo”.

De su nuevo entrenador solo tiene buenas palabras, aunque a veces necesite una regañina: Roger ha cogido un Barça nuevo y ha intentado transmitirnos una idea. Creo que hemos mejorado mucho como jugadores. A mí me ha costado adaptarme a un baloncesto que es distinto. Pensaba que tampoco era tan diferente después de jugar en FIBA con la Selección. Él y yo tenemos una muy buena relación, sabe lo que puedo llegar a ser aquí. Aunque me exija y se enfade conmigo sabe que lo necesito, necesito que me aprieten”. El pívot es el único jugador de la plantilla que ha participado en todos los encuentros de la temporada, algo de lo que se siente orgulloso: “Uno de mis objetivos personales era estar jugando, estar siempre disponible para el equipo. Creo que no jugaba tanto desde mi año rookie. Poder jugar todos los partidos es una responsabilidad y me gustaría mucho”.

Pero jugar siempre no significa jugar mucho y, de momento, Willy aún tiene que ganarse la confianza para ser uno de los jugadores clave de la plantilla: “A nivel de equipo se toman las decisiones que se creen que son mejores para el equipo. Otra cosa es que sean mejores o peores, pero esas decisiones hay que respetarlas y yo siempre he sido un jugador de equipo. Ahora bien, claro que me gustaría tener un rol más grande y ser más importante. No sé si ha habido un partido que he jugado más de 30 minutos. Esa responsabilidad me la quiero ganar y demostrar que en 15 o 20 minutos es muy difícil hacer muchas cosas y ayudar al equipo. También es verdad que tengo un compañero como Jan Vesely que es muy bueno, tiene mucha experiencia y yo soy una esponja a su lado porque intento aprender de él. Y él está siendo un grandísimo compañero para mí porque me exige en cada entrenamiento, me ayuda con muchos consejos, nos llevamos muy bien fuera de la pista. Es difícil que una pareja de pívots que compiten por jugar se lleven tan bien. Yo sé que Jan ha renovado y vamos a estar aquí mucho tiempo juntos y todo lo que pueda aprender de él será bien recibido. Pero obviamente como jugador quiero jugar más”. Sin embargo, no desespera y se lo toma con filosofía: “Todo jugador que se siente bien no quiere ser cambiado. Te mentiría si no fuese así. Pero hay que mirar la perspectiva desde más lejos. La temporada es muy larga y no tiene sentido jugar 40 minutos porque lo importante está por llegar y todos tenemos que estar preparados. El equipo no soy yo, el equipo no es Jan, el equipo somos todos”.

Una de las críticas que le han acompañado durante toda su carrera es sobre su nivel defensivo. ¿Cómo se lo toma? “Yo soy el primero que quiere mejorar. Si me sale una mala defensa no es porque quiera hacerla mal, intento hacerlo lo mejor posible e intentaré hacerlo mejor la próxima vez. Acostumbrarme a unas normas y ligas diferentes a las que he estado jugando ocho años de mi vida. Hay mucho sabio, mucho inteligente que le gustaría jugar en mi posición, que le gustaría ser entrenador. Desde el sofá de casa se ve todo mejor.” Aunque ya empieza a ser un veterano, no se conforma con el camino que ha recorrido y quiere ser mejor jugador: “Tengo 29 pero creo que tengo muchas cosas que mejorar. La defensa, el tiro, el pase, el manejo… Y creo que estoy en un buen sitio para hacerlo. Muchas cosas no se mejoran entrenando, se mejoran jugando. Personalmente creo que he mejorado bastante en defensa de la pretemporada hasta ahora. Conociendo conceptos, jugadores. Los jugadores de Euroliga que yo conocía hace ocho o nueve años son completamente diferentes ahora y tengo que aprendérmelos, tengo que ver más vídeo. Hay que ser paciente”.

Para acabar la entrevista le preguntaron por dos compañeros. Primero por Ricky, con el que tiene una conexión especial: “Con Ricky tienes que estar superpreparado porque en cualquier momento te llega la bola. Para mí la llegada de Ricky ha sido un plus porque me siento supercomodo y necesitaba un compañero capaz de generar ventajas para todos que me permita a mí jugar más cómodo, que creo que al equipo le vendría mejor. Capaz de tirarme un poco más de alley-oops, esos pases en los que estoy más solo. Ese tempo que tiene del juego es increíble. Esa relación que tenemos de años de jugar en la Selección hace que muchas veces nos entendamos con una mirada. Ricky es muy exigente. Alguna vez ha venido y me ha dicho: ‘Joder, has defendido muy bien. ¿Qué quieres en ataque?’, como recompensándome. Como dándome de comer si lo hago bien. Es una persona muy inteligente, un jugador con muchísima experiencia y para mí es un orgullo que esté aquí y que esté feliz jugando al baloncesto”.

Y por último sobre Jabari Parker, que acaba contrato este verano: Jabari nos está ayudando muchísimo. Este primer año de adaptación para alguien sin experiencia aquí como él es importantísimo y su mejor baloncesto con nosotros está por llegar. A mí me gustaría que se quedase, pero es algo tan personal, el estar a gusto en un sitio. Yo le he dicho que no va a estar mejor en ningún otro sitio. Otro consejo que le he dado es que lo piense más adelante. Ahora lo que tiene que hacer es ayudarnos a ganar la Euroliga y la Liga y luego, en verano, que tome la decisión que quiera”.

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