EUROLIGA | MADRID 79 - FENERBAHCE 89
Primer aviso serio para el Real Madrid
Tres derrotas seguidas en Euroliga, dos en su pista, rematan un 2024 en el que el Madrid ha ganado la Copa pero ha bajado sus prestaciones.
El Real Madrid ha perdido tres partidos seguidos de Euroliga, una frase que parecía que no íbamos a tener que escribir en una temporada que comenzó con diez victorias consecutivas a las que siguió una derrota in extremis, con prórroga y error final impropio (de Campazzo), en una de las pistas más calientes de Europa, la del Fenerbahçe. Y después de ese 100-99 con malabarismos, llegaron otras seis victorias hasta el 16-1. Por entonces, parecía una heroicidad derrotar a un Madrid que solo había perdido una vez, y con sensación de milagro rival.
Ahora el Real Madrid, sí, ha perdido tres partidos seguidos, dos en un WiZink Center donde antes no ganaba nadie. Primero cayó en Milán, contra un Armani bajo mínimos y que se jugaba una vida que parece que va a perder de todas maneras. Después, en casa contra dos de los equipos que mejor tono competitivo están tomando rumbo a la primavera, cuando se decide todo: Panathinaikos y Fenerbahçe, que puede presumir de doblete (2-0) en esta fase regular contra los blancos. Dos derrotas contra dos de los entrenadores que más capacidad para hacer sufrir al Real Madrid han tenido en los últimos años, Ergin Ataman y Sarunas Jasikevicius. En la primera derrota contra los turcos, el entrenador era todavía Dimitrios Itoudis.
Cuando el balance era de 16-1, un Madrid pletórico visitó a un Barça que vivía su primer bache serio (siete derrotas en diez partidos entre Liga y Euroliga) desde que Roger Grimau se había puesto al frente del banquillo. Era un Clásico de Año Nuevo, jugado el 3 de enero y en el que se impuso un Barça movido por la necesidad, que transformó su angustia en carburante. En 2024 el Madrid ha jugado, con ese, once partidos de Euroliga y su balance es de 6-5. Entre aquella derrota en Barcelona y las tres que ha enlazado ahora, también cayó con estrépito (-24) en Mónaco. Su 22-6 total le da un liderato incontestable, tres partidos de ventaja sobre el segundo (el Barça) a seis jornadas del final. Está pendiente (un trámite que se ha retrasado) de cerrar el billete de forma matemática para octavos, tendrá factor cancha (algo clave) en esa eliminatoria y ni ha tenido que pensar en ningún momento en la peligrosa resaca del nuevo play in que ha implementado la competición a imagen y semejanza de la NBA.
Un bajón de nivel a partir de Año Nuevo
Pero el 16-1 antes del Palau supone un contraste obvio con el 6-5 que ha seguido después. Dos de las victorias en Madrid necesitaron, además, cinco prórrogas, cuatro históricas contra el Efes (reacción milagrosa incluida) y una contra el Valencia. En Liga ACB, el equipo de Chus Mateo también arrancó con un apabullante 16-1 (la única derrota, contra el incisivo Unicaja) en el tramo de 2023 y ha sumado dos derrotas ya en 2024 (5-2). Solo saca un partido (20-3 por 19-4) a un Unicaja al que visita la próxima semana (domingo 17 de marzo) y con el que tendría el average perdido en caso de derrota. En total, si se deja atrás la Copa en la que ganó (y que obviamente era el gran objetivo de este tramo de la temporada). su balance entre Liga y Euroliga es de 11-7. Lejos de aquel 32-2 que combinó entre las dos competiciones en los 17 primeros partidos de cada una. Y, repito, si se aparta el 3-0 en Copa, un título que ya está en las vitrinas.
Uno de los motivos obvios del bajón ha tenido que ver con las lesiones, que se acumularon con la de Edy Tavares como eje de los problemas que atravesó el equipo durante algunas semanas. Su valor, claro, es incalculable incluso contando con la excelente temporada que está haciendo el otro pívot, un Vincent Poirier que tuvo categoría de casi co-MVP en la Copa. La temporada es larga y con una sobrecargar monumental de partidos, así que es comprensible que el equipo no mantenga el mismo nivel de excelencia durante todo el curso, sobre todo si se piensa en llegar con el mejor tono físico y competitivo de cara al momento decisivo de la Euroliga (las series de cuartos arrancarán el 23 de abril).
Además, los rivales también juegan. Los dos que acaban de ganar en el WiZink, Panathinaikos y Fenerbahçe, están a un nivel mucho más alto que en el inicio de la temporada. Los primeros porque han ido conjuntando un equipo muy nuevo, con once caras nuevas y Ataman recién llegado al banquillo; Los turcos, porque han dado un paso adelante muy visible con la llegada de Jasikevicius. Ambos, junto con el Mónaco, forman un trío de rivales verdaderamente potentes, quizá más peligrosos que otros como Barça y Olympiacos, si bien los culés son segundos y los griegos, el vigente finalista. Si se junta a esos seis equipos se obtiene un lote de aspirantes entre los que ganará (dejando por ahora a un lado a otros como Maccabi y Partizán) el que mejor esté en las semanas decisivas de la competición. El líder de la fase regular, conviene recordarlo, nunca ha sido campeón con este formato.
La disputa de la Copa y la siguiente Ventana de partidos FIBA creó además un extraño paréntesis que también parece haber afectado a la finura y las piernas del Madrid. Los argentinos (Facu Campazzo y Gabriel Deck) hicieron un largo viaje de ida y vuelta, por ejemplo, para estar con su selección. En las últimas tres derrotas (en Milán y en Madrid contra PAO y Fenerbahçe) ha habido algunos obvios lugares comunes: en los tres partidos el Real Madrid ha anotado menos de tres que su rival, algo subrayado por su pobrísimo 2/14 ayer. En dos perdió con claridad el rebote: 15-5 en rebotes de ataque para el Milán y 9-17 con un +15 en total para el Fenerbahçe ayer. Y el día que lo ganó, contra el Panathinaikos, se disparó en el pie con 19 pérdidas. Su balance en ese apartado es de -11 en los tres choques.
Además, los dos grandes referentes no han estado a su mejor nivel. Tavares con esa lesión que le tuvo semanas parado, antes de la Copa. Campazzo, por la sobrecarga de partidos y el viaje con Argentina. El base está en la Euroliga en 16,4 de valoración, pero no ha llegado a esa cifra en ninguna de estas tres citas en las que promedia 11,3, siempre por debajo de los 10 puntos en anotación. Tavares marcha en 16 de media en todo el torneo, pero no ha superado ese dato en estas tres derrotas en las que promedia 12 créditos, con solo dos tapones y 14 rebotes en total. Por debajo de su nivel numérico, habitualmente demoledor.
¿Hay motivos para la preocupación? En principio, no. No importantes. El Real Madrid es líder en Liga y Euroliga, donde ha cumplido de sobra con los objetivos de la fase regular. Y en sus semanas de nivel más humano, atrapó la Copa en Málaga. Simplemente, es un aviso, un recordatorio de que las temporadas son largas y con inevitables dientes de sierra; De que hay rivales verdaderamente peligrosos y de que nada se puede dar por hecho. Tan cierto, y en el grupo lo saben, como que el equipo blanco es el mejor de Europa cuando juega a su nivel más alto, el que lo convierte en claramente favorito para reeditar título.