Musa: “A Delibasic le dediqué la Supercopa, ojalá estuviera vivo”
El bosnio tiene 23 años, pero ha vivido mucho, “algunas cosas dan para película”. Tras salir de la NBA y del Efes, renació en Lugo y llega a Madrid.
Dzanan Musa, alero bosnio, de la tierra del gran Mirza Delibasic, tiene solo 23 años, pero ha vivido mucho, “algunas cosas dan para una película”: oro sonado en el Europeo Sub-16 y debut en la Euroliga con esos mismos 16 años, primera ronda del draft, a la NBA con Durant e Irving, momentos duros, también en el Efes de Ataman, renacimiento en Lugo y llegada triunfal a Madrid. En siete partidos (cuatro oficiales, incluido el título de la Supercopa) promedia 21,3 puntos.
Después de un verano y un Eurobasket duros, en vez de tomarse unos días, aterriza directamente en Madrid: entrenamiento y 30 puntos al Unicaja. ¿Haber llegado tan pronto es la clave de su gran inicio?
Sí, uno de los motivos principales. Quería mostrarle al entrenador y a la entidad que estaba listo para trabajar, para comprometerme con el proyecto, y llegar antes era una buena oportunidad. Después del Eurobasket disponía de días libres, pero había llevado algunas de mis cosas de Bosnia a Alemania y, cuando acabó el torneo, no podía aguantar más, quería viajar ya y mostrar mi mentalidad, que estoy aquí para esforzarme y ayudar al equipo.
¿Qué le dijo Chus Mateo la primera vez que hablaron?
Eso fue en junio, en una conversación muy entrañable, en la que me sentí como parte de la familia, que para mí es lo más importante. El ámbito profesional es una cosa, pero si percibo que no soy bienvenido a un sitio, que no formo parte del grupo, no puedo jugar. Y eso no lo he vivido en el Madrid, al revés, desde el primer día siento que pertenezco a esta familia.
En el primer partido de pretemporada su conexión, por ejemplo, con Sergio Rodríguez pareció inmediata, casi instintiva.
Es que es muy fácil jugar con uno de los mejores bases de Europa, siempre resulta más sencillo conectar con los mejores, adaptarse a gente que lleva tanto tiempo siendo profesional. Y el talento de este equipo facilita que juguemos juntos, se ve en los partidos, para construir el equipo que queremos ser.
El verano anterior había desembarcado en Lugo, ¿cuándo empezó a pensar que estaba listo para volver a la Euroliga?
Lo supe desde el principio, pero tenía que demostrarlo y lo hice gracias a la gran oportunidad que tuve en el Breogán. Quizá antes de la Copa del Rey me di cuenta, pero quería acabar la temporada lo mejor posible y decidir mi destino en la mejor liga de Europa.
¿España sí o sí? ¿Cómo le convence el Madrid?
Sí, quería seguir en la ACB. Es cierto que tuve muchas ofertas, hablamos de cosas, de dinero, pero cuando el Madrid te llama… vas. Cuando me hicieron la oferta, le dije a mi agente, y él me lo dijo a mí, que iba a jugar en el Madrid, no había nada que discutir.
Su agente es Misko Raznatovic. ¿Cómo le persuade hace un año para ir al Breogán, un recién ascendido desde la LEB Oro?
Fue un poco locura. Me dijo que confiara en él, que iba a jugar bien y que todo saldría perfecto. Y así fue, una de las mejores decisiones de mi vida. Pero después de la temporada, cuando todo el mundo hablaba de eso, de mi gran decisión, me reconoció delante de unos amigos en Belgrado que ni siquiera él estuvo seguro al cien por cien. Es un gran agente, pero como si fuera un familiar, y me vino a decir esto: “Este es el camino que debes coger para levantar tu carrera y volver al sitio al que perteneces”. Tuvo razón. Era una cuestión de confianza, en el Breogán la recuperé y ahora la mantengo.
Tiene solo 23 años, pero ha vivido mucho, a veces muy arriba, otras abajo.
Sí (se ríe), algunas cosas son para hacer una película.
¿Qué se aprende en una montaña rusa?
Demasiadas cosas. Me empecé a dar cuenta con 16 años cuando experimenté sensaciones grandes (debutó en la Euroliga y se colgó el oro Sub-16), luego pasé a no jugar en la NBA y a jugar, no lo hice en el Efes, pero sí en el Breogán y ahora estoy en Madrid, un viaje increíble. Sabe, de pequeño tenía esa confianza de que las cosas iban a ir bien, incluso hubo gente que podía pensar que era arrogante; pero soy honesto cada vez que entro en una cancha y trato de ser yo. Quiero ser tan buena persona como sea capaz y después ya jugador de baloncesto.
¿Pensó alguna vez en dejar el deporte? ¿Cuál fue el momento más duro?
He tenido etapas duras, pero siempre he salido de ellas confiando en que si trabajo habrá recompensa. Mi familia me ha apoyado y mis amigos creían en mí, así que nunca llegué a pensar en dejar el baloncesto. Pero es verdad que en EE UU pasé momentos difíciles: no jugaba y sabía que podía hacerlo, me mandaron a la G League… En Brooklyn Nets coincidí con Kevin Durant y Kyrie Irving, grandes estrellas, y tienes que respetar eso. Lidié con muchas cosas, me hice más fuerte.
Su padre fue capitán del ejército en Bosnia durante la Guerra de los Balcanes, ¿cuál es el mejor consejo que le ha dado?
Que fuera alguien honesto en cualquier circunstancia porque la vida no es sencilla. Que trabajara duro, estuviera calmado y tuviera respeto y las cosas saldrían, como haber ido al Breogán y estar ahora en el Madrid.
¿Su padre jugó?
Solo como aficionado, el que sí lo hizo fue mi hermano, internacional con Bosnia. De hecho, empecé en el baloncesto por él, pero mi ídolo siempre fue Kobe Bryant, por su pasión y por cómo quería ganar.
¿Por qué Ergin Ataman, con el que comparte agente, no confió en usted en Turquía?
No tengo respuesta, la pregunta sería para él. Tiene su manera de pensar y el Efes ganó dos Euroligas seguidas, así que debo respetarlo porque funcionó. Di lo mejor, me encontraba bien, sano, pero apenas jugué (11:46 en total en cuatro partidos de la Euroliga). Es agua pasada.
¿Y cómo fueron esos meses con Vasilije Micic y Shane Larkin?
Muy buenos, Vasa es un amigo y con Larkin estuve muy bien. De hecho, Vasa me llamó cuando fiché por el Madrid para felicitarme y me dijo: “Finalmente vamos a jugar el uno contra el otro”. También me llevaba bien con el resto, con Sertac Sanli, que ahora está en el Barcelona.
El Anadolu Efes ha fichado a Will Clyburn, ¿está el Madrid a su nivel?
Mejor ir poco a poco. Tienen un gran equipo, algo evidente, aunque la Euroliga está llena de buenísimos equipos. Nunca sabes quién acabará arriba; pero queremos competir y hacer algo grande al final.
¿Qué les cuenta del Real Madrid a sus amigos?
El Madrid por instalaciones, entrenadores, fisios… está al nivel de la NBA, lo aprecio mucho cada vez que voy a entrenarme. Y luego, los compañeros, entre todos suman más de 1.300 partidos en la NBA, hay mucha experiencia. A mis amigos les digo que es un equipo increíble.
¿Cuándo conoció a Luka Doncic?
Antes del draft de 2018, hicimos una película juntos (Algo en el agua) sobre el baloncesto en Yugoslavia. Y luego estuvimos hablando en la noche del draft y nos hicimos amigos, un gran tipo.
¿Qué le aconseja?
Son cosas privadas y positivas sobre Madrid, el equipo, el club, cómo disfrutar aquí.
¿Cómo ve a Mario Hezonja?
Es un buen chico con un gran físico, puede hacer mucho en ataque y defensa y va a ir a más. Si continúa trabajando como hasta ahora, hará grandes cosas. Pasamos mucho tiempo juntos, comemos, cenamos… nos llevamos bien.
Mirza Delibasic, bosnio como usted, solo jugó dos temporadas en el Madrid (1981-83), pero su huella es imborrable, ¿qué le han contado?
He hablado con su familia, con su hijo hace unos días, y, de hecho, le dediqué a Mirza nuestro primer trofeo, la Supercopa. Ellos lo han apreciado mucho. Respeto enormemente lo que hizo por nuestro país y ojalá estuviera vivo (falleció en 2001) para que pudiera darme algún consejo, porque lo escucharía con mucha atención. Soy una persona emocional y adoro a la gente que ha hecho cosas por mi país. Creo que ha sido el mejor deportista que hemos visto en Bosnia, así que estoy feliz de jugar en el Madrid como él y poder decir que aquí hay otro chico de Bosnia.