Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Baloncesto | Delibasic

El último genio

Desde el principio al fin Mirza Delibasic fue un deportista carismático que se ganó a pulso la admiración de compañeros, aficionados e, incluso, rivales. Pero su salud le falló. Ha muerto a los 47 años.

Campeón de Europa, mundial y olímpico con la selección yugoslava. Campeón también a nivel de clubes, con el Bosna Sarajevo y el Real Madrid.

Era una muerte anunciada, ya que su corazón y su hígado enfermos no podían resistir mucho tiempo, pero eso no ha quitado amargura ni conmoción al adiós irreversible de Mirza Delibasic, deportista carismático, ser humano entrañable al que adoraba toda Europa. Desde el presidente bosnio, Jozo Krizanovic, al más humilde de los ciudadanos de Sarajevo lloran la pérdida del querido Kindje (apodo intraducible, sin significado específico), todo un símbolo en la resistencia de la ciudad durante la guerra de los Balcanes y el máximo embajador mundial del deporte patrio, por sus innumerables éxitos y su impresionante calidad técnica.

Fue campeón europeo (1975, 1977), campeón mundial (1978) y campeón olímpico (Moscú 1980), con un total de 160 actuaciones como internacional sénior con Yugoslavia. También logró medallas de oro europeas en categorías cadete y júnior. Ante semejante palmarés causa estupor que quienes le conocieron, quienes le conocimos, consideremos que sus cualidades como persona eran incluso superiores a las estrictamente deportivas. Y es que su privilegiada inteligencia (abogado políglota, con mente matemático/filosófica, al estilo Einstein), su bondad y su energía vital hechizaban a todos. Era tan superior y sencillo que no causaba envidia, sino admiración constante.

Una anécdota ilustrativa. Cierto día bromeó con el encargado del material en el Pabellón madridista, Ángel, al que pidió que cambiase el ciclomotor cochambroso que utilizaba. "Cómprame uno tú que tienes dinero", le respondió el empleado madridista. Dos días después Mirza apareció con un ciclomotor flamante. "Toma, es tuyo".

Todos sus excompañeros en el Real Madrid han manifestado que en sólo dos temporadas dejó huella imborrable el club. El Madrid le fichó en 1981 (al tiempo que a Fernando Martín) porque dos temporadas antes había hecho campeón de Europa al Bosna Sarajevo, con un partido memorable en el Pabellón madridista, cuyo público se rindió a su exhibición y le dedicó una ovación apabullante.

Mirza nació en Tuzla (al noroeste de Bosnia) el 9 de enero de 1954. Empezó a jugar al baloncesto en un club de su ciudad natal, el Sloboda (Libertad), aunque antes había sido campeón bosnio de tenis, en categoría cadete. Se consagró en el Bosna Sarajevo y en el Real Madrid. Jugó todavía un año en Italia (Caserta), pero se retiró tras golpearse en la cabeza contra una canasta, lo que le produjo una embolia cerebral. A partir de ahí ejerció funciones de directivo y de técnico (seleccionador bosnio en 1992), aunque su excesivo consumo de tabaco y alcohol, así como sus crisis personales, deterioraron constantemente su salud.

Mirza Delibasic se casó dos veces, ambas con mujeres serbias. Con su primera esposa tuvo un hijo, Darío (22 años), que vive en Belgrado con su madre y llegó a ser jugador del Estrella Roja. Con su segunda esposa, Slavica Suka (ex jugadora internacional) tuvo otro hijo, Danko (15 años) y los tres residían ultimamente en Sarajevo, donde Mirza se dedicaba a la abogacía.

El entierro tendrá lugar hoy por la mañana, en la capital bosnia. El sepelio será el de un auténtico héroe nacional. Asistirán ex compañeros suyos del Real Madrid, como Corbalán, Beirán o Brabender. Con este último tuvo siempre una relación fraternal, lo mismo que con Maite, primera esposa de Wayne.