“Estoy llegando a ser el mejor Sulejmanovic”
El ‘cuatro’ bosnio, aclamado en Lugo como ídolo que es, trata de ser el gran jugador de hace dos años en Miribilla. Withey, con sus mejores números.
Emir Sulejmanovic lucha por recuperar el tiempo perdido. Se fue de Bilbao al Tenerife hace un par de años para dar un salto de calidad y ambición. En lo colectivo no le ha podido ir mejor, con un título de Champions y abriéndose hueco en el peldaño posterior a los inalcanzables Madrid y Barça. Pero en lo personal la cosa no anduvo tan florida. Jugó menos de lo deseado y culminó esta etapa con una presencia casi testimonial en el Eurobasket con la selección Bosnia. Para colmo, se perdió casi toda la pretemporada con el Bilbao Basket, al que volvió con toda la ilusión del mundo, y ante el Granada sufrió un fuerte esguince de tobillo.
Así que, ante ese cóctel más bien amargo, debe regresar al punto de partida, cuando aterrizó en Miribilla en 2019 con una lesión en una muñeca, y reencontrarse con su techo, siempre con el esfuerzo como un ingrediente innegociable. “Estoy llegando a ser el mejor Sulejmanovic, en los últimos partidos me he sentido mucho mejor. No es fácil volver a entrar en dinámica después de haber estado un mes casi sin jugar con la selección. Los primeros encuentros fueron difíciles y frustrantes en lo referente a lo que yo me pido a mí mismo para ayudar al equipo. Me exijo mucho. Entreno a diario para ello, viniendo antes de los entrenamientos y quedándome más tiempo para coger el ritmo competitivo y hacer las cosas mejor”, refrenda. “El tobillo lo tengo a veces mejor y otras, peor, pero no hay tiempo para lamentaciones. Estamos viendo qué partes de los entrenamientos puedo hacer para poder trabajar viernes y sábado a tope y jugar el domingo”.
Lo que sí ha podido es saborear las buenas sensaciones generales de inicio, con 4-0 entre ACB y Europa, y la decepción reciente de haber caído en las pistas de Granada y Breogán. “La derrota del pasado sábado en Lugo fue parecida a la de Granada. Les dejamos coger ritmo y entrar en una dinámica buena, cogieron confianza y luego los tiros les entraron. Hubo un momento en el que nos acercamos, pero nos vinimos abajo otra vez. Hay que aprender a jugar de otra manera fuera de casa”, lamenta. El domingo llega el derbi ante el Baskonia y la receta es clara: “Tenemos que hacer las cosas bien desde el minuto uno, saliendo centrados y con confianza”. Los choques ante el vecino son “especiales” y el fichaje de Pierria Henry aún complica más la misión. La defensa será clave, en su opinión, porque “cuando les dejas jugar a su ritmo, es imposible pararlos. Habrá que entorpecer su juego en transición, que no puedan hacer tiros rápidos, usar bien las faltas… Les respetamos, pero queremos ganar. De su calidad no hace falta ni hablar”.
La visita al Pazo siempre le toca la fibra sensible. El sábado fue ovacionado en la presentación, al final con todo ya resuelto en unos tiros libres atronó el ‘Sule, Sule’ y a la conclusión del encuentro se hizo un buen puñado de fotos con una afición que no le olvida. Dos tiros libres suyos fueron decisivos en un ascenso que ponía fin a 12 años de travesía por la LEB del cuadro lucense, en 2018. ”Esos detalles significan mucho para mí. Vivimos un gran año, con el ascenso a la ACB. El siguiente no fue tan bueno, porque bajamos de vuelta a la LEB. La afición vio el esfuerzo y el trabajo diario que hacía, siempre estuve implicado con todo lo que pasaba. La gente allí quiere mucho el baloncesto, yo me siento respetado. Salen muchos niños y aficionados que quieren hacerse fotos, yo intento quedarme y complacerles, porque eso puede significar mucho para ellos, no sé si se trata de ser un ídolo, eso pasaría con cualquier jugador. Allí siempre me siento especial y es como mi segunda casa”.
Por su parte, Withey atraviesa un momento dulce en lo personal, pero extraño en lo colectivo. En Granada firmó su récord anotador en la Liga Endesa, con 21 puntos y en Lugo, el de valoración (26), pero ambos compromisos se perdieron. “Me encontré bien en ese partido. En ataque tuve mucha confianza, pero puedo aportar más en defensa y en rebote. Además, aunque juegues bien, nunca estás del todo satisfecho. Siento que necesitaba una actuación así para coger confianza y seguir avanzando. No soy nada autocomplaciente, tengo mucho margen de mejora”, se refiere sobre el de Granada.
Pero al pívot asimilado sueco por su esposa no le valen esos números, porque lo que quiere es ganar. “Han sido un par de partidos difíciles en los que teníamos que haber sido más duros y jugar con más energía. Es bueno haber tenido ahora una semana para prepararnos, mejorar en lo que no estamos bien y seguir conjuntándonos, porque es un partido importante para nosotros”. La primera oportunidad está a la vuelta de la esquina, ante el Baskonia, con mucho tiempo de preparación al descansar en la Champions y no así por parte del cuadro de Peñarroya, que juega ante el ASVEL Villeurbanne el viernes en la Euroliga: “El derbi vasco es importante para nuestra afición y significa mucho para nosotros. Llevamos dos derrotas seguidas y queremos ganar. Tendremos el pabellón lleno y, aunque sabemos que el rival es un muy buen equipo, queremos darlo todo. Más allá de ganar o perder, queremos demostrar a nuestra gente que vamos a pelear y a darlo todo. Estamos aprovechando bien los entrenamientos para afrontar este partido que será difícil e intenso, pero saldremos convencidos para ganar”. Al igual que Sule, esgrime que para tener opciones deben arrancar “con agresividad y energía” y “jugar en casa te ayuda a hacerlo porque tu gente te aporta confianza”.