El Bilbao Basket sigue con su buena trayectoria en la Champions

La primera, en el saco. Es la más importante, precisamente por eso, por abrir el camino en una liguilla tan corta, por jugarse en Miribilla y por medirse con el Darussafaka, en teoría uno de los rivales directos por esa segunda plaza que conduce a las eliminatorias de cuartos tras el favorito y campeón en curso Tenerife. La ACB puede ganar este torneo hasta la eternidad, porque el nivel general es bastante flojo. Ya pueden pasar todos los equipos turcos que no sean Euroliga por Bilbao, que uno a uno van a ir apañados. Desfiló el Bahçesehir y ahora un conjunto de más pedigrí, pero el perfil del partido ha sido similar. El equipo de Ponsarnau regresó al torneo más de un mes después y tal vez se ólvido de los códigos que lo rigen. Empezó sin tensión, como si la competición europea no requiriese poner el mismo listón de la dureza que la ACB. Y en cuant111o se puso las pilas, todo fue coser y cantar. Tuvo que trabajárselo para remontar en el segundo tiempo, cuano entendió que en Europa se juega a otra cosa, porque los árbitros se inhiben, proclaman el clásico ‘sigan, sigan’. Hasta cinco hombres terminaron anotando con dobles dígitos y siete con esa hoja de servicios en valoración. Sigue su idilio con la Champions, donde está llevando una andadura muy convincente.

Debe de estar marcado por contrato: Rabaseda debe ser el primer lanzador en los partidos. Y una vez más se cumplió, con un triple desde la esquina para abrir la lata. Conce muy bien la BCL, en donde ha reinado con el Burgos, y su partido ha sido muy serio. Los ‘hombres de negro’ empezaron mandando, con un 16-8 tras un triple de Smith, y tal vez se vieron muy cómodos ante un equipo decepcionante, pero parecían sorprendidos por la agresividad del rival. Porque el Darussafaka no es especialmente físico, pero sí se pasa un poco con la belicosidad. Eso sí, el técnico Ernak se quejó del 31-6 en tiros libres, una cifra muy desigual en un partido tan bronco. Reaccionaron sus pupilos con un 2-6 y fue un aviso de que estaban dispuestos a plantarse con seriedad en esta segunda fase. Después arreció un 0-9, con tripes del turco-albanés Osmani, un jugador interesante con buenos movimientos de espaldas al aro y en el triple, y dos de McCullough, que puso por delante a los otomanos. Ponsarnau probó con tres pequeños, pero no funcionó la cosa. El partido era áspero, porque en Europa no se pitan los golpes ni manotazos, y los vizcaínos no acaban de adaptarse y cambiar el chip. Se emplearon con contundencia los visitantes sobre Withey y se enrareció un tanto el ambiente con un zarpazo en el rostro del pívot norteamericano asimilado a sueco y una falta no pitada a Ozdemiroglu cuando iba a dejar una bandeja en contraataque.

Las 12 pérdidas locales al descanso eran una condena, y la blandura defensiva, aún más. Sulejmanovic andaba mermado por problemas febriles y Andersson acabó dolorido por un golpe. Smith tomó la batuta para encontrar fluidez anotadora y Francis Alonso sigue en su proceso de recuperar la confianza. El que estuvo negado de cara al aro es Reyes (0/7) aunque puso un tapón estratosférico sobre Osmani que levantó al personal de sus asientos. La defensa crecía y el criterio arbitral fue variando, se empezaron a pitar cosas claras. El 57-47 iba dejando un sendero de tranquilidad en las filas vizcaínas, aunque Starks, un finalizador muy fino, se negaba al destino de la derrota. Al final del tercer cuarto se llegó con 60-52. Metió el Surne una marcha más y se escapó. Todo estaba a la espera de Hakanson, que también apareció. Rabaseda con dos tiros libres puso 13 de ventaja para el Bilbao Basket a falta de 5:32 para acabar: 71-58. Se protegió el ‘average’ con diez puntos de lo más jugosos en un grupo que va a estar muy reñido en esa tierra de los mortales alejada del estelar Tenerife.

Ponsarnau: “En segunda parte entendimos la dureza con la que había que jugar”

Ponsarnau, destacó que una de las claves de la victoria fue que tras el descanso entendieron “la dureza con la que había que jugar” frente al equipo turco. “Entramos fríos al partido y nos sorprendió su agresividad. En la segunda parte entendimos la dureza con la que había que jugar y que habría que ser agresivos también en ataque”, explicó el técnico de los ‘hombres de negro’ en su valoración del encuentro.

A nivel individual, destacó la “solidez” que aportó Radicevic “ante los problemas que estaba teniendo Ludde (Hakanson)” y también el trabajo de “los dos cincos (Michale Kyser y Jeff Whitey)” y la de un Sulejmanovic aquejado de un proceso febril en la jornada de hoy. Asimismo se mostró “preocupado” del estado físico de Andersson tras un golpe que recibió el sueco en el tramo final. “Va a ser un grupo duro y cerrado con equipos de calidad. Es importante jugar cada posesión de la mejor manera porque puede ser determinante. Darussafaka ha demostrado su nivel de agresividad y puede crear problemas a cualquiera”, subrayó Ponsarnau sobre el grupo que se abrió el martes con la victoria del Lenovo Tenerife sobre el UCAM Murcia.

Por su parte, el jugador Francis Alonso destacó también que en la segunda parte el Surne Bilbao puso “en la mesa el estándar de intensidad que había que poner para ganar”. “Esa ha sido la diferencia del partido. Personalmente estoy muy contento, pero ha sido un gran esfuerzo colectivo para lograr una victoria muy importante de cara a lo que queremos conseguir en esta BCL. A seguir trabajando y aprovechando este momento para conseguir más victorias”, explicó el escolta malagueño.