Aday Mara, el unicornio español
El pívot aragonés (17 años y 2,20 metros) es la gran perla de la cantera del Casademont Zaragoza y uno de las grandes promesas de la Selección Española.
Kevin Durant, en 2016, utilizó las siguientes palabras para definir a Kristaps Porzingis: “Toma las decisiones correctas, defiende, es un jugador de 7 pies (2,13 m) que puede tirar desde muchas posiciones, incluso de tres. Eso es raro. Y puede taponar... es como un unicornio en esta Liga”. Un unicornio, una criatura mitológica de extrema belleza y extremadamente difícil de encontrar. En la NBA hemos visto muchos y muy variados, desde el propio pívot letón hasta Giannis Antetokounmpo pasando por Lauri Markkanen y Chet Holmgren, y a la espera del más especial de toda la manada: Victor Wembanyama. Un selecto grupo al que llama desde España Aday Mara (Zaragoza, 7 de abril de 2005).
El pívot del Casademont Zaragoza irrumpió de manera sobresaliente en el Mundial Sub-17 de este verano en la Costa del Sol. Sus 220 centímetros unidos a su capacidad para intimidar centers rivales en la zona, su habilidad de espaldas a la canasta, su mano para la media distancia y su inteligencia para el pase fueron claves para que España se colgara la medalla de plata tras caer en una fantástica final ante Estados Unidos, el gran ogro de la categoría. “Es un jugador con unas características muy especiales. Independientemente de que tiene un físico muy exuberante y que se ve pocas veces, destacaría su capacidad para pasar y leer el baloncesto. Evidentemente también su coordinación, su tacto, que puede abrir el campo...”, describe Javi Zamora, seleccionador Sub-17, sobre su pupilo al que entrenó en el torneo intercontinental. El jugador promedió 12,6 puntos, 5 rebotes y 1,9 tapones para 16,4 de valoración.
El seleccionador (Madrid, 1984), actual entrenador del Hestia Menorca y uno de los grandes maestros de formación en España, destaca también el “carácter competitivo” de este estudiantes de 2º de Bachillerato que tiene el deporte en los genes… y la altura: su padre, Javi Mara, jugó en ACB con su 2,01 metros en el CAI entre 1986 y 1988, y su madre, Geli Gómez, fue internacional española de voleibol con sus 190 centímetros. “Es un chico que disfruta mucho de lo que hace y en momentos de estrés competitivo, en los momentos que se enfrenta a la adversidad… está con una sonrisa, entendiendo lo que pasa y con una madurez difícil de ver para la edad que tiene”, continúa sobre un chico “humilde, muy normal y tirando a extrovertido” que lidera tanto dentro como fuera de la cancha.
Temporada con el Casademont Zaragoza
Mara ya tuvo su bautismo de fuego con los mayores del Casademont Zaragoza el pasado año en la 6ª jornada de la Eurocup FIBA contra el Reggio Emilia. Sin embargo, su estreno en la Liga Endesa no llegó hasta esta temporada, ante el Cazoo Baskonia, el pasado 16 de octubre. Hizo 8 puntos (1 de 1 desde el triple) y 4 rebotes para 10 de valoración. A los vitorianos les siguieron el Carplus Fuenlabrada y el Joventut. Esta tarde, nuevo oportunidad ante el Real Madrid (18:30, #Vamos). Y la confirmación por parte de Porfi Fisac, su nuevo entrenador en sustitución de Martin Schiller, de que sería parte de la primera plantilla junto a Lucas Langarita, su compañero en la Sub-17 y parte fundamental de una generación, la de 2005, la de los dos, Izan Almansa, Hugo González… “especial por una presencia física muy potente que es difícil que se junte en un grupo generacional” y “un carácter competitivo y una calidad personal muy importantes”, según Zamo. En la FEB la miran igual, con confianza, como el final del desierto (con el oasis del Eurobasket), como dice Scariolo, que recorre ahora mismo la Absoluta.
La carrera de Mara no ha hecho nada más que empezar, pero su futuro apunta a brillante. Su techo, una incógnita. “Cada proceso, cada camino es diferente y cada jugador necesita tranquilidad para ver cuál es su techo, pero Aday tiene unas cualidades muy especiales: por estatura, por coordinación, por capacidades es muy difícil de encontrar un cuerpo así”, prosigue el entrenador madrileño, que pide no presionar y tener paciencia con el joven pívot. “El tiempo dirá cuál es su techo, pero por su carácter, su educación, su humildad y su manera de trabajar será alto y, al menos, en esta generación está llamado a ser uno de los mejores”.