El Madrid salva la racha infinita en el Nou Congost
Los blancos suman 24 partidos y 26 temporadas, desde mayo de 1998, sin perder en Manresa. Gran acierto de Musa con 23 puntos y 5 triples y fantástico trabajo de Ndiaye sin Tavares.
Si Tavares se constipa (se quedó en casa con una infección en las vías respiratorias), el Madrid se resiente. Lo vimos en Manresa, donde el Baxi arrasó en el rebote (43 a 31 con 16 ofensivos), y, sin embargo, los blancos lograron salvar una racha infinita. Llevan 26 temporadas seguidas sin perder en el Nou Congost, 24 victorias consecutivas. En ausencia de músculo, por la baja de Tavares y el flojo partido de Poirier con eliminación incluida, también sin Yabusele dando lo que necesitaban sus compañeros, el Madrid triunfó por sus 21 asistencias (8 de Campazzo), sus 13 recuperaciones (4 del argentino) con un equipo más bajito, no solo por dentro, sino también en el tres por la baja de Deck (Hezonja hizo de cuatro), y porque se volcó en el perímetro y acertó: 15 de 36 en triples, 42%. Cañonero Musa, 23 puntos y 5 de 7, y el mejor en los rechaces (31 de valoración). Y venció por la rotación final de Eli Ndiaye, aportando la energía y la actividad que le faltaban a otros compañeros, y por los latigazos de Llull.
Desde que la cuenta de victorias consecutivas madridistas en el Nou Congost es cada vez más pública, hasta casi corearse en la previa de cada duelo entre ambos, el desafío para el Manresa crece año a año, también sus ganas de desquitarse. Luis Casimiro, uno de los héroes de la Liga de 1998, el último entrenador que tumbó al Real en la capital del Bages, apuntaba la clave horas antes del choque: el elevado ritmo local. Y un poco de eso vimos de salida, el tempo era del Baxi, que jugaba veloz, asistía mucho y abrasaba en el rebote a un rival sin Tavares. Y vaya sí se notó: 23 a 14 en capturas al descanso. Brandon Taylor, Vaulet, Devin Robinson y Steinbergs crujían a los blancos, que contestaban con 9 recuperaciones entonces (de las 11 pérdidas de los de casa), lo que les daba algo de aire, en parte porque les permitía también forzar faltas (9 de 10 en tiros libres en el segundo cuarto). De ir 6 abajo (39-33) a 4 arriba tras un parcial de 0-10 con 5 tantos de Abalde.
Al intermedio (42-43), el Baxi andaba en la línea buena para lograr un objetivo imposible en el último cuarto de siglo. Pedro Martínez lo sabía, lo de la oportunidad única, miraba a las pérdidas y miraba al rival. Tiempo muerto para detener la soltura merengue a la salida de vestuarios, no lo consiguió de primeras. El Madrid, más cómodo, rompía y movía mejor el balón, inicialmente con Campazzo y luego con el Chacho, Musa clavaba una tras otra (11 puntos como truenos), Llull añadía 5 tantos en la que fuera su pista y la brecha se abría: 58-69. En ese buen tramo, Chus Mateo usó a Ndiaye de cinco. El segundo parón del técnico catalán sí funcionó, reactivó a los suyos, que seguían dominando los tableros.
Ndiaye por Poirier
La tendencia se mantuvo en el arranque del acto definitivo, hasta dar la vuelta a la tortilla por completo con un parcial de 16-4. Yabusele y Poirier le ponían las cosas fáciles atrás al Baxi, y ahora que tocaba empezar un duelo nuevo, no iba a ser con ellos. Poirier se quedaba rezagado después de un rebote de ataque tras una posible falta de Devin Robinson por subirse en sus hombros, bajaba tarde a defender y enfadado, pero aceleraba y tocaba el balón arriba en un intento de tapón, aunque por abajo quizá cometió falta, era la cuarta, la protestaba y... técnica, eliminado. Mateo apostaba otra vez por Ndiaye de pívot (fantástico) con Hezonja de ala-pívot, Campazzo al mando y Llull de matador: 8 puntos en 7 minutos.
Una losa imposible de levantar para el Manresa, donde Pedro Martínez reclamaba más manos en ataque, porque solo Badio y Geben asomaron en el desenlace. El Madrid conserva la racha sin Tavares y ahora aguarda al Barça, que las pasó canutas en Palencia. Este domingo (18:30, Movistar+) hay Clásico en el WiZink Center.