El Madrid entra en caída

El Real Madrid no ha tenido una buena salida esta temporada. Los resultados no acompañan. Tampoco el juego. Los veteranos no encuentran el camino correcto y los nuevos, su hueco. Ya han surgido los primeros roces públicos entre alguna vaca sagrada (Mario Hezonja) y el entrenador (Chus Mateo). Hay nervios en el ambiente y no es para menos porque el conjunto blanco no había empezado tan mal en la Liga Endesa desde la temporada 2003-04 con Julio Lamas en el banquillo.

El actual Madrid suma una victoria en las tres primeras jornadas de la ACB tras caer en A Coruña y Bilbao y después de ocho temporadas con 3-0 de comienzo. Solo el Casademont Zaragoza sucumbió en el WiZink Center. Hace 21 años, los blancos comenzaron 1-3. Tropezaron en Girona y Lleida en casa frente al Baskonia. Solo doblegaron en el estreno liguero al Joventut. El ritmo de esa pretérita temporada fue desolador con ocho derrotas en la primera vuelta (9-8 de balance) y seis más en la segunda (20-14) para cerrar la fase regular en 5ª posición y ser eliminados en cuartos por el Estudiantes por 1-3.

Si unimos participación en la Supercopa y las dos primeras jornadas en Europa, el Real tiene también balance negativo. Después de siete partidos oficiales, los madridistas están 3-4. El curso pasado necesitó cuatro meses y 41 partidos para acumular esa cifra de derrotas. En la Euroliga, están 1-1 al ganar al Partizán en el Palacio y perder en Múnich ante el Bayern. En la Supercopa, igual, 1-1: victoria en semifinales frente al Barcelona y derrota en la final contra el Unicaja. En la mencionada temporada 2003-04, el balance también era negativo, 2-3, con tres jornadas en España y dos en Europa. La Supercopa estaba en hibernación desde 1987. No volvería hasta 2004.

Minutos en cancha

Una mala salida de tacos en la que se está exprimiendo a las principales estrellas. Y eso es preocupante. Facundo Campazzo es el gran exponente. El base argentino promedia 26 minutos en la Liga Endesa y 28 en la Euroliga, tres más que el año pasado (23 y 25, respectivamente). Hezonja y Tavares también están más en pista en ACB con respecto a la pasada temporada. El croata ha pasado de 22 a 30 y el caboverdiano, de 22 a 27. En la máxima competición continental, están por debajo. Musa, el otro gran referente en plantilla, mantiene, segundo arriba, segundo abajo, las mismas medias de tiempo en cancha que el año anterior.

La acumulación de kilómetros en la espalda tiene dos claros motivos que se entremezclan. Por un lado, si tu equipo no carbura, pones toda tu confianza en los veteranos, en los más fiables; y, el otro, que lo nuevo, que lo fichado no ha entrado bien y no lo pones sobre la cancha porque no te fías que vayan a sacarte las castañas del fuego. Es la pescadilla que se muerde la cola. Es la crítica que hizo Hezonja en el descanso de Miribilla: “En defensa hemos empezado bien, luego sí que jugamos con muchos jugadores, pero se nos cambia el ritmo así, claro, es muy difícil para la nueva gente, para que aprenda y para que cojamos alguna química. Vamos a tener que sudar muchísimo para hacer algo esta temporada”, dijo en el descanso del duelo frente al Bilbao.

Fichajes

El Madrid realizó este verano cuatro fichajes, una barbaridad de caras nuevas si lo comparamos con el verano pasado cuando solo llegó Facundo Campazzo. Xavier Rathan-Mayes, Serge Ibaka, Usman Garuba y Andrés Feliz aterrizaron para cubrir las bajas de los retirados Rudy Fernández y Sergio Rodríguez (tótems en la historia blanca) y las salidas de Vincent Poirier, Carlos Alocén y Fabien Causeur. La marcha, de última hora, en agosto, cuando todo estaba cerrado, de Guerschon Yabusele fue un golpe muy fuerte a la configuración de la plantilla: el canterano Eli John Ndiaye se quedaba como único cuatro puro, lo que provocaba que todos se movieran en la rotación, en la posición.

Un desbarajuste que habría sido menor si los nuevos hubieran funcionado desde el minuto uno… pero no. Ibaka ha ido de más a menos y Rathan-Mayes no ha llegado de momento. Garuba le pone empeño, pero ahora está fuera por lesión. Mateo tampoco podrá contar con Feliz las próximas cinco semanas, de principio, por la fractura en la fascia plantar del pie derecho que sufrió ante el Partizán.

Una bajada de funcionamiento que se ve en sus minutos en pista, principalmente, en ACB. Ibaka cayó de los 15 minutos contra el Zaragoza a los 10 en Bilbao. Rathan-Mayes, 15 en A Coruña; 4 frente al Casademont; y 10 en Miribilla. El canadiense no pisó la cancha en el último cuarto en las dos primeras jornadas ligueras. En esta última, en el País Vasco, solo 3:54.

Este mal comienzo, en resultados y en juego, unido a la lesión de Feliz y la salida no cubierta de Yabusele hacen que el Madrid tenga que mirar el mercado. Ya lo era antes de este valle, así lo expuso Chus Mateo antes y después de la Supercopa cuando aseguró que, con solo 13 jugadores en el róster, 11 mayores más Hugo González y Eli John Ndiaye, era muy difícil afrontar una temporada que se podía disparar a los 90 partidos.

Baskonia y Panathinaikos

“Tenemos que estar es atentos a ver cómo va rodando el equipo y ver qué necesitamos. Nuestra inquietud ahora es saber exactamente en qué necesitamos mejorar y por dónde necesitamos incorporar a alguien. Probablemente sea así durante el año. No hay prisa, hay que ver cómo funcionamos, pero es obvio que para dos competiciones de la exigencia que tienen la Liga y Euroliga es importante tener una plantilla larga”, dijo el madrileño tras caer en la final de la Supercopa de Murcia ante el Unicaja.

Una llamada preventiva que aún no ha sido respondida y los resultados manda y el tiempo corre con un calendario de aúpa: esta semana, primera jornada doble con visita al Baskonia de Pablo Laso, exentrenador blanco, a la caldera del Buesa Arena; y, continuación, el Panathinaikos de Ergin Ataman. Los griegos aterrizan en el Palacio para la reedición de la última final de la Euroliga. El entrenador turco, con una plantilla mejor que la del pasado curso, huele la sangre y es un tiburón: si puede dar un mordisco letal a los blancos, no se privará de ello. Malos rivales en un mal momento… O los mejores para dar la vuelta a la situación. Veremos.

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