MoraBanc sueña con la salvación tras dos prórrogas
Partido taquicárdico que mete al Zaragoza en el descenso y saca a los andorranos, que se la juegan el último día en casa con el Tenerife.
MoraBanc Andorra sigue soñando con la salvación tras imponerse después de dos prórrogas taquicárdicas en la pista de un Casademont Zaragoza (80-83), al que la derrota mete en un gran lío de cara a la última jornada liguera. El conjunto del Principado, en un enfrentamiento que era prácticamente una final para ambos, logró un triunfo que era obligado para no ver reducidas sus opciones de permanencia casi a la mínima expresión gracias a que fue de menos a más a partir del descanso. Era una victoria imprescindible para seguir vivo y llegar a la última jornada con más opciones de seguir un año más en la ACB.
Por contra, para el conjunto aragonés, al que la victoria le hubiera dado la salvación matemática, haber caído no supone descender pero sí acudir al último partido con unas opciones de salvarse muy diluidas porque si se llega a producir un empate a triunfos entre varios de los equipos que pugnan por no bajar de categoría el Casademont Zaragoza tiene las de perder en la mayoría de los casos.
La intensidad defensiva del equipo aragonés ponía en muchos aprietos desde el comienzo los ataques del conjunto andorrano que en apenas dos minutos de juego se vio con siete abajo en el marcador aunque supo reaccionar y recortar diferencias. En los últimos instantes del primer cuarto la falta de acierto foráneo (20 % en tiros de campo) permitió a los propietarios del terreno volver a coger distancia (18-12) aunque parecía escasa teniendo en cuenta el desacierto visitante.
El arranque del segundo parcial resultó muy productivo para el Casademont Zaragoza que colocó diez puntos en el luminoso (23-13) con un juego coral y acierto en ataque, especialmente en la pintura, mientras que el equipo de Oscar Quintana sobrevivía gracias al acierto de Conor Morgan (8 puntos, con dos triples), lo que le permitió llegar con opciones al tiempo de refresco (36-28).
La igualdad continuó tras la vuelta de vestuarios con dos equipos entregados en defensa pero con muchos nervios en ataque. El equipo del Principado, de nuevo liderado por Morgan, apretó las diferencias y envió el partido al cuarto decisivo con solo dos puntos para los hombres de Dragan Sakota (50-48) y todo por decidir, un partido en diez minutos.
Los errores en los tiros libres que venía arrastrando durante todo el partido el Casademont (12 de 22 al final del cuarto parcial) permitieron al conjunto andorrano, de nuevo con un gran Morgan, darle la vuelta al marcador pero los locales, en un arraque de genio igualaron y tuvieron bola para ganar que Kilpatrick no aprovechó.
Los nervios presidieron las dos prórrogas y provocaron numerosos errores que daban vida alternativamente a unos y otros pero siempre con los visitantes por delante y que al final acabaron llevándose el partido porque estuvieron algo más acertados, lo justo ante un equipo maño que falló la oportunidad de haber mandado el partido a una nueva prórroga.