NBA | WARRIORS 142 - GRIZZLIES 112 (2-1)

Festín de los Warriors y polémica lesión de Ja Morant

Jordan Poole agarró de la rodilla a un Ja Morant que se tuvo que ir a los vestuarios en una acción cargada de polémica. Los Warriors se exhiben.

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Desastre para los Grizzlies. Tras la lesión de Gary Payton sufrida por los Warriors en el segundo partido, les ha tocado a sus rivales la otra cara de la moneda en una jugada cargada de polémica. La fea falta de Dillon Bookes cobró venganza en una acción bastante fea por parte de Jordan Poole, que agarró de la rodilla derecha a Morant durante el último cuarto sin demasiada explicación. El jugador de los Grizzlies se tuvo que retirar al túnel de vestuarios y en este momento le están realizando pruebas, aunque la situación tiene muy mala pinta para él. Y, para echar más leña al fuego, el entrenador Taylor Jenkins ha dejado caer en rueda de prensa que la intencionalidad de Poole era la de lesionar a su estrella, que anotó 34 puntos en el tercer partido, 47 en el segundo y ha vuelto a llegar a los 34 en el tercero.

No es la primera vez que esto ocurre. En el segundo partido de las Finales del 2000, Jalen Rose metía el pie debajo de Kobe Bryant cuando el escolta intentaba un tiro en suspensión durante el Lakers-Pacers. La estrella angelina no pudo disputar el tercer partido y jugó el cuarto infiltrado en una actuación histórica (28 puntos, 8 de ellos en la prórroga), pero la controversia no quedó ahí y los Lakers acusaron a Rose de su fea jugada. Todo se aclaró, para bien o para mal, años después: Jalen Rose reconoció que su pie estaba debajo de Kobe de forma intencionada y que su deseo era lesionarle y perjudicar así a los Lakers en una jugada muy típica con la que, por ejemplo, Zaza Pachulia lesionó a Kawhi Leonard recientemente. Hoy, en una situación distinta en lo referente a la acción, ha vuelto a estallar la polémica.

Y eso que el partido se resolvió con una paliza sideral de los Warriors a los Grizzlies, a los que ganaron de 30 puntos tras endosarles 142. Los visitantes empezaron envalentonados (12-4, 15-6 y 21-8 fueron algunas de sus ventajas) en un primer cuarto en el que se mostraron muy enchufados, pero los Warriors reaccionaron a tiempo y se colocaron a 2 puntos (26-28) en la conclusión de los 12 minutos iniciales. Tras ello, llegó el tsunami: 38, 37 y 41 puntos en los tres cuartos siguientes, un increíble 17 de 32 en triples, seis jugadores por encima de los 10 puntos, 30 de Stephen Curry, 27 de Jordan Poole, 38 rebotes (9 más que los Grizzlies) y 34 asistencias (13 por encima) y un porcentaje del 63,1% en tiros de campo. Y la única respuesta, hasta que se lesionó de un Morant muy solo dentro de un equipo que bajó mucho su nivel tras un inicio espectacular.

Ahora, a ver qué pasa, las investigaciones que se hacen y las sanciones que se imponen, si es que se imponen. La serie está siendo increíblemente dura: en el primer partido Draymond Greex fue expulsado con una flagarante tipo 2, la misma que señalizaron a un Dillon Brooks por la falta sobre Payton en el inicio del segundo partido y que ha acarreado una sanción para el jugador de los Grizzlies. Los Warriors se quejaron de dicha jugada, Steve Kerr dijo que había sido "sucia" y Draymond hizo gala de su consabida verborrea y amenazó con igualar en dureza a sus rivales en unas declaraciones por las que además fue multado por la NBA. Poole, por su parte, ha asegurado que él iba a por el balón. Y, en medio de todo esto, festín de los Warriors, fiesta en el Chase Center y 2-1 para el homenaje que se está danto esta temporada la última gran dinastía de la historia de la mejor Liga del mundo, una que quiere volver a emerger. Los Warriors buscan el trono entre la pelea y la polémica. Otra cosa, claro, es que lo encuentren. En ello están.