La catarsis del Madrid: de tocar fondo a la Final Four en 13 días
Los blancos jugarán la 12ª Final Four de su historia, la 8ª de Llull y la 7ª de Laso tras un cambio de rumbo drástico. Williams-Goss, emocionado: "Ahora iré yo a Belgrado".
De líder claro a principios de febrero, con dos derrotas menos que el Barça, a caer a la cuarta plaza al cierre de la fase regular tras acumular ocho traspiés en las últimas diez jornadas. Y a medirse así en el playoff de cuartos con un Maccabi crecido, en racha de seis victorias, y a pasarle por encima con un rotundo 3-0 certificado en Tel Aviv con la solvencia de antes de la crisis, en la que llegó a acumular en 80 días 17 derrotas en 28 partidos entre Euroliga, Liga y Copa. Lo nunca visto. Pero, tras castigar sin jugar a Heurtel y Thompkins, rozar la victoria en el Palau y tocar fondo tres días después, el 13 de abril en Bilbao, el Madrid ha emergido como un equipo cohesionado con un juego físico, vertical a canasta, buena circulación de balón, acierto en el tiro, gran defensa y dominio de la pintura y del rebote.
Y lo ha hecho con un sensacional Llull al timón en los dos últimos partidos (17,5 puntos y 4,5 asistencias), un fantástico Causeur en el primer asalto (20+5) y a buen nivel en los dos siguientes, con Abalde y Rudy por ahí, con un doble paso al frente de Hanga (9,3+2,3 y 4,7 rechaces para 13 de valoración en la serie), por fin sin problemas físicos, capaz de arrastrar al grupo con su entrega atrás y su fuerza para encarar el aro con bote y en transición, un desahogo para los bases. Y con Yabusele muy regular y eficiente como arma ofensiva (15,7), y Poirier aportando mucho en anotación (10,7) y rebote (5,7) para rebajar la dependencia de Tavares. Los blancos han mejorado en este playoff todos sus registros de la fase regular: 61% en tiros de dos, 44% en triples, 21,7 asistencias y 110,3 de valoración media, con siete jugadores con 10 o más créditos frente a los cuatro de antes, cuando Tavares lucía muy por encima del resto (y uno de esos cuatro, Deck, no ha participado ahora tras dar positivo por coronavirus).
El Madrid se ha plantado en su séptima Final Four con Laso de las últimas nueve, la octava de Llull de once, y la duodécima de siempre, después de estrenarse en 1967 en Madrid (prueba piloto ese año y el anterior, en 1966 en Bolonia) y luego no ser de los asiduos tras su implantación definitiva en 1988. De hecho, entre 1988 y 2010, en 23 temporadas, solo tres presencias (la de 1993, la del título de 1995 en Zaragoza, ambas con Sabonis, y la de 1996 aún con Obradovic y Arlauckas, pero ya con Zoran Savic en lugar de Sabas y con Laso de corto). En tres semanas, el 19 de mayo, más en Belgrado.
Williams-Goss: "Vi al Madrid ganar en Belgrado en 2018 y ahora iré yo"
Los mensajes de los jugadores en las redes sociales se han sucedido tras la clasificación, como el de reafirmación de Causeur: “Muchos lo dudaban, nosotros, no. Otra Final Four para este equipazo”. O como el emotivo de Williams-Goss por su viaje personal estos años en el Viejo Continente: “En 2018 viví mi año de debutante en Europa (con el Partizán) y vi al Madrid ganar el título de la Euroliga en Belgrado. Me sorprendió el nivel y el ambiente. El tiempo pasa rápido y ahora me dirijo a Belgrado para jugar yo la Final Four con el Madrid. Dios es asombroso. ¡Felicidades a mis compañeros, a los técnicos y a los aficionados! Esto es algo más que especial”.