NBA | NUGGETS 113 - WARRIORS 118 (0-3)

Los Warriors no tienen piedad

Jokic lo intenta hasta el límite de sus fuerzas y los Nuggets llegan vivos a los últimos ataques pero los Warriors no perdonan y colocan el 3-0. Curry, Klay y Poole, otra vez los ejecutores.

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El domingo, en las Rocosas, en la milla de altura de Denver, se juega el cuarto partido de la serie Warriors-Nuggets. Podría ser el último: es un 3-0 para los visitantes, un marcador que nunca se ha remontado en playoffs. Una derrota, eso sí, aceleraría el acceso a segunda ronda de los californianos (una bendición vista la plaga de lesiones que recorre los playoffs 2022) y dejaría a Nikola Jokic como el primer MVP vigente que pierde 4-0 en la ronda inicial. El tercer partido (113-118) demostró, en todo caso, que el serbio hace todo lo humanamente posible y un trecho más: 37 puntos, 18 rebotes, 5 asistencias, 3 robos y un +3 en sus más de 38 minutos en pista. Los Warriors le obligan a moverse mucho en defensa, suben el ritmo y buscan acciones que no permitan esconderse ni unos segundos a un jugador que tiene que cargar con todos y cada uno de los ataques de su equipo para que estos tengan sentido. Y, claro, Jokic volvió a acabar agotado. Desfondado y acosado por uno de los mejores defensores de la historia: Draymond Green, que aseguró la victoria con un simbólico robo de balón al serbio. Juego, set... y partido. Es cuestión de días.

Los Warriors supieron jugar porque tienen pedigrí de campeón. Sabían que este partido, el primero en Denver, era el balancín entre una serie por domar y una vista para sentencia. Sabían que su rival pondría hasta la última gota de una fuerza que hace semanas que escasea en una rotación muy débil sin Jamal Murray ni Michael Porter Jr. No tuvieron pereza, ni desinterés. Ni echaron mano de la calculadora. Jugaron para ganar, pero sobre todo para dar un golpe letal, quirúrgico. Es un 3-0 que vale más de medio billete para semifinales del Oeste, tres años después. Es un triunfo que asegura un récord en la Bahía: el único equipo que ha ganado al menos un partido a domicilio en 24 series de playoffs seguidas. Pedigrí: los tres jugadores con mejor porcentaje de victorias en la historia de los playoffs, de los que han disputado al menos cien, son Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green (los tres en torno al 70%). Nada es casualidad, un imperio bulle de nuevo tras dos años en la nevera.

Michael Malone tiene muy pocos conejos en la chistera. Habló antes del partido de nutrirse de la energía del Facu Campazzo pero el base solo jugó cuatro minutos. Will Barton anotó algunos tiros y Aaron Gordon (18+12+4) trabajo hasta caer rendido, también. Los Nuggets se descolgaban por inercia en la primera parte (59-69) pero usaron su última vida (de la temporada, seguramente) en un ejercicio de fe emocionante que volteó el partido en el tercer cuarto: 80-75, 21-6 en seis minutos. Pero los Warriors nunca estaban lejos, siempre respondían y esperaban con aplomo sus momentos: los pasos de Jokic por el banquillo, las grietas en una defensa sin especialistas exteriores, los malos tiros motivados por el agotamiento de su rival. Los Nuggets no pueden apretar con furia ciega en defensa y atacar con finura y piernas. Es una realidad que maquilla la inmensidad (por cuerpo y sobre todo por juego) de Jokic. Pero es una realidad.

Los Warriors recuperaron el mando en el inicio del último cuarto, con Jokic descansando (93-97). Y a partir de ahí exprimieron a su rival, que llegó hasta un 11-112 a base de tiros libres y acciones heroicas de su megaestrella. En el punto crítico, fallaron cinco ataques seguidos mientras un triple de Wiggins, una penetración marca de la casa de Curry y la chispa de Jordan Poole abrían la herida mortal. Curry, otra vez suplente, acabó con 27 puntos y 6 asistencias y ha anotado al menos un triple en los 115 partidos de playoffs que ha jugado. Poole terminó con 27 puntos, Klay Thompson con 26 y Green con 6, 5 rebotes y 10 asistencias. Todo eso, con un poco de Iguodala, Payton, Porter, Looney… los Warriors están todo lo bien que podían esperar estar en este momento de la temporada. Y tienen derecho a sentirse legítimos aspirantes al anillo. Por ahora, están haciendo su trabajo: 3-0 y prisa por apuntillar, veremos si ya el domingo, a estos Nuggets que acaban abrumados por mucho que lo intenten. Es cuestión de lógica.