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HOUSTON ROCKETS

Usman Garuba, año I: pocos minutos y muchas dificultades

Pasó del Real Madrid a la NBA, pero el primer año de Usman Garuba en los Rockets ha estado lleno de dificultades: pocos minutos y dudas de cara al futuro.

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Pasó del Real Madrid a la NBA, pero el primer año de Usman Garuba en los Rockets ha estado lleno de dificultades: pocos minutos y dudas de cara al futuro.
Pasó del Real Madrid a la NBA, pero el primer año de Usman Garuba en los Rockets ha estado lleno de dificultades: pocos minutos y dudas de cara al futuro.Joe ScarniciGetty Images

Los inicios no siempre son fáciles. Es algo que ha aprendido Usman Garuba en su primer año en la NBA. Uno lleno de problemas, dificultades, poco juego y una ligera decepción, un sentimiento que siempre depende, claro, de las expectativas. Garuba ha jugado poco, se ha lesionado, ha sido relegado a la G League en varios momentos de la temporada y ha tenido un año inicial que dista muchos de otros que nos acostumbraron mal y vinieron también de la Liga española: en el siglo XXI, los Gasol, José Manuel Calderón o Ricky Rubio han personificado el baloncesto nacional en Estados Unidos y han triunfado, en mayor o menos medida, en la mejor Liga del mundo. Por eso, quizá, nos cuesta tanto que alguien tenga un año tan atípico desde el punto de vista de los aficionados y analistas del otro lado del charco.

Garuba fue elegido en el puesto 23 de la primera ronda del draft, algo más atrás de lo que él mismo esperaba en un inicio. Llegaba a los Rockets, un equipo ideal, en teoría, para desarrollarse como jugador: en una crisis pantagruélica desde que James Harden puso rumbo a los Nets, la franquicia texana está inmersa en años de reconstrucción, algo que se sabe cuándo empieza pero nunca cuando acaba. Garuba aterrizaba en la NBA con un bagaje que consistía en tres años con el Real Madrid, con cierto protagonismo en el tercer y último de ellos. Ahí, contra el Efes y con la lesión de Edy Tavares (que se perdió el tercer y cuarto partido de la eliminatoria), Garuba practicó su mejor baloncesto y escribió las mejores líneas de un currículum todavía corto.

En la NBA hay muchos perfiles como Garuba: jugadores interiores físicamente fuertes, capaces de salir al exterior para defender a sus rivales (como vimos ante el Efes, con el español defendiendo a Shane Larkin) y de salir con velocidad al contraataque. Eso perjudica a Garuba, que tiene un estilo muy útil en Europa, pero fútil en la NBA por existir en demasía. El jugador ha pasado por la G League en más de una ocasión y tampoco ha destacado especialmente en esa competición, ha jugado de forma intermitente y sin ninguna regularidad en la NBA y encima se lesionó en la recta final de curso de forma extraña ("Se cayó", dijo su entrenador Stephen Silas) y regresó para los últimos partidos, en los que ha participado en los últimos 7 partidos de forma consecutiva, su racha más larga de todo el curso.

En su primera temporada en la NBA, Garuba ha promediado 2 puntos, 3,6 rebotes y 0,7 asistencias en 24 partidos, 2 de ellos como titular. Su máxima anotación han sido 8 puntos (con 7 rebotes) ante los Kings, mientras que atrapó, ante el mismo equipo pero en otro partido, 14 rebotes, su máxima cifra en la mejor Liga el mundo. La competencia directa de Alperen Sengun no le ha beneficiado, mientras que la franquicia está centrada en el futuro desarrollo de Jaleen Green, número 2 del último draft. Garuba, que con 20 años ya ha participado en unos Juegos Olímpicos, solo ha participado en 2 de las 20 victorias de su equipo, el pero de la NBA (62 derrotas). Y tendrá que enfrentarse a más competencia directa el año que viene, cuando venga gente nueva en un draft en el que los Rockets, otra vez, tendrán mucho que decir. Así están las cosas en el año I de Garuba. Uno, claro, lleno de dificultades. Toca remontar.