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REAL MADRID

El Real Madrid no encuentra solución a la crisis

El desplome blanco no atisba el final tras acumular 14 derrotas en los últimos 25 partidos, desde la entrada en barrena el 23 de enero. La afición se ha enfriado con el equipo.

Los jugadores del Real Madrid se marchan al vestuario después de perder con el Barça (68-86) en la Euroliga el 11 de febrero en el Palacio con la mejor entrada del año: 9.000 aficionados.
CHEMA DIAZDIARIO AS

Los resultados, el juego, los números que lo acompañan y las sensaciones que transmite el Real Madrid reflejan con nitidez su grave problema actual. Uno que, lejos de solucionarse, parece empeorar. La racha de derrotas es la peor de la era Laso con diferencia, un desplome, como el de los peores años merengues al principio de este siglo, que comenzó con la derrota liguera ante el Barça en el Palacio el 23 de enero (75-85). Entonces, los blancos eran líderes en la ACB y la Euroliga con dos tropiezos menos que los azulgranas y, desde esa fecha, en 25 partidos disputados, ha apilado ¡14 derrotas! (balance de 11-14 cuando en los cuatro meses previos firmó un 34-4). Un descosido gigante que tiene múltiples causas, aunque se resume en un bajón físico de una plantilla veterana, en una catarata de lesiones (los jugadores blancos acumulan 211 partidos de baja, 8 de ellos se han perdido 11 o más) que no ha permitido definir roles (Laso, a veces, tampoco ha ayudado a clarificarlos) y en la falta de talento en plenitud en el perímetro, en la generación de juego, la que siempre caracterizó el estilo. Agravado todo por la escasez de tiradores disponibles en ausencia de Carroll (Thompkins y Randolph lo son desde el cuatro, pero no están al nivel tras lesiones de larguísima duración).

Como explicaba el propio Laso, todo empezó a torcerse cuando el técnico dio positivo por coronavirus el 14 de diciembre, él y Heurtel. Luego al base francés le siguieron otros 13 jugadores. Partidos aplazados y reubicados hasta encadenar un mes comprimido con tres duelos semanales antes de la Copa. El equipo se rompió entonces y la inferioridad manifiesta en el cara a cara con el Barça (3-10 desde la llegada de Jasikevicius), cuyo último capítulo fue la final de Copa el 20 de febrero (59-64 pese al 23-7 del minuto 12), acabó de quebrarlo. La falta de un base titular fiable (ni Heurtel ni Williams-Goss lo han sido) ha impedido que las piezas se recompongan.

En la final copera de Granada se abrió otra racha negra de 9 derrotas en 13 encuentros en las dos competiciones, que si la acotamos son 5 traspiés en los últimos 6. Desde enero podemos enmarcar secuencias impensables a finales de 2021, con los 6 partidos seguidos actuales perdidos fuera de casa en Europa o los 2 meses y 11 días que se pasó sin vencer en casa en Liga. En Kaunas se quedó en 47 puntos, en la pista del Fernerbahçe en 51 y en dos de sus mejores actuaciones recientes, frente al Maccabi y el Efes, dilapidó todo el trabajo previo en unos minutos finales de bloqueo ofensivo absoluto.

Los contratos

La lista de altas y bajas para el próximo curso va creciendo sobre el papel y se intuyen al menos cinco novedades: dos bases, dos exteriores y un ala-pívot. Llull, Rudy (seguirán aunque con otro rol y condiciones), Causeur, Taylor y Thompkins acaban contrato. Heurtel tiene otro año, pero solo opcional, y la vinculación con Williams-Goss y Randolph no finaliza hasta 2023. En el club aseguran que la continuidad de Laso no se debate, pero cuando llegue el momento todo se pondrá sobre la mesa. Incluida la gestión en los relevos de bases determinantes como Sergio Rodríguez, Doncic, Campazzo y el propio Llull.

El juego nunca fue fluido este curso, pero el balance inicial resultó tan bueno que aún es segundo en la Liga y, si gana al Bayern este viernes (20:45, Dazn), acabará segundo la fase regular de la Euroliga. Un Bayern que, por cierto, llegará a Madrid para su séptimo encuentro en 13 días, tres seguidos en la Euroliga, y cada vez tiene más papeletas de ser el rival de los culés en el playoff de cuartos. En la ACB el liderato tiene color azulgrana y por detrás el Joventut y el Valencia viajan a solo un triunfo (y el Manresa a dos) de los blancos, que afrontan un calendario final complicado, empezando por la visita al Palau Blaugrana el próximo domingo (18:30, #Vamos). Ojo a los cuartos y a las semifinales.

El clavo ardiendo es la recuperación de los lesionados (salvo Alocén) y que Abalde dé un paso al frente y Causeur atrape su mejor nivel. Algo de generación de juego para aliviar la crisis. En la afición hay pesimismo y se demuestra con entradas pobres en el WiZink Center una vez superadas las restricciones por la pandemia. En lo que va de 2022, solo en los dos Clásicos se han rebasado los 6.500 aficionados. Otro problemón.