Málaga llora la muerte de Javier Imbroda
El que fuera seleccionador y entrenador de Unicaja, Caja San Fernando y Real Madrid falleció tras una larga enfermedad. Era consejero de Educación y Deporte de la Junta.
La muerte de Javier Imbroda ha llenado de dolor al mundo de la política, el deporte y a Málaga en particular donde era una persona muy querida. En un escueto comunicado, la Junta de Andalucía informó de su fallecimiento que se produjo en la tarde del sábado como consecuencia de larga enfermedad, un cáncer de próstata que le fue detectado en 2017 y contra el que luchó hasta el último aliento de su vida.
Nacido en Melilla en 1961. Imbroda trabajó a destajo para impulsar el baloncesto malagueño. Puso la primera piedra en 1988 ascendiendo al Mayoral Maristas a Liga ACB. Un equipo de un colegio donde destacaban Ray Smith y Mike Smith. Los Smith, que no eran hermanos, pero como si lo fueran.
El Mayoral Maristas se fusionó con el Caja de Ronda para formar el Unicaja que todos conocemos. Motivador nato y brillante estratega, Imbroda se quedó a una canasta de ganar la Liga de 1995. El recordado ‘no triple’ de Ansley contra el Barcelona, dentro de la frustración, consolidó la pasión por este deporte en Málaga. Nombres ilustres como Alfonso Reyes, Nacho Rodríguez, Kenny Miller, Richi Guillén, Dani Romero, Sergei Babkov o Manel Bosch están asociados a este gran técnico.
Tras 268 partidos con los verdes ficho por el Caja San Fernando (hoy Coosur Betis). En 1998-99 consiguió con el equipo sevillano dos subcampeonatos, de Liga y de Copa en un equipo donde destacaba por encima de todos Chuk Koenegay.
Antes, en 1992, fue ayudante de Vladas Garatsas en una formidable selección de Lituania que consiguió la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Barcelona con estrellas de relumbrón como Sabonis, Marciulonis, Homicius, Kurtinaitis y compañía.
Hizo debutar a Pau Gasol
En 2001 se hizo cargo de la Selección española que se preparaba para afrontar el campeonato de Europa de Turquía. Y reclutó para la causa a dos de los juniors de oro que dos años antes ganaron el Mundial de Lisboa a Estados Unidos. Nada menos que Felipe Reyes y Pau Gasol. Este debutó en San Fernando el 15-8-2001 en un amistoso contra Grecia. En aquel Europeo España obtuvo la medalla de bronce en un recordado partido contra Alemania con duelo estelar entre Gasol y Nowitzki.
El Real Madrid pensó en él para reactivar una sección que andaba de capa caída a la sombra del Barcelona. Tuvo que dejar la Selección. Las cosas no le fueron todo lo bien que hubiera deseado en la Casa Blanca.
Tras pasar por los banquillos de Valladolid y Menorca dio el salto a la política de la mano de Ciudadanos accediendo al cargo de consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía donde puso todo su empeño y sabiduría para potenciar la práctica del deporte y la mejora en las instalaciones deportivas de esta comunidad. A pesar de que la enfermedad le devoraba por momentos no dejó de trabajar hasta que el cuerpo le dijo ¡basta!
Consternación
Las reacciones tras su fallecimiento han sido de absoluta tristeza por su temprana partida y de admiración hacia su gigantesca figura. Comunicados oficiales del Real Madrid, Málaga Club de Fútbol, Unicaja, Coosur Real Betis, Sevilla Fútbol Club, Granada CF, Bilbao Basket, Federación Española de Baloncesto., jugadores entrenadores, representantes de la política como Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, Alejandro Blanco presidente del COE… innumerables mensajes con el común denominador del respeto, admiración y cariño para Javier.
Sus restos mortales fueron trasladados al Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa). En la tarde de este domingo se celebró una misa. Por expreso deseo de la familia, que agradeció sinceramente tantas muestras de afecto, Javier Imbroda fue despedido en la más estricta intimidad.
Su gigantesca lucha contra el cáncer aumentó las corrientes de admiración que de por sí ya tenía de manera abrumadora. Tras superar el cáncer en primera instancia decidió compartir su experiencia involucrándose en diferentes proyectos deportivos y creó la Fundación Javier Imbroda, que atiende diariamente a niños con el deporte como herramienta de inclusión y que puso en pie con sus propios recursos, sin ayudas ni subvenciones públicas.
Por desgracia el maldito cáncer regresó y aunque continúo la pelea, no pudo ser. Javier Imbroda se ha ido, pero su recuerdo permanecerá por siempre.