NBA | SUNS 134 - TIMBERWOLVES 124

Los Suns son una máquina de ganar

Novena victoria seguida para el mejor equipo de la NBA, que somete con autoridad la resistencia de los Timberwolves. Triple-doble de Chris Paul y ya 39-9 para un bloque brutal.

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La máquina no se detiene: Phoenix Suns sigue ganando sin parar, también a Minnesota Timberwolves (134-124). Ganan por dentro y por fuera, rápido y lento, con defensa o con ataque, a empujones o con brochazos artísticos. Son ahora mismo el mejor equipo de la NBA, con cierto margen. Por sensaciones. Y con un gran margen por resultados: 39-9, a una victoria de asegurar a Monty Williams el puesto de entrenador en el All-Star y con cuatro derrotas menos que unos Warriors a los aventajan ya en tres partidos y medio. Pinta a que el que quiera ser campeón tendrá que salir vivo de Phoenix, donde juega un equipo que el año pasado se quedó a dos pasos del anillo (de 2-0 a 2-4 en plena embestida de Giannis) y que ahora parece todavía mejor. Así que…

Minnesota Timberwolves es un buen equipo. Marcha octavo del Oeste y huele a play in. No es un gran equipo, no todavía, pero no es desde luego un mal equipo. Acaba de perder en visitas seguidas a los dos mejores de la Liga, Warriors y Suns, pero en los dos se ha aferrado con energía, sin grandes opciones de ganar pero sin descolgarse ni dejar de competir. Sin Patrick Beverley y en Arizona sin D’Angelo Russell, que se lesionó en San Francisco contra sus ex. Un buen equipo… que perdió contra un súper equipo. No hay más. Los Wolves hicieron la goma durante básicamente toda la noche (desde el 40-32 del primer cuarto) y recibieron los últimos clavos en el ataúd con los triples de Cam Johnson y Landry Shamet. Y la colosal dirección de Chris Paul, un magisterio en acción: 21 puntos, 10 rebotes, 14 asistencias.

Anthony Edwards sumó 27 puntos, 10 asistencias y 5 robos. Llevaba 16 al descanso (74-66). Towns acabó en 23+9 rebotes+5 asistencias pero pareció que su equipo necesitaba un poco más de él. Sin Russell, Beasley apareció en el último cuarto (18 de sus 26 puntos) pero los Wolves no pudieron hacer mucho más que perseguir una sombra naranja que siempre estaba por delante, da igual cuanto corrieran.

Los Suns son tan buenos que se olvida que faltan DeAndre Ayton, Jae Crowder (los dos interiores titulares), el primer suplente de Ayton (JaVale McGee) y Cam Payne, la chispa de la segunda unidad. Su profundidad asombra. Y asusta. Devin Booker llevaba 20 puntos al descanso y no forzó después (29 y 9 asistencias). Bismack Biyombo, el renacido, puso solidez por dentro (14+12) y el resto fue la eficiencia de Shamet (17 puntos, 4/8 en triples) y la producción habitual de Mikal Bridges (18+5) y Cam Johnson (23+5+4), una excelente pareja de forwards jóvenes. Los Suns tienen de todo, pueden ganar a todo el mundo y después de empezar 1-3 la temporada, han saltado a su actual 39-9. Nueve victorias seguidas y 38-6 tras ese arranque. Nunca habían estado tan bien después de 48 partidos y están 30-0 en partidos en los que van por delante al acabar el tercer cuarto. El último equipo que no perdió en esas circunstancias fueron los Lakers 2019-20: se proclamaron campeones. Así que...