El Gran Canaria fulmina a la Virtus de Scariolo en el último cuarto

Cada día son más patentes las dos caras que presente el Gran Canaria en la presente temporada. La buena, la europea, la sacó esta noche a relucir más que nunca ante la Virtus de Bolonia, uno de los grandes favoritos a ganar la presente Eurocup. Los de Fisac sumaron así, a base de triples, su sexta victoria contintental del presente curso baloncestístico (100-80).

La empanada con la que saltó al Granca a la cancha bien pudo costarle un gran disgusto nada más empezar el partido. Ocurre que, sin apenas tiempo, la Virtus se había puesto ya 2-10, pero los muchachos de Fisac entraron de nuevo en vereda tras dos tiples de Shurna y otro de Slaughter que empararon el marcador a 13. En momentos de máxima igualdad y tanteo en ambos lados de la cancha, los locales se agarraron a la figura de Kramer, agigantando ante la baja de Albicy, cuyo noveno punto trajo otra igualada, a 18 en este caso.

El equipo de Scariolo se mantenía por delante a base de triples, este de Alibegovic tras una asistencia de Teodosic, 21-24, pero el Gran Canaria, de nuevo a través de Shurna, le devolvió la moneda cerrando al primer acto desde idéntica distancia: 26-24.

Ya recuperada del susto inicial, la formación inicial tomó la iniciativa en juego y marcador durante un segundo cuarto en el que emergía poderosa la figura del hiperactivo Miquel Salvó, que se cascó un 2+1 para el 31-26. Asimismo, el propio exterior catalán descerrajó un nuevo triple sobre el aro italiano que estiró la ventaja local hasta un significativo 37-29, lo que obligó a Scariolo a pedir tiempo muerto con poco más de seis minutos de juego por delante.

Ilimane Dior estiró automáticamente la ventaja hasta el primer +10, pero entonces la Virtus reaccionó. Sin un triple de Pajola anunciaba reacción, 39-32, otro de Teodosic casi culmina la remontada, 44-43. Al final del primer tiempo, los guarismos del marcador anunciaban una dura batalla a la vuelta: 47-45.

Cuatro puntos seguidos de Jaiteh, siempre aguerrido, pusieron de nuevo a los visitantes por delante: 50-51. Entraba entonces el partido en una fase trabada hasta que llegó un desatasco de la mejor manera posible, que siempre es a base de triples. Así, en una secuencia casi perfecta, sacaron tajada, por este orden, Teodosic (15 puntos y 10 asistencias al final de este cuarto), Brussino, Slaughter y Shurna, hilarante sucesión de canastas tras que el Gran Canaria volvía a tener ventaja en el marcado: 60-57.

Belinelli también quería participar en la fiesta, a la que entró de lleno con triples seguidos para devolver la ventaja a los suyos, 62-63. Con el intercambio de golpes ya instalado en la cancha, el equipo de Fisac llegó más enteros a unos últimos minutos que culminaron con un precioso triple de Slaughter para el 71-65.

Ángel y demonio siempre, en cualquier caso siempre un talento increíble, Teodosic se calentó más de la cuenta, y su antideportiva sobre Salvó bien pudo costarle un serio disgusto a su equipo, que se vio perdiendo 76-68, acaso agradeciendo fallos insulares en los tiros libres que pudieron estirar dicha renta.

Consciente de la gran oportunidad que se le presentaba, no desaprovechó el Gran Canaria la opción de ‘matar’ definitivamente el partido, como así demostró tras un agónico palmeo de final de posición de Ilimane Diop que puso un clarificador 84-70 en el cielo del Gran Canaria Arena.

Se las prometía muy felices el equipo insular tras un triple de Ennis, 87-72, quizás demasiado. Y el despiste, ante semejante talento enfrente, se puede convertir en pecado capital. Mal augurio el de dejar suelto a Belinelli, que se cascó dos triples consecutivos que anunciaban batalla italiana: 87-78. No se descompuso en ningún momento la hueste de Fisac, que volvió a asestar un golpe definitivo con el tercer triple de Ennis, que le daba un tranquilizador +13: 93-80. El partido ya estaba roto y la fiesta fue completa. Incluso tuvo tiempo Javi López, base canterano del Granca, de clavar un triple para llegar hasta la mágica cifra de 100 puntos y reventar, de momento, el tan importante basket average a favor de su equipo, que busca sanar en Europa sus incontables heridas domésticas.