WASHINGTON WIZARDS

Deni Avdija encuentra su sitio

El jugador israelí Deni Avdija, número 9 del Draft 2020, se ha hecho hueco en los nuevos Wizards de Wes Unseld gracias a la defensa.

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Deni Avdija
Jared C. Tilton AFP

Entrar como lottery pick, decir, ocupar alguna de las catorce primeras elecciones,de un draft, es un hito para la mayoría de jóvenes que sueñan con la NBA. Conforme uno se queda más arriba, más emoción. Pura lógica. En el caso de Deni Avdija llegaba a la gran liga en un contexto de dos bandas: grandes aspiraciones con mucho aficionado detrás y complicado encaje por su falta de experiencia. Hablamos de un jugador de Israel, que había tenido sólo seis jugadores de su nacionalidad en la Liga con anterioridad y teniendo muy buenos informes para respaldarle; un jugador que es cazado en la Euroliga en los meses anteriores a la explosión de la pandemia de coronavirus; un jugador que realiza el servicio militar obligatorio en su país poco tiempo antes de emprender su gran aventura profesional; un jugador que tenía, respecto a otros jugadores procedentes del baloncesto europeo, mucho caché en categorías inferiores pero algo menos al jugar junto a los mayores. No las tenía todas consigo. Ser elegido el 9º del Draft 2020, en su caso por los Wizards, le ponía como caramelito para un equipo con piezas con las que jugar en el mercado. 

Las comparaciones son odiosas y, en su caso, muy desacertadas. El efecto de Luka Doncic todavía pega fuerte en la NBA con casi cualquier chico blanco con un poco de cuerpo y altura que proceda del Viejo Continente o, en el caso de Avdija, de los alrededores (más culturales que geográficos). Antes de ser elegido decía esto: "No me han regalado nada, he tenido que trabajar duro para ir consiguiendo todo lo que he conseguido. Hasta los minutos que he tenido en el Maccabi me los he tenido que sudar. No le dan veinte minutos por noche a un crío. Quizá a Luka Doncic. Le veía y pensaba que por qué no podía hacer yo lo mismo. Se trata de responder como un adulto, asumir responsabilidades, ganarse los minutos, convertirse en importante en la rotación, etc. Podrás darme la razón o quitármela, pero más allá de que es un jugador tremendo, creo que Doncic ha tenido mucha suerte en su carrera"

El haber llegado alto en el draft pero no tanto como se proyectaba pudo afectar a su cockiness, un concepto cercano a lo engreído que se utiliza mucho en Estados Unidos para jugadores como Deni. Otro de los últimos tiempos que encaja en la definición puede ser Mario Hezonja, ya fuera de la NBA. De confianza van sobrados, puede que demasiado. Por personalidad no es. España recuerda su actitud cercana a la línea roja en la final del Europeo en categoría sub-20 que Israel ganó hace dos años con un Avdija desatado frente a los ahora jugadores de primer nivel Josep Puerto, Sergi Martínez, Joel Parra o Carlos Alocén. En el Maccabi de Tel Aviv se ha formado, pero sólo en la segunda de sus dos temporadas en la primera plantilla, la 2019/20, rozó los 15 minutos de media en competición europea superando en diez la marca de la anterior campaña. No estaba en pañales, pero casi. Sus primeros pasos en la NBA dejaron la impresión de que estaba un poco desnortado y, como en Israel, en el segundo año empieza a mostrar herramientas interesantes que añadir al conjunto al que pertenece. El de ahora sí es el Avdija por el que había que apostar. 

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Importante también ver cómo han evolucionado los Wizards para ver al nuevo Avdija. Se ha pasado de la dualidad Westbrook-Beal acompañado de un acomodado Bertans o de sorpresas positivas como Neto o Gafford a que Bradley, el jugador de más calidad, tenga al lado a los ex de los Lakers que entraron en el traspaso de Russell (Harrell, Kuzma y Caldwell-Pope) o al imprevisible base-escolta Spencer Dinwiddie. El israelí se ha aprovechado, además, de la ausencia de Rui Hachimura por motivos desconocidos en esta primera franja de la temporada. En el banquillo, otro cambio: Wes Unseld por Scott Brooks. 

En el cambio de toda la plantilla Avdija es un buen ejemplo. Se ha pasado de un equipo irregular y centrado en la ofensiva pero con los altibajos que no le dejaron progresar más allá de la primera ronda, donde les eliminaron los 76ers, a uno de los diez -y, por momentos, de los cinco- mejores de toda la NBA a nivel defensivo. Pero hay más: Statmuse destacó antes del miniparón de Acción de Gracias un dato bestial de la temporada de Avdija. Este alero alto de 2,06 metros ha rebajado a un 34,9% el acierto de los jugadores a los que defiende, que supone la mejor marca de la NBA para los que al menos han marcado 150 tiros; 9,1% menos que el porcentaje normal de los oponentes defendidos, que también es récord. 

Para un jugador que con el balón es algo lento por su altura pero que tiene inteligencia a la hora de moverse, sabe trucos para desbaratar al rival con poco y era un experto anotador en categorías inferiores, la adaptación al juego en Estados Unidos se ha hecho complicada. Al menos cuando juega de cara al aro. Su acierto en tiros de dos y de tres sí está por debajo de la media, pero ahí reside la parte positiva de esta lectura. Deni ha sabido reinventarse. Encontrar su hueco, su quehacer, su sino. Encaramarse a la parcela defensiva como el más rocoso protector es la virtud con la que ganarse los minutos.