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SELECCIÓN ESPAÑOLA (M)

Carlos Jiménez: "Jorge me llamó en el Camino..., y dije sí"

El exinternacional, 170 partidos y seis medallas con España, debuta en estas Ventanas de clasificación como 'team mánager' de la Selección.

Skopje
Carlos Jiménez, durante un entrenamiento de la Selección en Guadalajara.
ALBERTO NEVADOFEB

Carlos Jiménez (1976) es un nombre mayúsculo en la historia del baloncesto español. Capitán del campeón del mundo en 2006, sumó 170 internacionalidades y ganó seis medallas. En estas Ventanas estrena cargo de team manager de la Selección absoluta. AS se sentó con él en Skopje para charlar de su nuevo trabajo y de su trayectoria.

Este ha sido un proceso largo, ¿no? Desde verano de 2019 se hablaba de su regreso a la FEB.

El caso es que con el tema de embajador empecé sobre noviembre de 2019. Empecé a hacer algunas colaboraciones, pero explotó el COVID. Lo último que hice es viajar con la expedición de la FEB cuando nos dieron los Laureus del deporte y, desde entonces a esta parte, no se había retomado mi presencia. Luego, en agosto, estaba haciendo el Camino de Santiago, aprovechando que tenía más tiempo para hacer estas cosas, y Jorge me llamó un día y me dio dos pinceladas. Y se quedó ahí. Y hace un mes, me terminó de llamar para concretar todo. Él ya sabe mis circunstancias para organizarme en casa y yo se lo explico (su mujer, Noelia Losada, lleva dos concejalías del Ayuntamiento de Málaga; y tienen dos hijos, Pablo y Elsa, que juegan en las categorías inferiores del Unicaja). Como todo cuadró, para mí es un privilegio volver a estar aquí. Para la FEB siempre voy a tener un sí. Siempre que, por supuesto, pueda estar de la forma que creo que hay que estar.

¿Qué es un team manager?

Buena pregunta (risas).

¿Qué va a hacer Carlos Jiménez?

Lo voy a ir descubriendo porque llevo tres días, pero se trata de tener presencia física, mucha representación de la FEB... Y, evidentemente, atender todas las necesidades que tenga el grupo. El grueso de todo este proyecto se desarrollará en verano. La Ventana de finales de junio, la de finales de agosto y el Eurobasket. Y, luego, paralelamente, las ventanas de noviembre y febrero. Y. si las circunstancias lo permiten por las circunstancias actuales, hay que cerrar ir a Estados Unidos para que nuestros jugadores allí sepan que, aunque estén compitiendo allí, la Selección va a ser más cercana a la que ya es.

¿Puede decirse que también hay algo de descarga en las funciones del presidente?

Sí, un poco eso también. Evidentemente, cada uno tiene su parcela y yo no vengo con idea de entrometerme en la de nadia. Sólo quiero que todo el mundo vea en mi un soporte, un amigo y un apoyo en las cosas que puedan surgir. Y, a partir de ahí, exponer mi punto de vista. No es que tenga una parcela muy concreta que le pueda decir. He observado que todo está estructurado, parcelado, todo el mundo sabe lo que va a hacer y yo sólo quiero ser un punto de apoyo.

"Para la FEB siempre tengo un sí"

Jiménez

En una entrevista que le hice hace muchos años, usted decía que en este juego "lo más importante" eran los jugadores. ¿Cómo puede trasladar esa idea a su función? ¿Tiene que ser un amigo, un consejero, un policía?

No. ¡Poli no! Mi intención es tener contacto con ellos durante el año viendo su estado físico. Según vayan pasando por Málaga me gustaría ir viéndolos en la medida de lo posible siempre y cuando no interceda en su trabajo y en sus rutinas y si me lo permiten los clubes. Lo que quiero es mostrarle esta cercanía. Lo que quiero es que sientan que la Selección está ahí.

Habla de estado físico, pero últimamente también está muy en boga lo mental. ¿Hasta qué punto será importante en su trabajo darle confianza al jugador?

Lo será en la medida de lo que ellos demanden. Yo no pretendo ser referencia de nadie salvo que ellos consideren que les puedo servir de esto. Yo he vivido un baloncesto que, en algunas cosas va evolucionando y, en otras cosas, sigue siendo el mismo. Quiero aportar mi experiencia como jugador de la Selección, pero también aportar el tiempo que he estado en la dirección deportiva del Unicaja e incluso como entrenador-ayudante un tiempo corto. Daré mi punto de vista. Creo que la gente sabe que tengo una opinión prudente y sensata de las cosas y creo que eso puede venir bien cuando pierdes un poco la perspectiva.

Hace ya más de trece años que se fue de la Selección. Siempre se recuerda aquel corrillo que hizo en Pekín con aquellos monstruos como Pau, Marc, Navarro, el mismo Garbajosa. ¿Qué les dijo?

No había tiempo de decir mucho. Había que ser concreto. Para mí fue un momento mágico. Una mezcla de emociones. No al nivel de lo que tuvo que afrontar Pepu cuando nos dieron la medalla de oro en Japón por el fallecimiento de su padre, pero para mí suponía algo anímicamente muy fuerte porque suponía cerrar una etapa muy bonita, en la que más disfruté del baloncesto. En esta casa. No quiero decir que no haya disfrutado en los demás sitios, pero es donde más emociones he tenido como deportista y siempre me he sentido muy comprometido. El mensaje que les di en aquel corrillo fue claro: 'Es espectacular lo que hemos conseguido, que sepáis que es el último partido que juego con vosotros y estoy superorgulloso de haber estado con vosotros'. Y ya está, que la vida sigue. Tampoco quería echar un rollo. Me pareció un momento perfecto para comunicarlo y era mi familia en ese momento, mi grupo de convivencia.

También recuerdo que admitía off the record que aquel día que los estadounidenses habían hecho muchos pasos, pero que usted le había pegado palos a Lebron James hasta donde había podido...

Yo me los llevé también, ¿eh? Recuerdo la sensación de llegar a la Villa, cuando se te empieza a relajar el cuerpo... Tengo recuerdo de partidos intensos, pero aquel fue demoledor. La intensidad a la que se jugó ese día en la pista fue increíble.

Es curioso un poco el cruce de caminos con Garbajosa. Usted fue quien lo sustituyó en Málaga, con todo lo que supuso cuando él se fue a la NBA. Ahora vuelven a cruzarse para trabajar. ¿De dónde viene el feeling y qué recuerda de aquella llegada a Málaga?

Nos conocemos desde los 18 años. Él estaba en Vitoria y yo en San Viator. Ahí nos entrecruzamos ya en las selecciones Júnior y en la Sub-22. Yo llegué un poco antes que él a la Absoluta y luego llegamos los dos a los Juegos de Sidney. Los dos vivimos aquellos Juegos con una intensidad grande. En aquellos Juegos, convivieron tres generaciones. Empieza a entrar la generación del 80, con Raül y Navarro. Luego estaba una generación más madura con Reyes o Alberto Herreros; estaba el grupo de los Dueñas, Rodrigo... Y Garbajosa y yo hicimos migas, sobre todo porque eran años en los que no sabías si ibas a poder vivir más aquellas experiencias. Costaba acceder a aquellas competiciones. Y la experiencia personal de unos Juegos es extraordinaria. Luego seguimos conviviendo en la Selección y empezamos a tener más relación fuera de la pista. Cuando llegó el momento de Málaga, nos cruzamos por el camino...

"A Ricky no hay que convencerle; hay que escucharle, pero siento cercanía con él para sentarme a hablar con él"

Jiménez

¿Notó mucho el peso que tenía Garbajosa allí?

A ver. Lo que supone Jorge en Málaga no es posible de restituir. Yo iba con mi rol, venía de ser el mejor alero de la Liga dos temporadas. Sergio decidió ponerme en una posición nueva y yo siempre he dicho que estoy para hacer lo que me digan. Y creo que tampoco salió mal. Aquel año en Málaga fue el mejor de mi vida. Llegaba después de ganar el Mundial, mi hijo terminaba de nacer... Y qué le voy a decir a usted de Málaga, si decidí quedarme a vivir allí... Lo de sustituir o intentar sustituir a Jorge era lo de menos. Había tantas cosas buenas alrededor..., y conseguimos ir a la Final Four aquel año, que fue bonito para el club... y luego con Jorge seguimos coincidiendo. Su año complicado en 2007, los Juegos, y en Pekín yo ya salgo del grupo.

Y luego...

Pues cada uno con sus circunstancias de vida. Coincidimos en algún partido de veteranos y él se fue a la vertiente directiva y yo empecé la dirección deportiva en Málaga...Estoy encantado de su llamada. Esta será mi casa.

Cuando uno a estas edades toma estas decisiones, y se mueve aunque vaya a seguir viviendo en Málaga, es porque hay una motivación. Si no, no lo hace. ¿Qué le ha movido a dar el paso?

Primero, porque personalmente me he podido organizar. Y luego, porque afortunadamente puedo elegir proyectos que me atraigan personalmente como éste. Era un tema de personas. Me llegase lo que me llegase, sabía que me comprometería si personalmente me atraía. Me han ofrecido alguna cosa que me ha atraído pero, lamentablemente, no me he podido organizar en casa. Esta me cuadra. Estoy testándolo aún y espero que todo salga bien y tenga recorrido. La Selección, para mí, tiene un contenido anímico muy difícil de igualar.

¿Y qué representa, pues?

Lo que le decía antes. El sitio donde más he disfrutado del baloncesto. Siempre era una especie, no de balsa, porque no me tenían que rescatar de ningún sitio, pero a nivel de sensaciones es otra dinámica. El compromiso de la gente ha estado siempre aquí porque el que está es porque quiere. Y vives un baloncesto altamente competitivo, con opciones de ganar, y paralelamente, con un nivel de compromiso brutal. Y eso a mí me gusta mucho porque es esencial para competir. Y yo he disfrutado en mi vida más compitiendo que ganando.

Me decía que, entre su trabajo, estará viajar a Estados Unidos. Allí está Ricky. ¿Cómo piensa convencerle de que siga?

Es esencial que el jugador quiera. No creo que lo esencial sea convencerle sino escucharle, ver cuál es su sentir. Todavía queda mucho tiempo, evidentemente, y pueden pasar muchas cosas. Pero no creo que a Ricky haya que convencerle de nada. El que venga será porque quiere. Y si no quiere estar aquí será, o bien porque no quiere, o porque las circunstancias no se lo permitan. Más de tener una conversación para intentar convencerle, es simplemente tener una charla de jugadores de baloncesto, en mi caso ex jugador, y a partir de ir ver lo que surge.

"No veo a Marc dando marcha atrás; su idea de jugar en Girona me parece muy romántica"

Jiménez

Usted se iba y él llegaba en Pekín 2008. ¿Ha podido profundizar con él alguna vez?

Más que coincidir y saludarnos alguna vez, no. Cuando él empezó su dinámica en la NBA, yo empecé con la dirección deportiva en el Unicaja. Salvo algún verano que nos hemos visto y una vez que fui a verle jugar en un Sixers-Wolves, y no estaba en su mejor momento Minnesota, no he tenido relación fluida con él. Pero siento cercanía con él para poder coger y sentarme a tener una charla con él como la estoy teniendo con usted ahora mismo.

El otro que coincidió con usted es Rudy. ¿Le ve con fuerza para continuar?

Creo que sí. Si no se ha expresado al respecto todavía, es que está con esa ilusión. Pero ahora estamos terminando noviembre. Queda mucho tiempo y será él quien gestione sus sensaciones para ratificar su presencia. Pero voluntad hay y eso puede cristalizar en una presencia final.

Y viendo que Marc termina en Girona, en la LEB, ¿no les tienta pedirle que dé marcha atrás?

No sé, no lo veo. Los que conocemos un poco a Marc, sabemos que es un tío muy vital, muy personal. Se mueve por proyectos personales. Si él ha pensado en su momento que debía salir del grupo, creo que lo hace convencido. Si hubiera tenido la más mínima duda, habría esperado porque te puedes arrepentir de tomar las decisiones en caliente. Estaba más que meditado eso y no sólo es la salida de la Selección, sino también del círculo NBA y europeo. Y está más cercano a una decisión vital y personal, como es su club. A mí me parece una idea muy bonita y romántica. No todo el mundo tiene acceso a decir que su última etapa en el baloncesto es esa. Y las declaraciones que ha hecho es estar mucho más vinculado a su familia, y la Selección tiene un componente de sacrificio importante y una de las sacrificadas es la familia. Él sabe lo que supone estar en la Selección y no iría en línea al discurso que ha expresado a la hora de expresar esa decisión. Me sorprendería que le cuadrase estar mes y medio o 50 días fuera de su casa.

Y en el banquillo, Scariolo. Han pasado quince años de que empezó a trabajar con él. ¿Cómo ve al actual?

Creo que muy consagrado a nivel de Selección. Ya lo estaba a nivel de equipo y lo está ya a nivel de Selección. Siente esta casa como suya y así lo transmite. Lleva tanto tiempo que nos hemos hecho a su método de trabajo, a su manera de ver las cosas. Todo es más fluido. No es como cuando empiezas un proyecto nuevo y eso al final es un buen activo para la Selección y para que él llegue. La idea es que todos aquellos cuyo trabajo influye en lo que pasa en la pista se puedan centrar sólo en hacer su trabajo. Y los que estamos alrededor tenemos que atender sus necesidades.

Tiene firmado contrato hasta 2024 y ha creado una estructura. ¿Es seleccionador a más largo plazo aún?

Las pruebas lo ratifican. Esa sensación está más que demostrada. Evidentemente, todos vivimos de resultados deportivos. Eso es así y sabemos a lo que nos dedicamos, pero también las trayectorias dan más margen a la hora de entender determinadas cuestiones. No se pueden calificar todos los mismos resultados de la misma forma, todo hay que ponerlo en perspectiva y cada campeonato es una circunstancia.

"Rudy tiene voluntad y eso puede cristalizar en una presencia final en el Eurobasket"

Jiménez

Aunque ya está interiorizado, es cierto que no dejan de circular dos Selecciones. La que juega las Ventanas y la que va a los grandes torneos. ¿Cree que al jugador le cuesta entender esto, que tenga que clasificar a la Selección sabiendo que las posibilidades de ir luego al gran torneo son mínimas?

Pero es posible. Y además, tenemos una experiencia muy cercana con la consecución del Mundial. Tal vez esta conversación sería más difícil hace unos años con el cambio de calendario. Ahora, yo que les llamé personalmente a todos para convocarles, en todos recibes ilusión, compromiso, ganas de estar. Ellos son conocedores de las circunstancias y de la posibilidad. Esto responde a las posibilidades del calendario. Esto no es formar un grupo B o un grupo A, aquí todos se sienten parte de la Selección. Y eso, que era un reto, se ha conseguido, y el objetivo es perpetuarlo.

¿Le preocupa que si hay derrotas en esta fase haya presiones para que vayan los jugadores de los equipos de Euroliga o no lo ve conveniente?

No vamos a incomodar al jugador. Está en medio y expuesto. Además, esto ya lo viví cuando estaba de director deportivo en el Unicaja cuando comenzó esta situación. No podemos empujar al jugador a que él decida cuando somos los que estamos alrededor los que hemos provocado esta situación nueva. Entonces, a mí me parece injusto y no me gustaría que hubiese ese problema en el futuro. Si lo hacen otros jugadores en otros países, es su circunstancia. Pero creo que no deberíamos incomodar al jugador.

¿Esta posición con chándal, al lado de los jugadores, está más cerca de cómo siente usted el baloncesto que el traje de director deportivo, qué experiencia se llevó?

Aquí ya hay un director deportivo, que es José Ignacio. Esa es su parcela. Yo lo que me llevo es la sensación amarga de que sigues teniendo la misma tensión por el resultado y que tu capacidad de maniobra es menor, sobre todo en mi caso, que disfrutaba compitiendo. Entonces, sigues estando ahí, intentas aportar cosas, pero la esencia la pierdes porque la esencia es la competición. Fue una etapa bonita y habría seguido si no se hubieran dado las circunstancias antes mencionadas. Pero también disfruté. Con mi presencia sentía necesario que hubiera otro tipo de perfiles en las estructuras y que entrase aire fresco y hubiese otros puntos de vista.

¿En relación a?

A la toma de decisiones. Creo que hay muchas estructuras manidas, con muchas sinergias de hace unos años, opiniones fuera de lugar y las cosas van cambiando. Hay que darle valor a otras cosas.

Después de escucharle durante casi media hora, me da la sensación de que será un personaje con peso. ¿Es lo que le han pedido?

No voy a estar por estar, pero siempre con mucho respeto a cada persona. Jorge considera que soy una persona válida para este puesto y yo voy a intentar estar a la altura de las circunstancias. Pero no pienso entrometerme en el trabajo de los demás. Si no, no tiene sentido que esté aquí. Mi sensación es que, si voy a algún sitio, tengo que ser válido. Cada sitio tiene su peculiaridad y yo intentaré ayudar en la medida de mis posibilidades