Un club para la historia
El Hall of Fame del baloncesto español ha celebrado este jueves, en el Estadio de la Cartuja en Sevilla, la ceremonia de ingreso de sus primeros 18 integrantes. Un equipo de ensueño.
El Hall of Fame español era un antiguo anhelo de nuestro baloncesto y, desde este jueves, es una espléndida realidad. La colaboración de la Federación Española y AS, con el respaldo de la Junta de Andalucía, ha convertido el sueño en algo tangible, en la mejor manera de honrar “para siempre” a las leyendas del deporte de la canasta. El Estadio de la Cartuja en Sevilla, un magnífico escenario, acogió la primera ceremonia de ingreso de nuestro salón de la fama, la de una promoción inicial con 18 integrantes en ocho categorías, casi todos pioneros en lo suyo, ya sea vestidos de corto, entrenando, arbitrando, dirigiendo en los despachos, narrando o contribuyendo a su manera.
De esos 18 reconocimientos, 15 son a título personal y otros tres recogen una aportación colectiva, como la del Club Esportiu Laietà (donde empezó todo), la de la Selección femenina de 1993 (oro en el Eurobasket, el primer gran título en categoría absoluta) y la de la ciudad de Alcobendas (premio extraordinario). Son todos los que están, pero, de momento, no están todos los que son. Queda por delante un largo camino ahora que se van a cumplir 99 años del primer partido documentado en España. Habrá más ediciones y cada vez más nombres y más justicia con los que han hecho grande el baloncesto. Y mucho trabajo para un jurado de 13 miembros que se reunió por primera vez en 2019 y donde están representados todos los estamentos de la canasta.
Dani Garrido, de la Cadena SER, y la exjugadora y periodista Marta Fernández condujeron una gala en la que los 15 personajes distinguidos, cinco de ellos in memoriam, hubieran formado un club de ensueño. Ahora, que ellos son los únicos en el Hall of Fame, aunque solo sea por unos meses, podemos agruparlos como si formaran un equipo, solo para darnos cuenta de la dimensión que hubieran alcanzado como colectivo.
Bienvenidos a esta ensoñación, la de un conjunto formado por Juan Corbalán de base, Juan Carlos Navarro de escolta, Epi de alero y Fernando Martín y Arvydas Sabonis como interiores, con Emiliano Rodríguez al quite con los mismos galones que La Bomba y Super-Epi. Y en categoría mixta, dos refuerzos de lujo, Amaya Valdemoro en el perímetro y Maribel Lorenzo, la primera gran referente en el puesto de pívot. En el banquillo, el genial Pedro Ferrándiz muy bien acompañado por los imprescindibles María Planas y Antonio Díaz-Miguel.
También habría un árbitro de cabecera, Miguelo Betancor, que incluso echaría una mano en los despachos al incansable Anselmo López, que fuera presidente de la FEB y padre del minibasket. Un club de baloncesto tan especial tendría igualmente un par de periodistas que narrarían cada una de las hazañas con su singular ingenio, nos referimos a Ramón Trecet y Andrés Montes, casi nada en televisión o radio, o por donde quisieran transmitir su pasión.
Este club histórico existe desde ya en un Hall of Fame para la eternidad, candidato seguro a cualquier título en juego. Un pedazo importante del baloncesto español, de nuestra historia y nuestra memoria. Nos emocionaron en su día, han repetido esta noche y seguirán haciéndolo, algunos con su presencia, otros con su recuerdo.