El Unicaja se deshace sin problemas del Lavrio
El equipo malagueño, en un partido cómodo, somete al correoso equipo griego. Varios scoutings de la NBA estuvieron viendo a Yannick Nzosa.
El Unicaja se deshizo sin apenas sufrimientos del Lavrio Megabolt, un correoso equipo griego donde destacó Tyson Carter. Los malagueños solo fueron por detrás en el marcador una vez (15-16 min. 7). Desde entonces dominó con algunas imprecisiones, pero con autoridad. Buen partido de Abromaitis, que anotó 15 puntos y Brizuela, que va cogiendo sensaciones tras superar su lesión. Segunda victoria de los de Katsikaris en su grupo de la Basketball Champions League.
El Lavrio Megabolt no es el típico equipo griego al que estamos acostumbrados. Subcampeón de la Liga de su país gracias, cuenta con un presupuesto de 400.000 euros, inusual para la costumbre helena en este deporte y con un entrenador, Christos Selenis, que lleva 16 años ininterrumpidos.
Con algunos jugadores interesantes, el Lavrio fue capaz de neutralizar un 13-4 para convertirlo en 15-16. Katsikaris paró el partido para recordar a la tropa que sus paisanos no eran una banda de colegas. Del 20-20 del primer cuarto se llegaba al 45-35 del descanso gracias a unos buenos minutos de Tim Abromaitis, un jugador de apariciones gloriosas y dispersiones desesperantes. Once puntos para el norteamericano. El Lavrio se sostenía por el acierto de Tyson Carter, un jugador de mucha agilidad y calidad. Nzosa, observado por los clásicos scouting de la NBA trataba de agradar. Defendió más o menos bien aunque solo anotó dos puntos.
Unicaja no terminaba por romper el partido (61-53 min. 27’) con Carter golpeando a lo Tyson y nunca mejor dicho. Ya acumulaba 19 puntos por lo que Katsikaris le puso a Jaime Fernández para tratar de disolver tanto arte. El tercer cuarto se cerró con 66-56.
En el tramo de la verdad Unicaja lograba ponerse con 15 puntos de ventaja (73-58 min. 33) con un triple de Barreiro y una maravillosa penetración más bandeja de Jaime Fernández, un experto en hacer grandes minutos finales. El marcador se estiraba hasta 74-68 18 de interesante distancia. Una técnica más antideportiva de Carter significó la exclusión del mejor jugador del Lavrio. Se marchó con 21 puntos y 16 de valoración.
Desde entonces el partido fue un correcalles que alternaba tiros al aro con alguna que otra canasta y con relajación en defensa que dio como desenlace la cómoda victoria malagueña ante un Lavrio correoso.