El lío con los antivacunas estalla: "Es egoísmo enloquecido"
El 'media day' de la NBA estuvo copado por el asunto de las vacunas. Empleados de la Liga critican que a los jugadores no se les obligue y a ellos, sí.
Y, como era previsible, finalmente estalló. La polémica de las vacunas o, mejor dicho, de los antivacunas copó el media day de las 30 franquicias de una NBA que ha visto su imagen por los suelos, no tanto por la libertad que da a sus jugadores para decidir si inocularse o no, sino por la obligación al resto de su personal (desde árbitros y empleados de los equipos hasta los trabajadores cercanos a la pista como personal de la televisión) a vacunarse y no imponer ese mandato a los jugadores. Según un extenso reportaje de la ESPN, esto ha creado animosidad hacia la propia institución.
“Todos los que están vacunados deberían estar enojados con los que no lo están. No exigir que los jugadores estén vacunados es una mierda”, dice a Baxter Holmes, periodista de la ESPN, un veterano entrenador asistente. “Para mí, es un problema. Porque mis padres están muy enfermos y estoy en estrecho contacto con estos muchachos y odiaría llevar esto a casa y que mis padres fallecieran”, asegura un técnico de peso de la Conferencia Oeste a la ESPN.
“Los jugadores debe tener los mismos estándares que nosotros. Esta es una enfermedad que no diferencia entre un jugador y un miembro del personal”, continúa un entrenador de fuerza y acondicionamiento de uno de los grandes equipos de la NBA.
Entre los jugadores señalados, los cuatro que públicamente han reconocido que no se han vacunado y se niegan a ello: Kyrie Irving, Bradley Beal, Andrew Wiggins y Jonathan Isaac. El primero no pudo estar en personal en la presentación de Brooklyn Nets por las leyes que imperan en el estado de Nueva York y que impiden reunirse en recintos cerrados a todas aquellas personas que no hayan recibido al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, que hasta la fecha ha contagiado 42,9 millones de estadounidenses y ha provocado 688.000 muertes.
El resto, si acudieron. Beal esgrime “razones personales” para no haberse puesto la vacuna, pero abre una puerta a ponerse la inyección: “Lo pensaré, seguro. Lo hablaré con mi familia y tomaremos la decisión que creemos que es mejor para nosotros, al igual que el resto del mundo”. El escolta de los Wizards asegura que gran parte de su familia está vacunada ya.
"Egoísmo enloquecido"
“Solo habla de egoísmo enloquecido. Pero la NBA está compuesta por seres humanos y estamos viendo lo mismo en el público en general”, comenta un mánager general sobre el conflicto con los antivacunas. Según la Liga, el 90% de los jugadores ya están protegidos con una vacuna que minimiza al máximo las visitas al hospital por una enfermedad que paró el mundo en marzo de 2020. “La gente en su mayor parte no va al hospital si ha sido vacunada”, dictamina Heather Scobie, epidemióloga del CDC (Centro para el Control y la prevención de Enfermedades).
“La gente quiere dibujar el tema como una decisión de salud personal, pero no lo es: es una decisión de salud pública”, prosigue el preparador físico en jefe de la Conferencia Oeste. “La Liga está dando prioridad a la vida de los jugadores sobre la nuestra. No quiere obligar a nadie a vacunarse si se siente incómodo con ello, pero debería ser un estándar obligatorio en todos los ámbitos en lugar de permitir a uno y obligar a otros”, reflexiona otro miembro vinculado al personal de entrenamiento de la NBA.
"Estoy sin energía"
Entre los protagonistas del no, el más combativo es Andrew Wiggins. “Estoy con la espalda contra la pared. Seguiré luchando por lo que creo, ya sea que me vacune o no. Lo que es correcto para una persona, no es correcto para otra y vicevera”, dice. Una decisión que al alero de Golden State Warriors, que pidió una exención por motivos religiosos que le fue negada, le puede salir muy cara. A partir del 13 de octubre, cuando entre en vigor la nueva ley de salud en San Francisco, no podrá asistir a ningún tipo de actividad que se realice en recintos cerrados si no está vacunado. De esta forma, no podrá jugar ningún partido de los Warriors en casa, además de someterse a estrictos controles de salud cuando juegue fuera y a mantenerse aislado de sus compañeros en comidas, aviones, encuentros en otros pabellones… Su ausencia en los duelos del Chase Center (41 de los 82 de la fase regular), le supondrían una pérdida de 350.000 dólares por noche ausente para un total de pérdidas que pueden llegar a los 15,8 millones.
“Es muy preocupante para todos los involucrados”, señala un segundo mánager general que, como el resto de jefes de las 30 franquicias, ha hecho todo lo que está en su mano (vía pacífica y coercitiva) para convencer a los negacionistas: charlas con científicos, aviso del dinero que se puede ir al limbo por no disputar playoffs, la incomodidad de los controles diarios, la aparición de protocolos más estrictos… Nada. Agua. “Estoy sin energía tratando de convencer a alguien de que se salve a sí mismo y a sus seres queridos”.
“Sé que estaré allí todos los días sin importar qué y simplemente estaré presente para mis compañeros de equipo como uno de los líderes del equipo y estaré allí para el crecimiento de mi tribu fuera de la cancha”, subraya vía Zoom Irving. El base, en el punto de mira tras asegurar que la tierra es plana, es uno de los jugadores que dan cobijo a ideas conspiranoicas, según Rolling Stone, que apuntan a un gran diseño para controlar a la población negra a través de la vacuna y de un superordenador para seguir un plan de Satán. La de Moderna serviría para introducir un microchip de control, según ellos.
"No pondré sus vidas en peligro"
El último del cuarteto es Jonathan Isaac. El alero de Orlando Magic, muy cercano al integrismo cristiano, ya saltó a los titulares tras quedarse al margen del resto de sus compañeros en la lucha social que se desarrolló en la burbuja de Florida. Isaac asegura que no está en contra de las vacunas ni de la ciencia y que no tomó su decisión al estudiar historia de los negros o al ver vídeos de Donald Trump. Simplemente, no se siente cómodo con la vacuna en este momento. “Tuve COVID y tengo cierto temor a que la vacuna pueda tener un efecto adverso”, explica.
Toda esta negación tuvo su respuesta por parte de miembros importantes de la Liga. “No estoy enojado con las personas que dicen que necesitan hacer su investigación. Pero tengo muchas personas en mi familia con las que paso el tiempo. Simplemente no voy a poner sus vidas en peligro. Cuando era niño, tuve que recibir vacunas toda mi vida”, asegura Damian Lillard. “Hice lo mejor para mí y para que mi familia estuviera protegida. Estoy vacunado. Fue la mejor decisión para estar seguro. No soy médico y no sé que puede pasar en el futuro, pero tengo hijos y ahora mismo sé que mantendré a mi familia a salvo”, concluye Giannis Antetokounmpo, dos veces MVP de la NBA y campeón con Milwaukee Bucks del anillo la temporada pasada.