EUROLIGA | BARCELONA 84 - MILÁN 82
Cory Higgins: el héroe del Barça es ahijado de Michael Jordan
El MVP de la Copa del Rey, un alero superlativo, volvió a aparecer para salvar al Barcelona y decidir la semifinal de la Final Four: tapón a Delaney y canastón en el último segundo.
Cory Higgins fue uno de los grandes fichajes del verano de 2019 en el baloncesto europeo: el Barcelona, que también fichó a Niko Mirotic y Brandon Davies y sentó las bases del gran equipo que ahora está a un paso de ser campeón de Europa, se llevó a Cory Higgins. El acuerdo se rumió mientras el alero ganaba, en Vitoria, su segunda Euroliga con el CSKA. Si ahora se lleva la tercera, será en gran parte gracias a su heroico final en el tremendo duelo con el Armani Milán: ya en el último minuto le puso un tapón espectacular a Malcolm Delaney en la línea de tres. Después de un fallo del Barcelona, el Milán tuvo un tiro casi definitivo. Punter, letal hasta entonces, falló a falta de 8 segundos. El balón acabó en las manos de Higgins, que cruzó la pista y anotó un canastón en el último segundo. Para la historia de las Final Four.
Viene, conviene recordarlo, de ser MVP de la Copa del Rey 2021, el título que rompió la sequía del Barcelona: 19 puntos y 17,7 de valoración media. Contra el Milán acabó con 11 puntos y 8 de valoración pero su aportación final valió el triunfo.
Se trata de un jugadorazo con una historia poco común. Es hijo del exjugador Rod Higgins, que pasó por el Olympiacos en 1993 e hizo carrera en la NBA antes y después (812 partidos). Hasta siete franquicias diferentes, en algunas vivió dos etapas, como en los Warriors (cuando nació su hijo en 1989, que es californiano) y los Bulls. Allí, en Chicago, conoció al más grande, a Michael Jordan, tres años más joven que él y al que llevaba a casa en su año de rookie. Trabaron amistad y Jordan se convertiría luego en el padrino de Cory Higgins.
Cuando papá Rod se retiró fue asistente de Don Nelson en Golden State y en 2004 se convirtió en mánager general de los Warriors. Tres años después, Jordan le reclamaba para su equipo, los Charlotte Bobcats, ahora apellidados Hornets, como en su inicio. Allí pasó siete temporadas como mánager y presidente de operaciones, su amigo Jordan era el dueño y él, uno de los responsables de la plantilla. Entre ambos resolvieron que el joven Cory Higgins dejara Charlotte tras 44 encuentros en dos cursos. Era finales de 2012. A Rod le habían acusado inicialmente de mediar por su hijo, la realidad demostró lo contrario. Higgins se marchó a Rusia, luego a Turquía y después triunfó en el CSKA, primero, y en el Barcelona ahora. Es una estrella sin estridencias, pero no ha vuelto a la NBA. La puerta que cerraron su padre y su padrino no se ha vuelto a abrir. No aún.