Galindo: "El Movistar Estudiantes no va a desaparecer"
El presidente del club colegial habla en rueda de prensa sobre el descenso. El objetivo, volver a la ACB el próximo años: "Si no sería un fracaso".
El Movistar Estudiantes no estará en la élite del baloncesto español por primera vez desde 1957. Junto al Real Madrid y el Joventut, era el único equipo que siempre había jugado en Primera, tanto en Liga Nacional como en ACB. Una larga trayectoria que se vio truncada esta temporada tras acabar penúltimo, con solo 9 victorias y 9 derrotas consecutivas en el tramo final del curso.
“El referente de la institución, el primer equipo, ha descendido. Hemos hechos cosas mal y muy mal. Somos responsables y lo asumimos. Hay que reflexionar, apretar los dientes y mirar hacia el futuro”, dijo Fernando Galindo, presidente colegial, en la primera rueda de prensa tras la caída a Segunda. En el acto, celebrado en el parqué del polideportivo Magariños, también estuvieron Miguel Ángel Bufalá, presidente del Club Deportivo, y José Asensio, director general. “Nos hemos equivocado en todo. Pedimos perdón a los aficionados, hemos aprendido la lección que ha dado la realidad”, continuó.
Reflexionar sobre lo acontecido (tanto en el presente como en la última década), la adaptación a la nueva situación y los cambios dentro de la institución fueron los ejes centrales de la intervención. Y el objetivo, mirar al futuro para volver lo más rápido posible a la Liga Endesa: “Seremos uno de los mayores presupuesto de la LEB, si no el más grande. Eso nos obliga a ser autoexigentes. Contemplamos subir el próximo año, si no será un fracaso. Tenemos que adaptarnos a la categoría, no necesitamos la estructura de la ACB: toda la institución se va a reajustar”, subraya Galindo.
Ascenso
“Miramos con optimismo el futuro, reforzaremos las señas de identidad del club como la cantera y el femenino: vamos a mantenerlos y a reforzarlos”, señaló el máximo mandatario colegial, que ve en la deuda con Hacienda (1,4 millones al año) uno de los grandes lastres para la situación actual: “Condiciona nuestra capacidad, pero no lo justifica”, apuntó para asegurar que tanto el patrocinador principal (Movistar) como los más importantes (caso de Ahorra Más y Asisa) seguirán apoyando al Estudiantes.
“No vamos a desaparecer”, sentenció Galindo para explicar que se continúa negociando con la Administración Tributaria para alargar el plazo de pago, lo que significaría una reducción del pago anual de la deuda, que llegó a ser de 11 millones y se ha reducido hasta los 5 millones, según lo contabilizado a finales de 2019 antes de la pandemia.
Preguntas en el aire
Entre los cambios, una separación del trabajo del equipo deportivo y la institución, siempre unidos. La misión del primero será la parcela del conjunto en LEB a través de gente conocedora del deporte. Y la segunda, del resto. "Hasta ahora hemos centrado esfuerzos y trabajo en resolver la difícil situación económica y ahora queremos que la dirección general (José Asensio) se encargue de todo menos de lo deportivo. Haremos un equipo para que trabaje sólo en el baloncesto. Vamos a cambiar la estructura para no cometer los errores del pasado", explicó.
Esta fue la gran novedad expuesta. Poco más a la espera de reflexiones futuras y una Junta General de Accionistas que se debe celebrar en junio. Lo que sí se tiene claro es que descenso es definitivo, no habrá nuevas oportunidades como en 2012, 2016 y 2020. “No contemplamos que no haya ascensos”, sentenció.
Aún se desconoce quién será el entrenador la próxima temporada (se negocia con Jota Cuspinera), los ceses en la cúpula (asuntos internos) cómo será la plantilla (“debe ser especial”), a cuánto ascenderá el presupuesto final y dónde jugará el equipo: el club se quiere reunirse con el Ayuntamiento y la Comunidad para pedir ayuda ("decirles que existimos") y resolver un problema grande para un equipo con cerca de 9.000 abonados. El WiZink Center y el Madrid Arena son algunas de las opciones que se barajan. Muchas preguntas todavía en el aire para el Estudiantes, un grande de nuevo en horas muy bajas.