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NBA | PACERS 144 - HORNETS 117

Clínic de Sabonis y paliza de Indiana: los Hornets, a casa

Exhibición coral de los Pacers, que destrozan a unos Hornets que estuvieron totalmente fuera del partido. Sabonis, 14+21+9 sin jugar en el último cuarto.

Exhibición coral de los Pacers, que destrozan a unos Hornets que estuvieron totalmente fuera del partido. Sabonis, 14+21+9 sin jugar en el último cuarto.
Exhibición coral de los Pacers, que destrozan a unos Hornets que estuvieron totalmente fuera del partido. Sabonis, 14+21+9 sin jugar en el último cuarto.Trevor RuszkowskiUSA TODAY Sports

Los Pacers se desmelenan. Es la conclusión que podemos sacar en este primer asalto del play-in, en el que han pasado por encima de unos Hornets que se despiden como una de las revelaciones de la temporada y uno de los equipos más molones del momento, pero con el mismo resultado que en sus últimos cinco años: sin playoffs. El equipo de James Borrego llegaba con más esperanzas que realidades a un partido que afrontaba sin Gordon Hayward (fuera de circulación desde el 2 de abril), pero con menos bajas que sus rivales, que jugaron sin Caris LeVert, Myles Turner, Jeremy Lamb y T.J Warren. De nada les sirvió a los visitantes, que lo eran por quedar décimos en la regular season y con un match ball clarísimo: o ganaban o se iban a casa. Win or go home. Al final, ha sido lo segundo, mientras que Indiana sobrevive y tendrá que ganar su siguiente partido (contra el perdedor del Celtics-Wizards) para alcanzar la octava posición y entrar en playoffs.

Es posible que para el equipo que dirige el entrenador novato Nate Bjorkgren se trate de un premio menor. Al fin y al cabo, estamos hablando de una franquicia que venía de alcanzar los playoffs en las últimas cinco temporadas, cuatro de ellas con Nate McMillan al frente. Eso sí, las sucesivas eliminaciones en primera ronda, con sendos sweeps (4-0) en los dos últimos cursos, precipitaron el despido de McMillan y la llegada de Bjorkgren entre los rumores de un Mike D'Antoni que sigue sonando para el banquillo de Indianápolis el próximo curso. Con el nuevo técnico tampoco ha habido suerte: 34-38 en un curso marcado por el coronavirus, las lesiones, el calendario condensado y las dificultades para sumar victorias en una Conferencia Este empobrecida. Salvar los playoffs permitiría acabar la temporada de forma dulce y con las miras puestas en un futuro en el que haya más normalidad. Pero claro, para eso deberán ganar un partido más.

Eso sí, es obvio que los Pacers salen reforzados. La paliza a Charlotte ha sido antológica, sin ningún atisbo de duda y con un clínic de juego colaborativo en una de las mejores actuaciones que han tenido en toda la temporada. No permitieron que los Hornets fueran por delante en ningún momento del duelo, repartieron 11 asistencias (35 totales) en un primer cuarto extraordinario en el que se fueron a 40 puntos, dominaron todos los aspectos del juego, anotaron 58 puntos desde el banquillo, llegaron a ganar de 39 puntos y tuvieron hasta a ocho jugadores por encima de la decena en puntos. En otras palabras: partidazo de los de Bjorkgren, que se hinchan de confianza antes de plantear el que va a ser su encuentro más importante del curso. Uno que deberán ganar para alcanzar la octava posición y jugársela contra los Sixers en primera ronda. Una serie que (si se produce) seguramente acabe en derrota y amplíe a seis los años cayendo en el mismo sitio. Pero eso es mejor que quedarse sin playoffs, claro. Eso siempre.

Sabonis lidera la exhibición

El mejor de los Pacers fue Domantas Sabonis, que era duda antes del partido pero no dio la sensación de tener, precisamente, problemas físicos: 14 puntos, 21 rebotes (su récord está en 22) y 9 asistencias para el lituano, que dominó todos los aspectos del juego en tan solo 32 minutos. No estuvo en el último cuarto, cuando la diferencia era ya abismal (108-78) y no parecía posible ni un milagro. Además, Dour McDermott y Oshae Brissett fueron la representación del buen hacer en el lanzamiento de los Pacers, que superaron el 55% en tiros de campo y el 45% en triples: el primero se fue a 21 puntos con 7 de 9 en tiros y 4 de 6 desde el exterior; el segundo, que hace apenas dos meses se encontraba sin equipo, estuvo en 23, con 10 de 14 y 3 de 6. Además, 12 puntos de Justin Holiday, 17 de un enorme T.J McConnell, 14 de Kelan Martin, otros 14 (con 10 rebotes) de Goga Bitadze... y 16, con 8 asistencias, de un Malcolm Brogdon que también era duda antes del duelo y forzó con éxito para los suyos.

En los Hornets (12 de 40 en triples, un bochorno en ciertos momentos) solo funcionó Miles Bridges (23+8+4). El equipo de James Borrego solo dio sensación de posible remontada en el tercer periodo, pero Brisset acabó con las leves esperanzas que levantó el casi único momento de brillantez visitante. Además de Bridges, Terry Rozier hizo un poco de todo (16+8+6) y Cody Zeller anotó 17 tantos. La peor parte se la llevó LaMelo Ball, que se quedó en 4 de 14 en tiros y perdió 4 balones, aunque la mejor noticia para él es que las votaciones para el Rookie del Año se cerraron el domingo (acecha Anthony Edwards). El equipo de Michael Jordan acaba con una temporada en la que han llegado a estar en posiciones privilegiadas del Este, pero en la que no se han sabido sobreponer a la lesión de Hayward, que vio el partido desde el banquillo en su Indiana natal y con cara de disgusto. Antes de eso, representaron el juego molón, el hype y los highlights. Y han sentado bases de cara al futuro. De momento, eso sí, los que siguen vivos son los Pacers por obra y gracia de Domantas Sabonis. El resto, ya lo veremos.